Crimen en Guadalupe

“Mi padre no merecía terminar así”

  • Dice Claudia, una de las hijas de Roberto Tira (75), quien fue hallado sin vida en el interior de su casa, en 12 de Infantería y Las Heras, donde también funciona un corralón de venta de materiales para la construcción. Tenía múltiples lesiones.
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Al cierre de esta edición, peritos e investigadores continuaban con el relevamiento de huellas en el lugar del suceso.

Foto: Flavio Raina

 

Danilo Chiapello

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“Mi viejo no merecía terminar así. Toda su vida fue un hombre de trabajo”, dice Claudia, una de las hijas de Roberto Tira (75), el hombre que hoy fue encontrado asesinado en el interior de su casa en barrio Guadalupe.

Todos los que lo conocieron o alguna vez entraron en contacto con él, lo describieron como un padre de familia ejemplar, un “laburante” incansable y un excelente vecino.

“Comenzó como peón de albañil hasta que llegó a constructor”. En medio de las lágrimas, Claudia recordó una anécdota que lo pinta de cuerpo entero. “No se quedaba quieto ni un segundo. Hubo veces que hasta enderezaba clavos usados. La gente los tira, pero sirven igual”, nos decía como enseñanza.

“Roberto es parte de la historia de este barrio. Fue uno de los primeros que llegó, cuando acá todo esto era una laguna. Con sus propias manos levantó su primera casa de material, donde convivió con su esposa y sus cinco hijos”.

Siempre dispuesto a ayudar. Prestaba una pala o una carretilla que después seguro le significaba un dolor de cabeza porque no se la devolvían”, rememoró la mujer.

Últimas horas

Ayer, como todos los días, Roberto trabajó en su negocio (un corralón de venta de materiales para la construcción) ubicado en la esquina de 12 de Infantería y Las Heras.

Si bien desde hace un tiempo vivía solo en la planta alta de este inmueble, mantenía una excelente relación con su esposa que reside en otra casa a pocos metros del comercio.

Por razones de “seguridad”, había implementado la costumbre de cerrar a las 18. Después de eso buscó su perro Labrador, en la casa de su mujer, y regresó a su domicilio.

A partir de entonces el misterio. No se sabe -hasta ahora- si fue durante esa misma tarde-noche del martes o durante la madrugada del miércoles que alguien atacó y dio brutal muerte a Roberto.

La cajita del cambio

Mariana, otra de las hijas del infortunado, llegó esta mañana y abrió el negocio sin imaginar los terribles momentos que estaba por sufrir.

La mujer atendió a un tempranero cliente pero cuando tuvo que dar el vuelto cayó en la cuenta que faltaba una cajita, donde su padre guardaba algo de dinero de baja denominación.

Cuando la hija subió hasta el piso superior en busca de dicha cajita se topó con la horrenda escena. Su padre yacía sin vida en el suelo, en medio de un charco de sangre.

Con una botella

Estaba descalzo, con pantalones de grafa y una remera. Su cuerpo presentaba múltiples lesiones. Todo parece indicar que su muerte fue producto de un fuerte golpe en la cabeza, dado con una botella.

Los vidrios rotos en el piso abonan esta versión. Incluso se cree que con alguno de estos restos el infortunado recibió una profunda herida cortante a la altura del abdomen.

No obstante, la autopsia dará las precisiones finales en este sentido.

Pisadas con sangre

El interior de la planta alta donde vivía Roberto estaba en completo desorden. Sin dudas, él o los matadores buscaron dinero u objetos de valor.

En el piso, se observaron huellas de pisadas con sangre, las que corresponderían a una persona de complexión pequeña.

Se supo que desde el comercio faltaría un arma de fuego (sería una pistola) que Roberto tenía como defensa personal. No obstante, otras dos armas (una escopeta y un pistolón) fueron encontradas en el domicilio.

Al cierre de esta edición, investigadores y peritos continuaban en el lugar levantando huellas y todo tipo de indicios que permitan esclarecer el suceso.

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“Roberto Tira era parte de la historia de este barrio. Nos conoce a todos desde que éramos niños”, dijeron hoy sus vecinos con dolor.

Foto: El Litoral