al mArgen de la crónica

Las mil caras de Meryl

Tras “Mamma Mia!” e “Into the Woods” todo el mundo sabía que Meryl Streep era una buena cantante, pero en su última película la actriz va un paso más allá y se cuelga la guitarra eléctrica para convertirse en toda una rockera. “Ricki and The Flash” pone a Streep en la piel de una mujer que dejó a su familia para perseguir sus sueños musicales y que, años después, debe hacer un paréntesis en su vida como líder de un grupo de versiones en un bar de California para regresar a casa ante los problemas de su hija.

Streep canta, maneja con destreza la Telecaster y es el gran reclamo de una cinta que cuenta además con el aliciente de ver a la tres veces ganadora del Oscar como madre de Mamie Gummer, su propia hija.

“Fue muy divertido y estoy muy orgullosa de ella, porque creo que es fantástica”, dijo Streep en una entrevista con Efe sobre la experiencia.

En pantalla, las dos mantienen una relación de amor-odio que depara intensas discusiones y peleas. ¿Cómo fue para Streep escuchar los gritos de su hija?

“No es nada comparado con lo que realmente me ha dicho”, asegura entre risas la actriz, que dice haber escuchado de ella cosas “mucho peores y mucho más alto”.

Para Gummer, de 32 años y conocida sobre todo por su carrera en televisión, esas escenas suponían sin embargo un reto, dijo. “Estaba un poco nerviosa, porque no quería resultar hiriente de ningún modo. Pero tan pronto como Jonathan (Demme, el director) dijo ‘¡corten!’ en esa escena, y la miré y tenía una gran sonrisa, supe que todo estaba bien”, asegura.

La actriz, que aprendió a tocar la guitarra eléctrica para la película, no desentona en absoluto y pone voz a versiones de clásicos del rock y a un par de temas más modernos, incluida una original interpretación del “Bad Romance” de Lady Gaga.