Tras ocho años frente a un ministerio reunió múltiples áreas

Ciancio repasa su gestión

Los acueductos en marcha y los que aún requieren fondos. Las obras de protección para la ciudad. Las acciones en Medio Ambiente y la nueva infraestructura en los servicios públicos.

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Diciembre de 2007. “Había que unir varias piezas de un rompecabezas, recursos humanos que estaban pero no gravitaban, decisiones que se debían simplificar y hacía falta un equipo”, recordó Antonio Ciancio.

Foto: Archivo El Litoral

 

Luis Rodrigo

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El próximo gobierno no tendrá un Ministerio de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente. Otras carteras, con más ministros y secretarios de Estado, tomarán sus competencias.

Durante las dos primeras gestiones de los gobernadores socialistas (Miguel Lifschitz será el tercero) hubo un funcionario con amplias posibilidades de gestión, y un libro de tapas blandas y contenidos duros (fotos y datos de lo hecho) es su última obra.

Cuando Antonio Ciancio asumió, en 2007, alguien al oír completo su cargo (que era toda una novedad y difícil de recitar) dijo “uh, pobre tipo”, en la platea del Teatro Municipal. Se celebraba la tradicional función de gala con el entonces flamante gobernador Hermes Binner y el organigrama de funciones y ministerios había cambiado.

La deuda social del peronismo de cuentas equilibradas y privatizaciones noventistas, la desprotección de la ciudad de Santa Fe frente al agua y las responsabilidades del Estado en 2003 y 2007, los usuarios siempre potenciales de los servicios públicos, las apenas esbozadas intenciones de tener políticas para controlar los recursos de la pesca y la salud de los ríos y el suelo, iban en aquella expresión anónima, “pobre tipo”, sobre todo lo que el gobierno sabía que tenía que hacer.

Ocho años después, a horas del (más que tardío) fallo de la Corte sobre los recursos indebidamente retenidos por el Gobierno Nacional a la Provincia, Ciancio encontró miles de millones de razones (ya que no de pesos) para hablar de lo que queda pendiente. Que es mucho.

Acueductos

El libro que lleva el título del ministerio dedica -como Ciancio- varias páginas a la obra de los acueductos, y a su reformulación de tres ramales a doce, con distintos perfiles constructivos y con una mayor variedad de materiales.

“La idea que teníamos en 2007-2008 fue abrir el juego a empresas locales, lo que ocurrió, pero soñábamos con que aquí se fabricaran los caños... No ocurrió, los tubos al menos se fabrican en el país... El proyecto inicial era para comprarlos en Brasil”, recordó.

Con sus colaboradores más directos, “un equipo”, Ciancio ofreció una conferencia de prensa a periodistas que, en su mayoría, querían saber si iba o no a firmar los aumentos del agua y la luz que se vienen. Buscaban noticias, no semblanzas. Aún así, el arquitecto se las arregló para hablar de lo hecho. Y dar explicaciones sobre lo que no. Enumeró los créditos internacionales perdidos porque la Nación no brindó la autorización respectiva (como los que pudieron beneficiar a Cafferata o San José de la Esquina).

Los cronistas se fueron con una definición: el funcionario defendió la deuda que la EPE tomó con Cammesa por la compra de energía mayorista, la describió como una suerte de compensación por lo que la Nación no envió a cambio del congelamiento de tarifas y negó que -contra lo que sostienen los jerarquizados de la empresa- al cabo del pago de las cuotas acordadas se duplique su valor.

Derechos y soluciones

Pone como ejemplo las soluciones originales que se encontraron para problemas estructurales, históricos, con “respuestas en equipo”. Una enfardadora de residuos sólidos urbanos móvil que -montada sobre ruedas- podrá ir de pueblo en pueblo para reducir el problema y superar una vieja disputa: pequeñas localidades saben que no tienen escala para contar con esa planta, pero tampoco están dispuestas a instalarla junto a un espacio para la disposición final de la basura (propia y ajena).

Del mismo modo, menciona la ejecución de un canal, a cielo abierto, entre

Villa Minetti y El Nochero, hecho íntegramente contra la pendiente natural,

Explicó que las buenas noticias para el sur pueden ser también bienvenidas en el norte: a El Nochero se le lleva la planta de ósmosis inversa que Granadero Baigorria, con la ampliación de la planta de potabilización, ha dejado de ocupar.

Señaló que fue la EPE la que creó un plan y una metodología para que los barrios más conflictivos cuenten con un servicio regular. La transformación de enganchados en clientes, vista como construcción de ciudadanía, fue luego “Luz y Agua segura” y más tarde el plan Abre con más acciones que sumaron al Ministerio de Desarrollo Social.

Autopista, autocrítica

  • Para formular su autocrítica, Antonio Ciancio no necesita demasiada ayuda. Basta con la palabra “autopista”. El ministro saliente sabe que el lapso entre el fin de la concesión de Aufé y el inicio de Arssa, en la autopista no fue lo que debió ser. Que la adjudicación directa a Supercemento y Edeca (en 2010) es un punto en contra en su gestión, más allá de que no hubo un reproche judicial.

“Fue un error mío. Cuando terminaba el contrato de Aufé ellos nos dijeron que no iban a tener problemas en seguir un tiempo más, hasta que se dieran las condiciones para una nueva licitación. Y no fue así. Yo debí haber llamado igual a una licitación, antes de que esa empresa se fuera, aún a sabiendas que iba al fracaso, que no iba a tener oferentes... es lo que me reprocharon”, dijo Ciancio.