Gabriela Michetti en Santa Fe

“Hay que volver a la cultura del trabajo”

  • La candidata a vicepresidente de Cambiemos considera prioritario normalizar la situación institucional para acomodar lo económico. Sin miedo y con mucha confianza de lograr consensos en el Congreso.
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“En todo el país, la gente quiere volver a la cultura del trabajo, a premiar al que se esfuerza”.

Foto: Guillermo Di Salvatore

 

Mario Cáffaro

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Gabriela Michetti aprovechó los tres días de campaña en la provincia para recorrer, hablar con vecinos, con dirigentes, con instituciones. A esta capital, llegó después de estar en San Jorge, María Juana, Gálvez y Santo Tomé. “María Juana me hizo acordar tanto a Laprida” repitió en referencia a la localidad bonaerense donde nació y se crió.

—¿Con qué se encuentra en los recorridos?

—La gente nos recibe muy bien, lógicamente preocupada. No he encontrado un solo lugar del país donde la economía regional esté en una situación que le permita a la gente sentirse normal. Todos están en situación desesperante y eso nos pone mal. Es gente que hace años y años que está trabajando, es duro. Pero la gente está con mucha esperanza con el cambio que nosotros podamos hacer en el país, un cambio desde el punto de vista cultural. La gente plantea que tenemos que volver a la cultura del trabajo, a premiar al que se esfuerza.

—¿Qué es prioritario para Cambiemos: el cambio institucional o lo económico?

—El verdadero cambio tiene que ver con tomar un camino distinto al que venimos teniendo desde hace tiempo de deterioro en lo cultural, en esos valores que sostienen la vida institucional del país. Cuando nos preguntan por inflación, por cepo, por variables macroeconómicas, nos preguntan por algo que es instrumental desde nuestro punto de vista. Son cuestiones más accesorias e instrumentales que de fondo; para nosotros lo estructural es lo institucional y lo institucional también desde el punto de vista cultural. ¿Qué es una institución? Es un edificio, no; es una regla de juego, es un modo de relacionarse. Si el país decide ser una república federal eso implica una serie de normas en las relaciones humanas, entre Nación y provincias, entre gobernantes y gobernados, entre gobernantes entre sí. Las reglas de juego están mal, han sido pasadas por arriba. Entonces, volvamos a darnos cuenta de que debemos respetar las reglas de juego, una de ellas es la institución de la cultura del trabajo. Era una institución argentina. El hecho de que un ciudadano argentino tuviera movilidad social ascendente, como había en este país, era una institución argentina. Hoy nadie está seguro de que su hijo va a estar mejor que él. Esa certeza no se puede perder en una sociedad, es la certeza primaria de una sociedad. Basamos nuestra visión del cambio en una cosa estructural que tiene que ver con lo cultural y lo institucional y no con lo económico. Lo económico es absolutamente instrumental a eso. Lo económico se va a ir acomodando a esas reglas de juego. Si hay cultura del trabajo se va a producir más; si se produce más hay más atracción de inversiones, y las inversiones van a traer puestos de trabajo. Ésa es la economía que va a sostener un modelo institucional diferente.

—¿El tránsito puede ser un ajuste por los actuales desequilibrios las de cuentas públicas?

—Sí, pero creemos que a diferencia de otros momentos de la Argentina la situación con el mundo se puede recomponer sin pasar demasiado tiempo. No tenemos una amigabilidad maravillosa; sí, tenemos la posibilidad bastante rápida de conectarnos con muchas oportunidades. A diferencia de otras ocasiones, esta vez la Argentina tiene oportunidad de hacer un camino gradual sin generar dolor o ajustes de las cosas dramáticas por las cuales ha pasado. Tenemos problemas graves, no es 1998, no es 2001. La situación del mundo nos permite que la Argentina vaya atravesando gradualmente esos problemas, ir acomodándose. Obviamente, vamos a tener todos que ir poniendo algo, ayudando a sacar el país, sobre todo, los que más posibilidades tenemos de ayudar. Nuestros economistas no visualizan ninguna cosa que les genere a las personas que ya están en situación difícil, una situación más difícil aún. Hay que acomodar las cuentas públicas, las instituciones, darle mayor confianza a los inversores. Hay alrededor de 205 mil millones de dólares, una cifra disparatada, de plata argentina fuera del sistema económico, parte en el exterior, pero más del 50% en negro, bajo el colchón, etc. Si logramos una mínima confianza de los argentinos para invertir, esto cambia. La clase media que tiene ahorrados unos manguitos que no gasta en arreglar la casa por la incertidumbre, si llega un gobierno que les dé confianza lo hará. Va a haber un acomodamiento de las cuestiones macroeconómicas en este país, mucho menos traumático que en otros momentos de la Argentina.

—Un eventual gobierno de Macri-Michetti tendrá un Congreso con mayoría justicialista, la mayoría de las provincias en manos también del justicialismo. ¿Cómo se imagina sentada en el Senado con este panorama?

 

—Tenemos una idea de convocar a todos los argentinos a recomponer nuestro país en las instituciones que nos interesa plantear, las instituciones del progreso, del desarrollo, del bienestar, del desarrollo humano y lo vamos a hacer con representantes de otros espacios políticos. Nos tenemos fe. Lo hicimos en la ciudad de Buenos Aires, aunque sé que es una dimensión menor. Fueron siete años en que nos tiraron con todo y con una Legislatura donde el macrismo nunca tuvo mayoría. Siempre tuvimos que negociar, acordar. Algunas veces haciendo acuerdos con unos grupos, en otras con otros, porque evidentemente cuando uno no tiene la mayoría, debe trabajar los consensos. No necesitábamos hacer ninguna cosa enloquecedora, ni decretos. Sacamos más de 2.000 leyes de la Legislatura, leyes que cambiaron diametralmente algunas cosas de la ciudad de Buenos Aires y lo pudimos hacer. Cuando uno convoca desde un proyecto sano, de un proyecto que le va a cambiar para bien la vida a mucha gente, tenemos fe en eso. Aquel que ponga palos en la rueda, que se quede al margen, tendrá sus costos. Cuando uno inicia un camino que mucha gente apoya, un camino democrático, que ha sido bancado por la ciudadanía, tiene costos políticos meter palos en la rueda en forma constante. No me imagino a Mauricio presidente que se presente como un típico bajador de líneas. Al contrario, nuestra campaña es ir a escuchar. Hace dos años que vamos por todo el país y pedimos a la gente que nos cuente. La fundación Pensar es un lugar donde los equipos técnicos piden a la gente que les cuenten los problemas y cuáles creen que son las soluciones que necesita. Nuestra manera de encarar el ejercicio de lo público es al revés. Tengo fe de que vamos a poder convocar y llevar adelante el Congreso sin dificultades; obviamente van a hacer su juego, nos van a trabar, pero cuando hay un proyecto sano, que convoca y que moviliza, también hay costos políticos no apoyarlo.

—¿Van a pagar costos políticos por el caso Fernando Niembro?

—No, me parece que está muy clara la operación política. De hecho, Fernando ha ido al juez, se ha presentado con total tranquilidad para demostrar su paz interna en este tema. Los papeles de la ciudad están absolutamente en regla. Esto ha sido una clarísima operación política porque Fernando es una clara espada política. En pocos días, la gente se dará cuenta de que no hay nada atrás de lo que quisieron mostrar.

Agenda apretada

  • La gira de Michetti empezó en San Jorge, siguió en María Juana, desde allí a Gálvez y luego a Santo Tomé. En esta capital, participó de una charla en la Universidad Nacional del Litoral, con alumnos, docentes y autoridades y se reunió con el decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Javier Francisco Aga. Luego, visitó al arzobispo José María Arancedo y más tarde compartió un encuentro con deportistas de Unión y Colón. Hoy, en tanto, siguió la actividad en Funes y Rosario.
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Parte del recorrido por localidades santafesinas, Michetti lo hizo acompañada por Carlos Reutemann, candidato a senador por ese espacio político. Foto: Guillermo Di Salvatore

"Vamos hacia un escenario de balotaje donde congregaremos a los argentinos que quieren un cambio y que son muchos más de los que prefieren la continuidad”.

Gabriela Michetti

candidata a vicepresidente de Cambiemos