En busca del “mesón de fierro” (2)

Hallazgo del meteorito “El Chaco” en un terreno hostil

Hallazgo del meteorito “El Chaco” en un terreno hostil

Encuentro. Cassidy y los rafaelinos acuerdan trabajar de manera conjunta. Foto: Blanca Stoffel

15_Campo del cielo_Chaco.pdf

Por Fernando Algaba (*)

El “Mesón de fierro” es un meteorito que se convirtió en una leyenda que continúa hasta hoy. En la década del 60, científicos argentinos y norteamericanos, entre ellos un grupo de santafesinos de la ciudad de Rafaela -Blanca Stoffel, el Ing. Juan Báscolo y el Arq. Marcos Severín- fueron en su búsqueda.

De la Pampa Gringa a Campo del Cielo

Según apuntes del Ing. Báscolo, cuando la Comisión Científica Norteamericana llegó a nuestro país, la Dirección de Geología y Minas designó a la Dra. María Luisa Villar para que se integrara al equipo internacional. Esos investigadores hicieron su primera incursión a Campo del Cielo en 1961, donde a través de los pobladores se enteraron de que un grupo de rafaelinos conformado por el Ing. Báscolo, el Arq. Severín y su esposa, María de las Mercedes Capozzolo, había estado en el lugar llevándose algunas de las piezas que habían encontrado. En razón de esos comentarios, trataron de ubicarlos trasladándose hasta Rafaela, estableciéndose un primer encuentro en el Hotel Toscano, del que el Arq. Severín y su esposa no pudieron participar por encontrarse fuera de la ciudad. Igualmente, en su domicilio, con la presencia del Ing. Báscolo, Blanca Stoffel y Catalina Paviolo (madre de Marcos Severín) nació el acuerdo que les permitiría participar, junto con el equipo del Dr. Cassidy, de la búsqueda del “mesón de fierro” y determinar la extensión de lluvia meteórica caída en el país, considerada como una de las más extensas del mundo. A partir de entonces, tanto el Ing. Báscolo como la historiadora Stoffel y el Arq. Severín trabajaron periódicamente en las campañas de la comisión internacional hasta 1972. Luego, Cassidy se irá a la Antártida para investigar caídas meteóricas ocurridas allí, regresando nuevamente a Campo del Cielo en décadas posteriores.

En “Huatumpampa o Campo del Cielo...”, Blanca precisa que la llegada de Cassidy al país se produjo en abril de 1961. Era un investigador científico del Lamont Geological Observatory, de la Universidad de Columbia, Nueva York. El 13 de agosto de 1962 Blanca escribió un artículo periodístico para el diario Democracia de Buenos Aires, sobre el meteorito del Chaco. Y fue, según Blanca, como consecuencia de esa publicación que el Dr. Cassidy, junto a T. Bunch y la Dra. Villar, llegaron a Rafaela para tomar contacto con la gente que, en esa ciudad, se dedicaba desde hacía tiempo al estudio del meteorito. El comité del AGI, creado en el Colegio Nacional de Rafaela, junto con los integrantes de la Asociación Amigos de Urania, acariciaban la idea de fletar una expedición a Campo del Cielo, que las circunstancias impidieron concretar en su oportunidad.

¿Qué trabajo hacían en Campo del Cielo?

En una carta de William Cassidy dirigida al Ing. Báscolo, fechada el 22 de abril de 1964, el eminente geólogo solicitaba la continuidad de la colaboración rafaelina en los siguientes aspectos: “Buscando ‘el mesón de fierro’, haciendo mapas topográficos de los cráteres, fijando la locación de los cráteres con observaciones astronómicas”. Al mismo tiempo, Cassidy ofrecía todos los recursos y herramientas necesarios para optimizar el trabajo que iban a realizar los rafaelinos. Por lo que se podrían definir en esos aspectos las principales tareas que realizaron. Puntualmente en el caso de Blanca, según ella misma cuenta en “Huatumpampa o Campo del Cielo...”, estuvo dedicada “al estudio exhaustivo de todos los libros y documentos relacionados con el fenómeno de la caída meteorítica”.

En una nota de El Litoral publicada el 18 de agosto de 1980 sobre la localización de un meteorito en Campo del Cielo (cráter Nº 10) se menciona un trabajo titulado “Meteorito Field Studies at Campo del Cielo” en el que el Dr. Cassidy decía que “estas personas (con referencia a los rafaelinos) brindaron servicios muy útiles haciendo mapas topográficos, buscando meteoritos con detectores de minas, entrevistando a pobladores de la zona para ubicar posibles nuevos cráteres y revisando información histórica sobre Campo del Cielo y el mesón de fierro”. También, que “los mapas topográficos de los primeros 10 cráteres descubiertos en Campo del Cielo fueron confeccionados por el Arq. Marcos Severín”. Su esposa, María de las Mercedes, lo recuerda hoy como una persona que se desvelada por los misterios del universo, observando e investigando permanentemente los fenómenos celestes desde su observatorio particular. “El cielo era su pasión”, dice.

En relación con el primer encuentro de los rafaelinos con el norteamericano en el campamento de Campo del Cielo, el Ing. Báscolo relata en un escrito que Cassidy (“hombre joven y mesurado”) desbordaba un gran optimismo. “Al estrechar (Cassidy) nuestras manos con una amplia sonrisa remata la frase: ‘Cuánta alegría tener a ustedes con nosotros’”, y de inmediato nos dice como una sentencia: “Mañana encontramos el mesón”. Finalmente, es necesario aclararlo, esto nunca llegó a suceder. Sin embargo, fue innegable la contribución científica de la comisión para el estudio del fenómeno celeste; e incluso, a fines de la década del 60 se localizó el meteorito “El Chaco”, de 37 t, el segundo más grande del mundo, que recién pudo ser extraído en julio de 1980.

Un rafaelino que sueña con volver a ese lugar, Héctor Mondino, participó de la excavación y extracción. En ese entonces, se encontraba en la III Brigada Aérea de Reconquista y había sido convocado con 15 soldados, que trabajando en conjunto pudieron extraer la mole de hierro. “Una vez levantado, ante una multitud de gente y medios periodísticos que festejaban la hazaña, lo cargamos en un camión y lo llevamos al pueblo (Gancedo) a pesarlo, después lo trajimos de nuevo al lugar y lo pusimos sobre unos durmientes”. Pese a tamaño descubrimiento, el “mesón de fierro” sigue emitiendo sus sonidos musicales a lo largo y a lo ancho de Campo del Cielo, como implorando su búsqueda.

Blanca Stoffel en los EE.UU.

Otro material consultado y que resulta interesante en toda esta historia es una correspondencia de Blanca Soffel enviada desde los EE.UU. al Ing. Báscolo, del 24 de mayo de 1963, en la que relata su encuentro con Cassidy en el Instituto Lamont y las primeras conclusiones que se estaban produciendo en torno a las campañas realizadas. Ese año en la Argentina había elecciones presidenciales y a Cassidy le preocupaba la situación que se vivía en el país, a fin de poder definir su nuevo viaje. Y por supuesto el interés por seguir manteniendo el vínculo con los rafaelinos abocados a esta aventura. Resulta anecdótico el consejo de Blanca a Báscolo para cuando vuelvan a ir a Campo del Cielo: “Cómprese un buen par de botas pues hay muchas víboras (por favor esto no lo comente con los de la casa), pero con la botas no hay peligro”. El comentario refleja ciertas “hostilidades” del terreno, plagado de montes, en el que desarrollaban las actividades de exploración.

¿Fueron recompensados por esta inmensa labor?

(Continuará en la próxima y última nota).

(*) Lic. en Ciencia Política

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