LIBRO DE RECIENTE APARICIÓN

Publican cartas que los niños del mundo le mandan al Papa

Publican cartas que los niños  del mundo le mandan al Papa

El Papa Francisco, hablando con niños, el pasado lunes 21 de septiembre de 2015, durante su visita al santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre en Santiago de Cuba. Foto: ARCHIVO

 

EFE

Las cartas y los dibujos que niños de todo el mundo han enviado en alguna ocasión al Papa Francisco para pedirle consejo, contarle sus secretos y problemas o plantearle preguntas de todo tipo se publicaron en un libro que salió recientemente a la venta. Los pequeños remitentes de estas cartas le cuentan con inocencia al pontífice entre errores de ortografía y coloridos dibujos los problemas que hay en sus casas, como Matteo, uno de los niños que mandó una carta al pontífice para decirle que su madre no cena por las noches.

“A veces mi madre por la noche no cena, porque dice que está a dieta pero después no es verdad, ella se come lo que queda de nuestros platos”, le cuenta Matteo a Jorge Bergoglio en una de las cartas que se publicaron la semana pasada en la prensa.

El libro que recoge esta singular correspondencia se titula “Letterine a Papa Francesco” (“Pequeñas cartas al Papa Francisco”, en su traducción en español) y es una idea de la vaticanista del telediario italiano TG5, Alessandra Buzzeti, en colaboración con el Vaticano.

La periodista ha seleccionado las cartas más significativas que llegan cada día a la oficina de correos del Papa y las ha recogido en un volumen que salió a la venta el pasado 19 de noviembre. El libro está dividido en doce capítulos por cada una de las temáticas de las misivas, e inicia con algunos textos en los que el Papa Francisco cuenta algunas anécdotas suyas dedicadas a los niños.

Todos los días, a las ocho de la mañana, un sacerdote, una monja y dos madres italianas clasifican las cartas de la oficina de correos del Vaticano y dan la preferencia a las de los niños, especialmente cuando éstos cuentan sus problemas o piden rezar por su salud.

VER A LA VIRGEN

Según detalla el comunicado de Galluci, la editorial que publicó el libro, todas las cartas reciben una respuesta en menos de tres meses. El libro transcribe las cartas cuyos remitentes le piden al pontífice consejo o le cuentan recuerdos suyos, como Lucía (los nombres son ficticios para proteger la privacidad de los niños), una niña de nueve años de Turín (norte de Italia). “Hola Papa Francisco, tengo 9 años y vivo en Turín. Mi gran deseo es ver a la Virgen María, ¿qué crees que tengo que hacer para verla? Te querría pedir si me puedes mandar una foto con tu firma. Un beso grande”, escribió en su mensaje Lucía. Afirmaciones como “Hola, eres buenísimo en hacer misas”, o preguntas como “Querido Papa Francisco, para los perros ¿hay paraíso?”, son otros de los mensajes que los niños han enviado a Jorge Bergoglio.

En otra carta, Marco, un niño de la periferia de Nápoles, le contó al Papa cuál era su situación familiar y le pidió ayuda. “Hola Papa Francisco, ¿cómo estás? Yo bastante bien. Tengo diez años. Tienes que saber que mi padre ha sido arrestado por estar obligado a ganar dinero ilícito para sostener a la familia -explicó Marco-. Mi madre llora siempre y cuando le pregunto por qué, ella me dice que le pican los ojos. Pero yo sé que llora porque echa de menos a mi papá y a mi hermano, que también para ganar dinero trabajaba con personas malas y ha sido arrestado. ¿Me podrías ayudar en cuanto mi padre salga de la cárcel?”, le escribió el chico. Los beneficios del libro serán destinados en su totalidad a la Fundación del Dispensario pediátrico de Santa Marta en el Vaticano, que ofrece cuidados, comida y ropa a las familias necesitadas.

ANTECEDENTES

“Una vez mi mamá pensó que rompí un adorno y me castigó, después supo que no fui yo y me pidió perdón, yo creo que eso va a pasar con mi papá, yo lo extraño”, le escribe Milan al pontífice argentino. “Yo sé que vos sos más amigo de Dios y te pido que me ayudes a que mi papá vuelva a mi casa. Yo también rezo todas las noches con mi mamá y le pido eso. Gracias, cuídate mucho y ponete chompa (buzo) porque parece que mañana para tu misa va a hacer frío”.

Milan también le contó al Papa que a él y a su papá les gusta el fútbol “como a vos” y que su jugador favorito es Messi. “Me da pena que perdió Argentina”, le dice, agregando que “cuando quieras podemos charlar, yo sé mucho de fútbol, hasta quieren entrevistarme en la tele”.

Un niño llamado Raffaelo escribe: “¡Acuérdate de que tú y Totti son mis héroes!”; otro, de nombre Aziz, le envía al Papa: “Siento mucho lo de la pareja de cristianos quemada viva... Por favor, perdóname y a Paquistán”. Hay niños que piden oraciones para que se cure un padre enfermo o para ellos mismos, como Mónica de Franciacorta: “Querido Papa Francisco, hice este dibujo pensando que dirás una oración especial para que me cure, pero va a tener que ser larga, hasta que cumpla 28 años. Ahora ya tengo 9. Cuando estuve muy mal, mi abuela con mi primito de 3 años con la coronilla en la mano van todos los jueves a la Iglesia para la hora de la adoración. Jesús hizo que estuviera mejor. En la tele vi que se subieron al papamóvil unos niños, y pensé qué bonito sería si yo también hubiera estado, te habría dado la mano durante el camino y así me habrías protegido”.

Éstas son algunas de las miles de cartas de niños de todos los rincones del planeta que llegan cada semana al Vaticano, dirigidas al Papa. Las escriben a mano y las adornan con dibujos, y las acompañan con pequeños regalos o muñecos. Giuliana, por caso, cuenta las peleas de sus abuelos: “Cuando llega la noche, siempre rezo por el mundo, para que se vuelva un lugar mejor, pero sobre todo por los que no creen en Dios, para que encuentren mucho amor. Mi abuela se enoja a menudo con mi abuelo porque blasfema. No es justo poner con los cerdos a los que te protegen, pero cuando el abuelo se enoja no sabe qué dice”. Lucio, por su parte, se encuentra preocupado: “Estoy muy contento de escribir a una persona que admiro mucho por lo que hace. Pero estoy muy preocupado porque a usted lo quieren matar los del EI y me da mucha pena, pero espero que no suceda nada. Un beso caluroso y buen día de mi parte, espero que no se haya aburrido con la carta”.