Nueva jerarquía institucional de Ambiente

El problema ambiental en Santa Fe

Por Fernando Ardura (*)

El reciente anuncio de Miguel Lifschtiz acerca de la jerarquización gubernamental del área ambiental como Secretaría de Estado, pone de relieve la preocupación por las consecuencias del cambio climático y la pérdida de biodiversidad en la provincia, que presenta amenazas y debilidades muy superiores al resto del país.

Los diferentes diagnósticos científicos, a veces tan contradictorios entre sí, coinciden en que Santa Fe es una de las provincias más vulnerables a los efectos del cambio climático. Como ya estamos observando desde el sentido común, grandes masas de agua y grandes sequías alternarán sobre su territorio en forma creciente, amenazando la sustentabilidad económica y social.

Todos los indicadores de pérdida de biodiversidad muestran que nuestra provincia tiene una de las mayores tasas del país, con graves impactos en los ecosistemas pampeanos, chaqueños y fluviales, y pérdida difícil de revertir en los ecosistemas del espinal.

Estas dos realidades son consecuencia en un 50% de cuestiones globales, y en el otro 50%, de responsabilidades locales, representadas por un equivocado ordenamiento territorial que fomentó indiscriminadamente a la soja sobre la ganadería y los cultivos sustentables, a la disecación y eliminación de humedales sobre su conservación, y a la deforestación en la cuña chaqueña y las cuencas hídricas sobre la preservación del bosque nativo.

Frente a estos desafíos que ya empezaron a golpear fuerte, la política ambiental se redujo a una concepción sanitarista y municipalista, con eje casi exclusivo en los impactos por contaminación, absolutamente despreocupada del patrimonio natural y de sus recursos, que son la base de sustentación de la gran mayoría de las actividades productivas de Santa Fe.

Por eso, el anuncio del gobernador electo abre la esperanza de poner en escena una nueva conciencia provincial. Para lo cual, agregamos: jerarquizar el área ambiental como Secretaría de Estado es un paso administrativo que apoyamos, pero es necesario y urgente jerarquizar la calidad de las políticas ambientales, la capacidad técnica del organismo y dotarlo de personal y presupuesto que permitan su desenvolvimiento idóneo.

Si no, sería como crear un Ministerio de Educación sin docentes y sin escuelas, en un país imaginario con una alta tasa de analfabetismo.

Creemos que en los primeros 100 días de gobierno se pueden dar señales claras de qué significa la palabra “jerarquizar”; auspiciando una agenda que fije las prioridades en los ejes de cambio climático, biodiversidad y ordenamiento territorial; dándole a la nueva Secretaría “entidad” política y técnica; incrementando el personal especializado y su presupuesto.

Santa Fe, a través de sus universidades, entes federales y el sector no gubernamental, tiene una “masa crítica” de científicos y técnicos ambientales que está por encima de la media nacional y, hasta ahora, casi no fueron convocados por las políticas públicas provinciales.

Es una de las provincias más ricas de la Argentina, pero tiene una de las tasas más bajas de inversión ambiental sobre su PBI, comparándola con las demás. Tiene un sistema provincial de áreas protegidas de papel, sin implementación en el terreno, sin cuerpo de guardaparques, en un estado de desprotección similar al de las cinco provincias más pobres del país.

Son cuestiones que pueden empezar a revertirse en los primeros 100 días, permitiendo valorar los alcances de la jerarquización, no porque se pueda hacer todo, sino porque se podrá ver el camino.

(*) Director Ejecutivo de Fundación Hábitat y Desarrollo

Santa Fe tiene un sistema provincial de áreas protegidas de papel, sin implementación en el terreno, sin cuerpo de guardaparques, en un estado de desprotección similar al de las cinco provincias más pobres del país.