La victoria 4-0 sobre Argentinos Juniors echó por tierra las conjeturas previas

Hizo añicos las suspicacias

Unión goleó al elenco de La Paternal mostrando contundencia y practicidad. Acevedo, Martínez, Riaño y Malcorra marcaron los tantos del triunfo que lo acercó rápidamente al objetivo: llegar a los 22 puntos.

El goleador y sus asistentes. Riaño (9) levanta los brazos festejando el tercer gol de Unión, en el cual Villar (21) participó sin participar (estaba en posición adelantada y dejó correr la pelota) y Gamba (18) metió el centro preciso de zurda. Foto: Luis Cetraro

Alberto “Nene” Sánchez

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Siempre sucede. No es nuevo. Llega esta altura de cada campeonato y dados los innumerables antecedentes, las conjeturas están a la orden del día. Por eso, no hay que ser tan necio o tan cándido como para no pensar en que puede pasar. Pero anoche, en el 15 de Abril, Unión demostró que en ésta no se “prendió”.

Llegó al estadio de la avenida un Argentinos Juniors necesitado de puntos para tratar de salir del fondo de la tabla de los promedios. Lo recibió el Tate, sin problemas en ese sentido, y sin posibilidades de pelear por la punta en su Zona, por lo que para los desconfiados, malintencionados o maliciosos, era fácil opinar sobre la gran oportunidad que tenía Unión de aprovechar la situación y sacar algún rédito de parte de uno o más terceros.

Nada que ver. Y hasta Ricardo Caruso Lombardi debe estar pensando en cuánto se equivocó, por lo menos en este partido. Es que si bien en los primeros 20 minutos del cotejo, en el cual se enfrentaron el conjunto rojiblanco y Argentinos, las acciones se desarrollaron más que nada en la mitad del terreno, y sin que los arqueros tengan actividad alguna, a partir de ahí, Unión comenzó a inclinar la cancha hacia el arco de Lanzillota.

A los 27 minutos, cuando el dominio tatengue ya era muy elocuente, llegó el córner de Malcorra al primer palo, un defensor rechazó de cabeza, y Acevedo, que esperaba el rebote fuera del área, tomó el balón de primera, y con una volea de derecha, clavó el remate abajo, lejos del alcance del arquero visitante.

A esa altura, los pensamientos maliciosos ya se estaban disipando. Sin embargo, el partido no tenía emociones como para destacar, a excepción de un tiro libre especial para el experto, pero el disparo de zurda de Malcorra se fue a un par de centímetros del caño izquierdo.

Dos minutos antes de que finalice la primera etapa, otro tiro de esquina, esta vez desde la otra; pero el ejecutante el mismo: Malcorra otra vez al primer vertical, adonde picó Martínez quien se anticipó a Laso, y de cabeza cruzó la pelota que se metió en el segundo palo. Con el 2-0 se fueron al vestuario. Un resultado lógico para las actualidades futbolísticas de ambos, aunque en el campo de juego las diferencias no eran tantas. El partido era malo, pero Unión había aprovechado sus pocas oportunidades.

Para el complemento, el entrenador del Bichito, Raúl Sanzotti, arriesgó un poco metiendo dos variantes; pero no cambió nada. A los 7 minutos, Riaño se encontró solo frente a Lanzillota, pero increíblemente se cayó y no pudo definir. Un minuto más tarde, el que desperdició una posibilidad “pifiando” su remate, sin oponente alguno, fue Cabral, a cinco metros de la línea de meta. Quizás esos minutos fueron de lo mejorcito de Argentinos, ya que enseguida, Nereo tapó espectacularmente un cabezazo de Bueno.

De ahí hasta los 39, en que Riaño definió de manera exquisita una asistencia de Gamba desde la izquierda para poner el 3-0; y los 44, en que Malcorra tomó el balón en tres cuartos de cancha y sin oposición incrustó el balón en el ángulo inferior derecho de la valla de la visita para el 4-0 final, no pasó más nada. O mejor dicho, sí. Pasó, y mucho. Aquellos susceptibles que estaban viendo el partido, esperando una “gran sorpresa”, no tuvieron la posibilidad de confirmar sus sospechas.

Aun sin mostrar un gran juego, con autoridad, con practicidad, con contundencia y con cuatro goles, Unión calló a los suspicaces. Es para Caruso que lo mira por TV.

Un misil rumbo a la red

Unión comenzaba a merodear en el área rival y en la primera falla defensiva del Bicho facturó: rebote tras un córner y expectante (y solo) estaba Nelson Acevedo, que con este tremendo disparo reventó el arco para abrir el marcador.

Foto: Luis Cetraro

La asistencia de Gamba. El mendocino de zurda A los 39 minutos, antes de llegar al fondo de la cancha, Lucas Gamba metió la pelota al medio para la entrada de Riaño. Foto: Pablo Aguirre

La definición de Riaño. El cordobés de derecha El goleador tatengue, Claudio Riaño, recibió el balón de Gamba, y de derecha, casi llevándosela por delante, venció a Lanzillota pata meter el 3-0. Foto: Pablo Aguirre