ARGENTINO DE ARTES ESCÉNICAS
El encuentro necesario
Desde hace más de una década este acontecimiento se ha instituido como uno de los encuentros artísticos de mayor relevancia en Santa Fe. Foto: Magdalena Busaniche
Roberto Schneider
La Secretaría de Cultura de la Universidad Nacional del Litoral organizó una nueva e intensa edición del Argentino de Artes Escénicas, con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro, el Ministerio de Innovación y Cultura de la provincia, la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Santa Fe y el Círculo de Críticos de las Artes Escénicas de la Argentina, Critea. Durante ocho días los santafesinos, que se han apropiado de este encuentro de real envergadura en el panorama de las artes escénicas argentinas, pudieron disfrutar y discutir y discernir y crecer acerca de las calidades de diecisiete espectáculos provenientes de Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza, Neuquén y nuestra misma ciudad, la misma que una vez más estuvo atravesada por expresiones de teatro y danza para dialogar con todos los públicos, en un encuentro en el que todos somos protagonistas.
Desde hace más de una década este acontecimiento se ha instituido como uno de los encuentros artísticos de mayor relevancia en Santa Fe. Desde el primer momento, salió en busca de su público llevando este formato a su máxima expresión al extenderse por todas las salas del ejido urbano con una fuerte impronta social. Ahora, se reafirma una historia sostenida a lo largo del tiempo, siempre con el apoyo del público, primer destinatario de la propuesta, el mismo que disfruta de la labor realizada por la UNL. El presente indica el encuentro con nuevas pulsaciones culturales, nuevos públicos que urgen a bucear en nuevas formas de relación y comunicación. Entonces se hace necesario experimentar los cambios sociales que se introducen en la escena y en las nuevas metáforas comunitarias.
“La Wagner”, del eximio Pablo Rottemberg, demostró por qué es un incuestionable coreógrafo de primer nivel al plantear una estructura rota de belleza sublime.
Foto: Magdalena Busaniche
Una rica programación
El Argentino de Artes Escénicas comenzó de la mejor manera: la presentación del libro “Teatro anaurático” que, publicado por Documenta/Escénicas, firma el consagrado investigador y crítico especializado Federico Irazábal. En la misma, participaron la actriz Maricel Álvarez y el actor santafesino Camilo Céspedes. Luego fue el turno del estreno de la Comedia de la Universidad Nacional del Litoral, que ofreció el estreno de “Boquitas pintadas”, de Manuel Puig, en una versión dirigida por Juan Parodi y a la que nos referiremos en una nueva edición de El Litoral.
La diversión, el buen gusto, lo exquisito, el talento y una entrega indiscutible llegaron de la mano del talentoso Carlos Casella, quien dio a conocer “Babooshka”, un espectáculo teatral de alta calidad expresiva. El intérprete, en una clara muestra de su versatilidad y talento, interpretó un repertorio ciertamente ecléctico y fascinante. “Todos me miran”, de Gloria Trevi; “Besos brujos”, de Libertad Lamarque; “Passione” en la versión de la gran Mina; más temas de Rocío Durcal, Bjork y Britney Spears entre otros cobraron vida en el escenario a partir de un juego ambiguo de clara intencionalidad. Jaqui Barra, Pedro Onetto, Nicolás Rainone y Alejandro Terán fueron los talentosos músicos de un bello montaje largamente ovacionado.
“Crol, pequeño homenaje a nadadores pioneros”, es un montaje musical de excelente factura transformado en un tributo a figuras reconocidas del deporte, como el santafesino Pedro Candioti. La exquisitez de la totalidad del trabajo se acentuó con el elenco de brillantes músicos, todos conducidos con mano segura por Verónica Schneck, también una actriz fantástica, de fuerte presencia. “Los nadadores de pileta son más conocidos; a los de río no nos conoce nadie” sostiene un texto de la obra para atravesar así la fuerza de aquellos grandes que hicieron historia en el deporte mundial.
Con música de Giya Kancheli y Bach “El señuelo... en el umbral de la noche” fue uno de los espectáculos más contundentes y bellos. Conducidas por la exquisita Cristina Gómez Comini, las cuatro intérpretes dibujaron sobre la escena una historia fascinante para mostrar aspectos de las vidas de esas mujeres. La totalidad tuvo una fina sensibilidad, con mucha ternura en la eficacia y prolijidad de un surcido invisible que pueda transformar el dolor en algo conmovedor y muy querible en una totalidad que es una clase magistral sobre el manejo de los tiempos, la duración precisa de las pausas y un trabajo de introspección impecable. Imposible no destacar la magnífica iluminación de Simón Garita-Onandía y la precisa exquisitez del vestuario de Ana Carolina Figueroa.
“Boy Scout” trata sobre el bullying al que es sometido un adolescente. El vital compromiso de Dennis Smith como autor y actor de la obra fue el anclaje perfecto para una dolorosa historia.
Foto: Magdalena Busaniche
Desde Mendoza, llegó “Tiempos de paz”, una certera historia sobre los graves aspectos que los inmigrantes debieron atravesar en otros tiempos para ingresar al país. Los excelentes actores Gustavo Torres y José Kemelmajer ofrecieron dos trabajos sumamente comprometidos que provocaron la fuerte ovación del público. Desde Rosario, “Macchina Napoli” arribó para deslumbrar con sus impactantes imágenes y los conflictos de la condición humana. El exquisito trabajo en la dramaturgia y dirección de Aldo El Jatib Amato fue el vehículo para que un comprometido elenco conmocionara a los espectadores a partir de un juego creativo incesante, sin respiro y con mucho para reflexionar. “Viejo, solo y puto”, de Sergio Boris, impactó a partir de su hiperrealismo surgido del exhaustivo análisis para ofrecer un trabajo claro y compacto, que permite aprovechar esa cualidad que tiene el teatro de acercar una lupa a la mente reflexiva del autor, permitiendo detenerse en el comportamiento de seres solitarios con ausencia de amor. La violencia contenida eclosiona y permite disparar las difíciles aristas de una sociedad en la que viven estos personajes. Un elenco sobresaliente, sin fisuras, entregó lo mejor para un espectáculo doloroso y necesario al mismo tiempo.
La diversión, el buen gusto, lo exquisito, el talento y una entrega indiscutible llegaron de la mano del talentoso Carlos Casella, quien dio a conocer “Babooshka”, un espectáculo teatral de alta calidad expresiva.
Foto: Mauricio Garín
Más calidad
“Boy Scout” trata sobre el bullying al que es sometido un adolescente. El vital compromiso de Dennis Smith como autor y actor de la obra fue el anclaje perfecto para una dolorosa historia, enriquecida por la labor de Smith, quien además interpreta con calidad poco frecuente un repertorio de canciones argentinas y latinoamericanas que se transforma en un delicioso vehículo para plasmar un discurso de indiscutible actualidad. La mejor escenografía de este Argentino es de Nicolás Nanni y se transforma en el marco ideal para que los músicos Agustín Buquete y Fernando Losada confirmen el mismo talento de Smith.
“De cómo estar con otros” fue la cabal demostración de cómo una talentosa directora no se duerme en los laureles. Celia Argüello Rena da un giro necesario para ofrecer un espectáculo coreográfico de brillante nivel a partir de una comprometida interpretación de ella misma junto a Andrés Molina y Pablo Castronovo. Los tres ofrecieron una labor descomunal, exigida y comprometida para una totalidad enriquecida por la iluminación y el espacio de Matías Sendón.
Los temas de “Hamlet” son tan antiguos y perdurables como la raza humana: ansia de poder, lujuria, infidelidad, crimen, venganza. La estructura dramática de la pieza y su riqueza verbal admiten cualquier adaptación a otros lugares y otros tiempos que Dinamarca en el siglo XVI. La excelencia en el trabajo que llegó de Córdoba, “Ser o no ser Hamlet”, fue una cabal demostración de lo que sostenemos. Una apuesta difícil, la de reivindicar el teatro de la palabra en un tiempo de imágenes espectaculares; la de plantear problemas profundos en una época de banalidades consumistas; la de hablar del individuo, en días de tensiones sociales. Un reto del que los hacedores de esta propuesta salieron con todas las de ganar, dirigidos con mano segura por la joven y talentosa María Eugenia Hadandoniou y un elenco soberbio que con solidez e indisimulable entrega corporizaron a los emblemáticos personajes de la tragedia shakespeariana. Para destacar también el brillante trabajo en escena del músico Agustín Abrieu Llinás y del camarógrafo Nadir Medina, todos comprometidos con la necesaria cuota de riesgo que el teatro también exige.
Los rosarinos de “Cinco. Ficción física” trajeron toda la excelencia de un espectáculo con altas dosis de riesgo, brillantemente dirigido por Marcelo Díaz y Alejandra Anselmo y en el que sobresalió un elenco sin fisuras, integrado por Ulises Fernández, Diego Stocco, Juan Orol, Mauro Cappadoro y Carlos Fiocatti.