Contra el relato del miedo

La ironía, antídoto sonriente

El kirchnerismo se ha encargado de hacer de Macri el protagonista central de la campaña. Esfuerzos militantes y marketing viral diseñado por profesionales.

De la redacción de El Litoral

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En las pantallas todos lucen igual, pero sólo una parte de los mensajes elaborados para alertar sobre un eventual gobierno de Mauricio Macri, o para burlarse de esos temores, tiene la fabricación casera que aparenta.

Las campañas sucias -de las que se acusan mutuamente los dos frentes electorales que disputan el balotaje- son de diseño profesional, pero de su multiplicación y amplificación se encargan militantes, simpatizantes ocasionales o permanentes y unos activos usuarios de Internet que -tal como ha ocurrido de las Paso a las generales- pueden cambiar de opinión. A ellos se apunta.

El intento del oficialismo por instalar un nuevo relato, ya no épico sino apenas un relato del miedo, ha chocado con un serio obstáculo: la ironía. Y frente a ese antídoto siempre es bueno recordar que es difícil volver del ridículo.

Los memes que banalizan las advertencias sobre qué puede pasar “si gana Macri...” tienen hoy la misma popularidad que alcanzaron aquellas ocurrencias sobre la virilidad de Mascherano durante el último Mundial.

Las dos estrategias comunicacionales, a favor y en contra de Mauricio Macri, han colocado al líder del PRO en el centro de la polémica y por lo tanto de la escena política: ¿Cambiemos o no? parece ser la síntesis de la antinomia actual. Poco o muy poco saldo para la década ganada.

Alguna vez, Magnetto y Grupo Clarín ocuparon el mismo lugar, el del villano, como el Magneto (con una “t”) contra el que luchan los heroicos X-Men. Ahora, por fin, es la oposición con quien debate el gobierno.

Giro

Como era de prever, el kirchnerismo ha bajado el volumen del relato épico en sus aparatos de difusión formales, tras los resultados del domingo.

Tanto que -por ejemplo- los diarios oficialistas celebran las nuevas promesas electorales de Daniel Scioli en favor de bajar las retenciones, de atenuar el impacto del Impuesto a las Ganancias, o de reconocer el derecho al 82% móvil a los jubilados que hoy ganan la mínima ($ 4.300) y que vetara la presidente.

“Voy a ser más Scioli que nunca”, había dicho el candidato del oficialismo en su discurso de ese día, cuando admitió que habría balotaje y sabía que ya no le pertenecía al peronismo la provincia de Buenos Aires.

Al mismo tiempo, el gobierno ha subido la campaña por instalar el temor al cambio, al punto de utilizar su mayor megáfono de propaganda política: el Fútbol para Todos.

El domingo, en el entretiempo del partido en que Boca resultó campeón, un adelanto del programa “6, 7, 8” ligó a Macri con la dictadura militar. Y al acostumbrado abuso (ilegal) de los recursos públicos con fines partidarios en las transmisiones deportivas le siguieron, con léxico calcado, versiones sobre subsidios, becas, trabajos, salarios y jubilaciones que (supuestamente) estarán en riesgo si no gana el Frente para la Victoria. Las usinas son ministerios, secretarías, organismos descentralizados y universidades afines a la Casa Rosada.

“Lo lamento porque se suponía que Daniel Scioli era una buena persona; que lidere una campaña como ésta, no habla bien de él”, señaló ayer Macri en declaraciones al Canal América.

Desde el palco

Macri volvió a la arena política tras tomarse un par de días para descansar. Desde el oficialismo fue criticado por “tomarse vacaciones” (¿habrá una crítica más patronal?). Su retiro momentáneo y seguramente calculado le dejó todo un escenario a las duras internas dentro del gobierno, que incluyó ya un pase de facturas de un ministro (Randazzo) a la presidente y una sucesión de réplicas contra el ex aspirante a sucederla desde el propio kirchnerismo.

 

Todos hablan de Macri

El candidato a vicepresidente por el FPV, Carlos Zannini, aseguró que el candidato a presidente por Cambiemos, Mauricio Macri, “es el neoliberalismo tratando de volver” y tras negar una campaña sucia subrayó: “No somos el partido del miedo”.

El diputado nacional y presidente de la UCR de Tucumán, José Cano, definió hoy al kirchnerismo como “un ciclo acabado” y aseguró que “lo único que tiene para ofrecer es campaña sucia y mentirosa” para el balotaje.

El ministro de Defensa, Agustín Rossi, dijo que “hay miedo en la sociedad a que Macri gane las elecciones, y no porque se lo hayan impuesto a la gente, sino por todo lo que Macri dijo durante su carrera”. El santafesino agregó: “Elegir nunca fue tan fácil: la gente vota por sus intereses o el de las corporaciones”.

En cambio, su antecesor en el cargo durante el gobierno de Néstor Kirchner, José Pampuro, cuestionó hoy la campaña que llevan adelante algunos dirigentes del oficialismo nacional, a quienes les pidió “callarse un poquito la boca”, y advirtió que “quieren, en el fondo, hacerlo perder a Daniel Scioli”.

El ex presidente provisional del Senado durante el primer mandato de Cristina Fernández, y actual vicepresidente del Banco Provincia dijo que “esta forma de hacer política, con agresión permanente, le hace un daño irreparable al peronismo. Hablo de que aquellos que perdieron sus respectivas provincias, que nos hagan el favor a los peronistas de callarse un poquito la boca, porque van a arrastrar en esto no solamente a Daniel, sino que van a arrastrar a otras provincias que se ganaron”.

El diputado nacional y titular del radicalismo de Santa Fe, Mario Barletta, afirmó que en su sector están “convencidos” de que un triunfo de Macri será “lo mejor”, tanto para Santa Fe como para el país. El ex intendente de Santa Fe repudió la campaña sucia que, según denunció Cambiemos, inició este fin de semana el Frente para la Victoria.

El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, justificó: “¿Decir la verdad es meter miedo?”, respecto de la campaña sucia que -en Fútbol para Todos- ligó a Macri con la dictadura militar. “Canal 13, la productora de (Jorge) Lanata, (Martín) Lanatta, (Elisa) Carrió, (Alfredo) Leuco, y todo su grupo me denunciaron a mí por tráfico de droga y por haber matado a tres personas, y resulta que ahora Macri se asusta porque le dicen cosas que son reales”, comparó.

“No quieren decir lo que van a hacer con la economía. Las políticas que quieren llevar a la práctica son antipopulares ciento por ciento”, advirtió.

análisis

por Federico Cioni (*)

En las redes

Desde la madrugada del 26 de octubre, las redes sociales argentinas mostraron la otra faceta de la carrera presidencial.

De cara al balotaje del 22 de noviembre próximo, la campaña comenzó muy temprano, mucho antes que la TV, los periódicos o cualquier otro medio tradicional. En el mundo 2.0, la consigna es clara: ensuciar al oponente. Fotos -reales y de las otras-, memes y mucho, pero mucho archivo. Videotecas enteras desempolvadas, digitalizadas y publicadas en cuestión de minutos llenaron los muros de Twitter y Facebook de los millones de usuarios argentinos.

Golpe bajo, humor negro o cruda realidad, todo vale a la hora de contrarrestar la opinión del que piensa diferente: polarización al extremo.

“Si gana Macri, el aloe vera pierde todas su propiedades”, reza uno de los memes que la página “Con miedo votás mejor” lanzó el pasado domingo, tomando con humor la catarata de mensajes en contra del candidato de Cambiemos. En pocas horas, la página superó los 70.000 fans, y al momento del cierre de esta nota ya publicó 56 imágenes distintas, ironizando sobre la campaña.

Del candidato del oficialismo también circulan memes. El de mayor circulación es por estas horas el que muestra a Daniel Scioli caminando sobre múltiples espacios y situaciones, a raíz de un supuesto fotomontaje en el que se lo ve caminando sobre paquetes de marihuana tras un operativo antidroga.

La campaña se calienta día a día, y las redes no están ajenas a este fenómeno.

(*) Social Media Manager - El Litoral.com

El dato

Tenebroso

• La cuenta de Twitter del ministro de Salud Daniel Gollán

decía ayer: “Un millón de metros cuadrados de hospitales y centros de salud construidos en el país. Para que esto siga, Scioli debe ser presidente”. Esta mañana, tras su divulgación en el diario La Nación, el mensaje fue borrado y el funcionario argumentó: “Me hackearon la cuenta”.