El acusado declaró ante el juez

Monsonis dijo que no quiso matar al policía

  • La Justicia dictó la prisión preventiva para el hombre de 34 años, por el homicidio del policía Diego Castaño, ocurrido el 21 de septiembre frente a la iglesia de Rincón.
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Las cámaras de seguridad del municipio registraron el lugar donde ocurrió la pelea fatal.

Foto: Flavio Raina

 

De la Redacción de El Litoral

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El juez de la investigación penal preparatoria, Nicolás Falkenberg, resolvió convertir en prisión preventiva la detención de Santiago “Chuja” Monsonis, un hombre de 34 años acusado por el homicidio del policía de Acción Táctica, Diego Castaño, de 28, ocurrido el pasado 21 de septiembre frente a la plaza principal de San José del Rincón.

La audiencia, que se celebró a puerta cerrada por pedido expreso del Ministerio Público de la Acusación, se desarrolló hasta pasadas las dos de la tarde de ayer, en el subsuelo de tribunales.

En primer término, el fiscal de la Unidad de Homicidios, Jorge Nessier, solicitó al juez Falkenberg que le atribuya a Monsonis los delitos de “homicidio calificado por alevosía”, “tenencia de arma de fuego” y “atentado a la autoridad”.

Por su parte, los abogados que representan al detenido -Rodolfo De Aguirre y Juan José Patiño-, postularon que se trató de un “homicidio en exceso de la legítima defensa” y por ende solicitaron una medida alternativa que fue rechazada de plano por el magistrado. “Pedimos la libertad con la custodia de la madre, pero el juez no nos hizo lugar”, confirmó el Dr. De Aguirre.

Por miedo

Luego de varias horas de debate, el juez Falkenberg resolvió dictar la prisión preventiva para Monsonis, pero por el delito de “homicidio simple”, según lo previsto en el artículo Nº 79 del Código Penal.

“Fue una audiencia larga de más de tres horas”, relató hoy el Dr. De Aguirre. “El fiscal Nessier pidió homicidio calificado por alevosía, más la tenencia de arma de fuego y el atentado contra la autoridad, un delito para el cual la pena es de perpetua” pero “la defensa habló del exceso de la legítima defensa porque la víctima había sacado varias veces el arma intimidando” a su pupilo Monsonis. En síntesis, “el juez dijo que era homicidio simple” cuya pena “va de 8 a 25 años”, dijo el abogado.

A propósito de Monsonis, De Aguirre destacó que pidió para declarar y que le dijo al juez “que lo hizo con miedo porque (Castaño) le había mostrado el arma”. Tal como se ve en el video del centro de monitoreo de la Municipalidad de Rincón, producto de la pelea Monsonis pudo hacerse del arma del joven policía y sin embargo no la utilizó para ultimarlo. “Tenía el arma en la mano, podría haberlo matado de un tiro pero no lo hizo”, sostuvo la defensa, que dejó en claro “que su intención nunca fue matarlo”.

Por el video

Por otra parte De Aguirre manifestó que por el momento “no hay querellantes” presentados en la causa y que por eso “no entró nadie a la audiencia”.

El motivo de la realización a puerta cerrada tuvo que ver con la exhibición de un video que tomó estado público al día siguiente del crimen. Allí se puede ver a otros dos policías de civil que no intervinieron en el ataque a Castaño, por lo que se investiga su responsabilidad o presunta complicidad en el evento.

Por último, la pesquisa apunta a determinar quién o quiénes y a qué organismo pertenecen los responsables de que la evidencia fílmica haya llegado a dominio del público, atento a que su difusión implica una afectación a la investigación, así como a la dignidad de la víctima y la sensibilidad de sus familiares.

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“Tenía el arma en la mano, podría haberlo matado de un tiro pero no lo hizo”, expresó el abogado Rodolfo De Aguirre.

Foto: Flavio Raina

A los golpes

El homicidio del suboficial de la Policía de Acción Táctica, Diego Castaño, se produjo el lunes 21 de septiembre alrededor de las dos de la madrugada, cuando el policía franco de servicio se acercó en su moto a un grupo de muchachos que estaba en la calle, frente a la plaza principal de San José del Rincón.

Se generó una discusión que fue subiendo de tono, hasta que Castaño mostró su arma reglamentaria. A partir de allí, la situación escapó totalmente de control, porque su agresor logró darle un certero golpe de puño en el rostro que lo desplomó.

Tendido sobre calle Castañeda, a pocos metros de la iglesia Nuestra Señora del Carmen, el joven policía recibió una andanada de golpes, culatazos con su arma reglamentaria y hasta una violenta patada que en su conjunto le ocasionaron la muerte.

El agresor escapó, pero fue atrapado horas después, en un camping de la localidad de Arroyo Leyes, donde se entregó sin ofrecer resistencia.