En el 2005, ambos dirigieron a Colón. Este año, los dos triunfos fueron para Martino...

“El Tata” lo tiene “de hijo” a Juanchi

Los dos santafesinos se volvieron a enfrentar. El destino los separó casi siempre, salvo Barcelona (a uno lo eligió para jugar y al otro para dirigir) y Colón, que en el mismo año los contrató: el Tata llegó para reemplazar a Juanchi.

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Otro para “Tata”. Martino hace un gesto, mientras aparece en primer plano fuera de foco Pizzi. Santa Fe y Colón están en su recorrido común.

Foto: EFE

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Santa Clara, EE.UU.)

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Sus destinos se juntaron varias veces. “El Tata” tiene 6 años más que Juanchi. Cuando “el Tata” arrancaba su carrera a principios de los 80, Juanchi todavía vivía en Santa Fe. Después, al poco tiempo, se enfrentaron varias veces adentro de la cancha: uno vistiendo la camiseta, la número 8, y siendo ídolo de Newell’s; el otro, con la 9, y marcando goles y más goles con la de Central.

Después, les llegó el tiempo de la incursión española. Juanchi tuvo más tiempo y logros, al punto tal que lo nacionalizaron y jugó el Mundial de 1998 con la Furia. “El Tata” jugó en Tenerife, al igual que Juanchi, pero tiempo después le tocó dirigir en su apogeo al Barcelona, club en el que Pizzi se ganó el cariño y el afecto de todos, llenándose de goles y de gloria.

La historia de ambos no termina allí. A fines de 2004, cuando Alfio Basile se iba de Colón, Horacio Darrás, entonces presidente de Colón, organizaba una conferencia de prensa en un hotel céntrico y tiraba la piedrita: “Vamos a contratar a un técnico joven, debutante. Se van a sorprender”. Juanchi fue a Santa Fe con el Chemo del Solar, su amigo, y apenas dirigió al equipo en tres partidos. Se fue y el técnico al que fueron a buscar, fue precisamente “el Tata” Martino. Una nueva coincidencia.

Ahora, “el Tata” se ha transformado en un verdugo para Juanchi. El debut del santafesino dirigiendo a la selección chilena fue en el partido de Eliminatorias de marzo de este año. El resultado fue a favor de nuestra selección, algo que se repitió anoche en el magnífico estadio de Santa Clara.

Uno es rosarino y bien leproso. El otro es santafesino, sabalero (su padre fue candidato a presidente del club), pero hizo gran parte de su carrera en Rosario Central y tiene bien impregnado el sentimiento canalla. Los dos dirigieron a Colón y el mismo año. Juanchi era un jovencito de apenas 36 años que debutaba. Martino llegó con 42 y después de haber tenido una experiencia previa en Almirante Brown de Arrecifes, Platense, Instituto y el fútbol paraguayo. Después, le tocó dirigir a Paraguay en el Mundial de Sudáfrica de 2010, pero algunos años antes, Juanchi Pizzi había jugado el de 1998 para la selección española.

Son esas historias particulares y enfrentadas. Vivieron tan cerca y estuvieron tan lejos siempre. Hasta ahora, “el Tata” le tomó el pulso y lo tiene “de hijo” a Juanchi. Dos tipos que se hicieron en Rosario y que el destino los puso en caminos distintos, en general, pero coincidentes aunque no con el tiempo. Uno reemplazó al otro en Colón, como entrenadores. Uno fue figura jugando en el Barcelona y el otro lo dirigió en un momento de esplendor. Jugaron mundiales, aunque uno como jugador y el otro como técnico; ninguno de los dos representando al país que aman y en el que nacieron. Pizzi y Martino, dos hombres, dos historias.


Por una foto...

Un momento poco grato vivió el enviado de El Litoral en la conferencia de prensa, cuando fue saludado afectuosamente por el santafesino Juan Antonio Pizzi y pidió una foto con el actual entrenador de la selección chilena.

Después de eso, una mujer le quitó la credencial porque no se pueden tomar fotografías directas con los protagonistas, justamente en un lugar en el que se toman este tipo de registros.

Algunos medios chilenos observaron el hecho, inclusive fue uno de los colegas trasandinos el que tomó la foto y otros registraron la situación por el afectuoso saludo de Juanchi con nuestro enviado.

De acuerdo con comentarios de colegas chilenos, la propia jefa de prensa se vio sorprendida por la situación. Se envió nota a la organización pidiendo el reintegro de la credencial y se hicieron los contactos pertinentes para solucionar esta situación y que nuestro enviado pueda volver a estar en los lugares de los estadios que le fueron asignados.