al margen de la crónica

En la cama

La intervención urbana “Todo lo que está a mi lado”, del director de teatro argentino Fernando Rubio, invitó durante dos días a los transeúntes porteños a meterse en camas dispuestas en la calle con una actriz durante diez minutos.

El objetivo era redescubrir el lado más íntimo de los espectadores y el escenario era un punto emblemático de Buenos Aires, los exteriores del Teatro Colón.

La obra tenía como única escenografía siete camas, con las que Rubio ha recorrido ya diez países con elencos autóctonos.

Para Rubio, el espectáculo parte de un “recuerdo olvidado de la infancia”, en concreto, la primera vez en su vida que se quedó solo. Con ese motor, el director de la intervención urbana pretende “seguir investigando sobre el espacio”, pero desde el convencimiento de que “el diálogo con las obras tiene que ser un lugar de conmoción y reflexión permanente”.

Para el director, la producción escapa al sentido literal y sexual que puede representar una mujer y una cama para profundizar en un contenido “muy profundo” que recorre la infancia, el crecimiento, la pérdida, así como “el alivio después de la pérdida”.

Con la avenida 9 de Julio y la fachada del Teatro Colón como marcos, el público se acercó a participar de una vivencia “emocionante”, en la que la expectación de los transeúntes se convertía en el sentimiento más común en la fila que aguardaba para disfrutar de la representación.

El peculiar espectáculo, que anima a hacer público algo tan íntimo como echarse en una cama con otra persona, es algo que “incomoda un poco”, señaló Javier Rojas antes de vivirlo en primera persona.

Esta incomodidad es precisamente lo que empujó a Rojas a compartir cama “con un extraño que te va a contar algo”, atraído por el blanco radiante de las sábanas en medio del bullicio del tránsito. Paz, alegría, en ocasiones tristeza y mucha emoción fueron algunos de los sentimientos que declararon los participantes a su salida del lecho.