Una eslovaca por el Bulevar

Vanda Krajcovicova, o simplemente Vanda en su carrera musical, está haciendo de nuestra ciudad SU SEGUNDO HOGAR, por amor a un santafesino y a la cultura sudamericana. Sobre todo eso y más charló con Nosotros esta cantautora europea pero de corazón latino.

TEXTOS. IGNACIO ANDRÉS AMARILLO ([email protected]). FOTOS. GENTILEZA ADAM PRIBYLINEC, ZDENKO HANOUT, MAGDALENA HELÚ Y VANDA KRAJCOVICOVA.

Una eslovaca por el Bulevar
 

Vanda Krajcovicova nació en 1986 en la ancestral Nitra, en la por entonces Checoslovaquia, y luego se radicó en la también milenaria Bratislava, devenida en flamante capital de la Eslovaquia independiente. Las vueltas de la vida, la geografía y la música trajeron a esta pequeña cantautora (rubro en el que es conocida como Vanda, a secas) a Santa Fe, donde enseguida se insertó, con su acento de Europa del Este y sus modismos localistas.

Mientras reorganiza su vida personal (que la traerá seguido a estos pagos) y profesional (que la llevará a su patria para terminar nuevo material), la más latina de las eslavas charló con Nosotros sobre su mundo personal.

- La pregunta de rigor que te van a hacer en todos lados es: ¿Qué hace una eslovaca en Santa Fe?

- La primera vez que vine fue hace más de 12 años por un intercambio, y después vine muchas veces, es la quinta. Me gustó muchísimo la ciudad; tengo muchos amigos, conozco bastante gente. En el intercambio tuve algunas presentaciones, porque siempre canté. Y finalmente me enamoré de un santafesino, así que voy a seguir viniendo (risas).

- Vos tenés un vínculo cada vez más fuerte con la música latinoamericana, en tu último disco hay canciones en español (aunque la mayoría es en inglés), y querés cantar más en castellano.

- Creo que por el idioma, que siempre me gustó mucho: estudié en Eslovaquia en un colegio bilingüe, eslovaco-español. Con el idioma llevo muchos años, y en la música me encanta. Y cuando puedo viajar, vengo para esta parte del mundo, es una atracción, de México para el sur.

Finalmente decidí hace dos o tres años arrancar con temas en español, y el próximo disco que estoy componiendo va a ser todo en este idioma.

INTROSPECCIÓN

- ¿Cómo es escribir canciones en un idioma que no es el propio?

- En mi idioma no escribo, es muy raro. Me gusta, me encanta hablarlo, pero creo que para cantar me parecen más melódicos el español y el inglés. Aparte, Eslovaquia es un país muy chiquito. Tiene cinco millones de habitantes, y se habla eslovaco: únicamente se entiende allá y en República Checa, que también es bastante chico. Entonces fue una decisión: “Me gustaría que mi música llegue a otras partes del mundo”, así que elegí idiomas que son muy “alados” (risas).

- Se te notan influencias como Lila Downs, Julieta Venegas...

- Sí, yo escucho mucho a Julieta Venegas, a Shakira, que también me encanta. Kevin Johansen, Soda (Stereo), (Gustavo) Cerati, tengo algo de influencia de todo esto. Mi música es pop pero en fusión con distintos géneros: me encanta poder fusionar algo de rock, tengo un tema más de cabaret, algo de soul y jazz. Buscar y divertirme.

- En tu primer disco eras más europea y jazzera.

- Puede ser. Mi primer disco, “Astrology”, fue una mezcla de todo: de temas, de tópicos. El actual, “Introspective”, es mucho más enfocado a un lugar.

- Imaginamos que porque las canciones de “Astrology” abarcan muchos más años, y el otro fue escrito en poco tiempo.

- De una (risas). “Astrology” salió en 2012, y elegí temas de muchos años que me gustaron. Con “Introspective” fue otra cosa, todo el disco lo escribí en dos años. Estaba pasando por un momento difícil, y es un álbum conceptual, el concepto es el título: es una cosa rara que en ninguna de las canciones aparece la palabra, pero así se llama el disco. Es sobre eso: verse y decir “bueno, a ver qué pasa: quien soy, qué quiero, qué no quiero”, y todos esos temas medio profundos (risas). A cuestionar, es como una evolución artística del lado de la música: es más elaborado.

A VUELO DE CANCIÓN

- Estuviste en Austria en un campus de composición. ¿Cómo es?

- Es buenísimo, fui dos veces. Es un campamento, un songwriting camp, y se juntan músicos, productores de todo el mundo, en grupos chicos (no éramos más de 30 personas en esa semana). Todos los días se forman distintos grupos de tres o, como mucho, cinco personas que trabajan para hacer una canción todos los días.

Te levantás y empezás a trabajar, y a las diez de la noche hay una presentación de lo que cada uno grabó: ya está grabado en un demo, no sólo lo componés. Los presentás y había mucha gente de Estados Unidos, de Finlandia, incluso de Australia y Alemania. Profesionales que trabajan toda su vida con la música, y se ponen a analizar los temas, pueden hacer un “pitch” para otros artistas (que están buscando canciones de tal estilo y tal tema, y se ofrecen al management).

La última vez que fui, que fue en octubre de 2014, me cambió la vida, en el sentido de que conocí muchísima gente con la que sigo trabajando y viajando. Me abrió las puertas, por eso pude tener en 2015 conciertos en Alemania, Finlandia, fue muy bueno eso de conocer tantos artistas buenos en otros lados del mundo.

- ¿Por Europa girás con tus propios músicos?

- No. Como soy cantautora, me gusta mucho tener esa libertad de viajar y buscar músicos locales. Cuando toqué en Finlandia, lo hice con músicos de ahí; cuando toqué en Alemania, también; acá pasó lo mismo. Hace dos meses tuve conciertos en México y fue lo mismo. Me parece genial y muy divertido, y por otro lado siempre dan algo más, añaden algo a los temas. Con mis músicos en Eslovaquia toco allá y por ahí cerca.

- Tienen que aprenderse un repertorio...

- Sí, tal cual. Me contacto con ellos, le mando los temas por WeTransfer, los cifrados. Nos juntamos, tenemos dos o tres ensayos, y el concierto.

- ¿Cómo es tu proceso a la hora de hacer una canción?

- No sale siempre igual: a veces tardo poquito, dos horas, se me ocurre algo. Si no, muchas veces sólo estoy con la música, fijo una melodía de canto y después veo qué letra le meto. Últimamente se me ocurre un tema, sobre qué voy a escribir, el título por ejemplo; y de ahí voy elaborando la letra y la música. Saber qué quiero decir, en función de eso compongo.

VIVENCIAS

- ¿Cómo es esto de estar entre varios mundos?

- A mí me parece fantástico, porque pude borrar los límites. Por suerte puedo viajar, tengo tiempo y puedo hacer lo que hago, entonces se me ocurrió decir “¿por qué no?”, estar en dos lugares, y hacer cosas que quiero, porque la música en general es tan universal que no importa en qué idioma hablo o canto. Se me ocurrió eso como una manera hermosa de juntar todo lo que me gusta: los idiomas, América Latina y viajar.

- Santa Fe es como la capital de la cerveza, al menos es un punto en común (aunque dicen que los checos tienen más cerveza que los eslovacos).

- Personalmente prefiero la cerveza de Santa Fe (risas), porque la de allá es muy amarga; es cierto que tiene mucho más sabor, pero como no tomo mucho alcohol, prefiero la de acá: es más livianita, refresca más.

- Allá hay que calentarse, y acá hay que refrescarse.

- Es muy raro, porque no me molesta tanto el calor, entonces mucha gente me pregunta: “¿Por qué estás acá?”. Pero me encanta.

- ¿Podés vivir de la música?

- Por ahora todavía una gran parte es una inversión. Antes tenía un trabajo fijo, pero estoy empezando con un manager a tener conciertos o tocar en eventos más importantes, entonces sé que eventualmente voy a poder vivir. Aparte doy clases de canto, así que eso también es un ingreso por la música.

- Estás en un momento de transición.

- Exactamente.

- ¿De qué trabajaste?

- Estuve más de cuatro años en una agencia de relocaciones. Grandes empresas como IBM o Dell nos contrataban para hacer la transición a los extranjeros que llegaban a Eslovaquia y trabajaban en esas empresas: todos los servicios de buscarles un departamento, todos los trámites migratorios, comunicación con las autoridades (porque obviamente no sabían nada de eslovaco). Era un trabajo muy interesante, por suerte conocí muchísima suerte (risas) que ahora también me sirve: me hice muy amiga con mexicanos, con españoles. Trabajábamos con gente de todo el mundo.

- ¿Tu familia te apoyó siempre?

- Sí. Mi papá hace otra cosa, pero en su tiempo libre su hobbie fue tocar la guitarra y cantar, y siempre le gustó la música. El es un fan número uno; me apoyan los dos, les gusta lo que hago, van a mis conciertos, están siempre ahí presentes.

Todos los miembros de mi familia trabajan en cosas tan diferentes... Viste que a veces tenés una familia de abogados, de médicos. En la mía cada uno hace lo que se le ocurre.

Una eslovaca por el Bulevar

A la pantalla: cantando en el programa “Recreo Diario” de Canal 13, junto al guitarrista santafesino Nicolás Yozía.

LO QUE SE VIENE

- ¿Qué se viene para el disco de fin de año?

- Bueno, ya tiene título: se va a llamar “Valor” (en el sentido de coraje), va a ser en castellano. Básicamente va a ser un homenaje a las virtudes positivas de la gente: me gustaría celebrar de alguna forma el lado positivo del humano, entonces va a hablar de temas como coraje, amor (pero no solo de amar a alguien, sino de amarte a vos mismo), agradecimiento, felicidad (como un lugar donde sentirse capaz de crear algo). Estoy trabajando en eso: que cada una de las canciones represente a una virtud, pero no en sentido religioso, sino una que yo crea importante.

- ¿Cuándo lo vas a ir a grabar?

- Creo que ya voy a arrancar cuando vuelva a Eslovaquia, en abril, pero todavía estoy en el proceso de composición.

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Una de sus actividades es la enseñanza de canto, y en Santa Fe encontró un espacio en el Estudio Vocal de Mauri Oromez.