llegan cartas

El olvido del Museo Ferroviario

ALFREDO SALOMÓN

DNI. 6.213.889

Leyendo la revista Nosotros, del vespertino, del día 16 de enero, sentí gran desilusión por la actitud indiferente de las autoridades santafesinas, de todas las corrientes políticas, con respecto al Museo Ferroviario. El señor Andrés Andreis lo explica con lujo de detalles. Es una vergüenza, ya que los ferrocarriles marcaron una evolución de la zona y del país, imposible de ignorar. Sarmiento lo señaló en su presidencia: que los gobiernos que no priorizan los ferrocarriles y la educación, no priorizan el progreso. Y las mismas palabras las pronunció Nicolás Avellaneda en su presidencia. Los ferrocarriles, administrados en serio, contribuyen, sobremanera, al progreso de cualquier país. Si no, miremos Japón: hace 50 años que tiene el tren bala. Miremos China, Francia, Inglaterra, EE.UU., etc., etc. Aquí en 1947, nosotros teníamos 46.305 kilómetros de vías. Estábamos a la vanguardia de Latinoamérica; pero vino el gobierno de Anillaco, con la complicidad de su entorno genuflexo y dejaron solamente un 20 %, aproximadamente 10.000 kilómetros de vías. Fue un acto criminal: más de 120.000 ferroviarios de todas las jerarquías y especialidades desaparecieron. Con el Museo Ferroviario, por carácter transitivo, pasó algo parecido. La indiferencia, la mezquindad de gobernantes -presentes sólo para las fotografías- dejaron que sucediera esto. “Nunca es tarde cuando la dicha es buena”, decían los viejos de antes. Señores gobernantes: pónganse las pilas para que el Museo Ferroviario Santafesino, por amor y respeto a tantos ferroviarios que ya no están, pero que contribuyeron al progreso del país, vuelva a vivir. Es una deuda que hay que cumplir y ojalá que vuelvan los ferrocarriles de nuestro país, que nunca se debieron abandonar.