A diez años de la catástrofe

Nueva Orleans, la mejor historia de resurgimiento en los Estados Unidos

“Katrina” pasó apisonando la ciudad como una aplanadora y el fallo de las medidas contra las inundaciones costó la vida a cientos de personas. ¿Fue el golpe definitivo a una ciudad enferma desde hacía décadas?

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Canal Street cubierta con agua luego del paso de Katrina hace diez años. Una de las postales de la desolación. Foto: Archivo El Litoral

 

Chris Melzer

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dpa

En una entrevista con dpa, el alcalde Mitch Landrieu -vicegobernador en 2005, cuando pasó el “Katrina”, elegido a la alcaldía en 2010 y reelegido en 2014- explica por qué cree en la ciudad, qué avances ha hecho y qué desafíos quedan pendientes.

- ¿Cómo está Nueva Orleans diez años después del “Katrina”?, ¿Es una ciudad que languidece?

- La destrucción provocada por el huracán en la costa del golfo y el fallo de los sistemas antiinundaciones provocaron la catástrofe más cara de la historia de Estados Unidos: el 80 por ciento de nuestra ciudad quedó inundada y más de 1.800 personas perdieron la vida. Es una tragedia que nunca olvidaremos.

En los planes tras la tormenta la gente de nuestra ciudad mostró sin embargo la voluntad de reconstruir todo mejor de lo que estaba antes para hacer de Nueva Orleans una ciudad más fuerte y resistente. El grado de destrucción supone al mismo tiempo la oportunidad de cambiar nuestra ciudad. Y en ese cambio, digamos en cuestión de resistencia, Nuevo Orleans está siendo líder.

- Suena a que será un largo camino...

- Nuestra región ha vuelto a tener en torno al 95 por ciento de habitantes que tenía antes del ‘Katrina‘. Los grandes proyectos de reconstrucción ya están terminados, o casi, la región está mejor en cuestiones como la lucha contra el crimen y la persecución penal, ofrece mejores oportunidades de educación, de fomento de la economía y de recuperación de barrios de la ciudad. Nueva Orleans se ha convertido en un laboratorio para la innovación y el cambio en este país, y en algunos puntos incluso para el mundo.

- Sin embargo en muchos puntos de la ciudad se siguen viendo graves daños, incluso diez años después.

- Nueva Orleans es la mejor historia de resurgimiento. Pero es verdad que queda aún mucho por hacer y que luchamos con desafíos largos que implicarán a varias generaciones, como el crimen, la educación, las diferencias de ingresos y la infraestructura. Pero nosotros trabajamos todos los días en estos difíciles puntos.

- Hubo muchas acusaciones de racismo durante las operaciones de rescate. ¿Puede comprender eso?

- Un huracán no discrimina. En torno al 80 por ciento de nuestra ciudad quedó bajo el agua, los barrios más ricos quedaron igual de inundados que los más pobres, las casas de los negros y de los blancos. E incluso el que salió ileso resultó afectado directamente por esta catástrofe. ¿Hubo gente que intentó sacar provecho de la catástrofe? Absolutamente y eso me indigna tanto como me entristece. Tenemos que reconocer también que la reconstrucción en algunas partes de la ciudad fue desesperantemente lenta. Después de todas las catástrofes quienes tienen algo en el banco pueden salir adelante más rápido que quienes no tienen nada. Pero siempre me esforcé porque todos los ciudadanos de aquí se pusieran en pie y pudieran participar en el impulso de la ciudad.

- ¿Puede repetirse un suceso similar al “Katrina”?

- El riesgo se redujo drásticamente con el nuevo sistema antiinundaciones. Ahora tenemos un sistema de protección contra huracanes que costó 14.500 millones de dólares, que contiene las mayores instalaciones de bombeo del mundo y muros de contención de 26 pies a lo largo de 1,8 millas (casi 8 metros en 2,9 kilómetros). Y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército invirtió 2.000 millones de dólares en la mejora de las instalaciones.

- ¿Quiere decir que se ha aprendido la lección?

- Después del “Katrina” se aprendieron muchas lecciones y se mejoraron muchas cosas del estado, del gobierno central y de los gobiernos municipales e incluso de las organizaciones privadas, universidades e instituciones eclesiásticas. Junto con las organizaciones de ayuda hemos elaborado un nuevo plan de evacuación que da a ciudadanos y turistas la posibilidad de abandonar la ciudad. Ya se probó durante el huracán ‘Gustav‘ en 2008, cuando fueron evacuadas 22.000 personas.