editorial

  • Las lluvias castigan con dureza gran parte del centro y norte de la provincia de Santa Fe.

Desafíos climáticos

Todo indica que se avecinan momentos duros en las próximas semanas. Es que hasta hace pocos días, el tan anunciado Fenómeno de El Niño había provocado lluvias extraordinarias a lo largo de varios meses en todo el sur de Brasil y gran parte del noreste de la Argentina, pero los efectos sobre Santa Fe Fe, si bien visibles, nunca fueron dramáticos. Sin embargo, la situación pareciera estar cambiando.

Hasta ahora, el principal inconveniente para la provincia estuvo dado por la crecida de los ríos. Hace un par de semanas, las lluvias se convirtieron en el factor de mayor impacto.

Desde el viernes último, gran parte del territorio provincial sufre los efectos de precipitaciones que en algunos lugares alcanzaron registros extraordinarios. En apenas cuatro días, por ejemplo, cayeron sobre San Javier alrededor de 500 milímetros. Una situación similar vivieron localidades de departamentos como Las Colonias, San Cristóbal y Castellanos.

Tan apremiante es la situación, que el gobernador Miguel Lifschitz y parte de su gabinete se trasladaron hasta la ciudad de San Cristóbal para reunirse con el intendente local.

Así como la situación es grave en las ciudades, también lo es en materia productiva. El senador de dicho departamento, Felipe Michlig, solicitó que se convoque a la Comisión Provincial de Emergencia Agropecuaria para analizar la posible Declaración de Emergencia y/o Desastre Agropecuario a raíz de la acumulación de agua de lluvias.

El informe del Sistema de Estimaciones Agrícolas del Centro-Norte de la provincia de Santa Fe, que distribuye la Bolsa de Comercio, advierte que la inestabilidad climática se mantendrá con precipitaciones de magnitudes variadas en toda el área. Los mayores registros de lluvia podrían darse en el departamento General Obligado.

La cosecha de soja, que se había iniciado hace algunos días, debió interrumpirse a la fuerza. Es que en estos momentos resulta imposible ingresar a los campos que se encuentran, literalmente, bajo agua. Si bien todavía es prematuro efectuar un cálculo preciso de pérdidas, se estima que los rendimientos por hectárea estarán un 15 por ciento por debajo de lo cosechado el año pasado.

Las noticias no son mejores en la costa del Paraná. Vecinos de San Javier protestaron sobre la Ruta 1 porque consideran que las autoridades no responden de manera eficaz ante la emergencia. No obstante, hay que reconocer que ninguna ciudad está preparada para soportar lluvias de 500 milímetros en cuatro días.

En San José del Rincón, Colastiné Norte, Villa California y Arroyo Leyes, el fenómeno meteorológico desnuda -una vez más- los problemas estructurales para una zona que creció de manera caótica durante las últimas dos décadas. Las calles no tienen desagües. El agua se acumula y hay inconvenientes con los pozos negros.

A esta altura de las circunstancias, pensar en verdaderas mejoras estructurales para todo este sector del Gran Santa Fe suena a utopía. La situación geográfica es un evidente escollo.

Más allá de los perjuicios que está provocando esta contingencia, resulta imprescindible que gobiernos, sectores productivos y simples ciudadanos comprendan que este tipo de fenómenos serán cada vez más frecuentes en el futuro. Y ante esta realidad, actúen en consecuencia.

No sólo habrá que pensar en una mejor infraestructura, sino también en la adaptación de los perfiles de producción y en verdaderos cambios de hábitos. Sólo así podrán disminuirse o mitigarse los daños que un inexorable cambio climático vuelve inevitables.

No sólo habrá que pensar en una mejor infraestructura, sino también en la adaptación de los perfiles de producción y en verdaderos cambios de hábitos.