“LA BÚSQUEDA” CUMPLE 12 AÑOS

“Somos mucho más que una revista”

El proyecto se inició el 10 de junio de 2004, para reflejar la realidad de los barrios del oeste de la ciudad. Desde entonces, funciona en barrio San Lorenzo y ofrece un espacio de contención para más de 60 niños y jóvenes.

E4-DSC_5459.jpg

“Este año, tenemos tres chicos que son abanderados en sus escuelas. Y empezaron con nosotros. El mérito es de ellos. Ellos hicieron el esfuerzo, nosotros los acompañamos”, cuenta Cristina Moreaux, referente de la asociación.

Foto: Luis Cetraro

 

Juan Ignacio Novak

[email protected]

Una crisis social tremenda, pobreza criminalizada, chicos en la calle. Ése era el contexto en el que comenzó a moverse un grupo de voluntarios en el cordón oeste de la ciudad, allá por 2002. “En ese momento, trabajaba con un taller de alfabetización de la universidad y propuse hacer una biblioteca. Así empezamos”, cuenta Cristina Moreaux, referente de la Asociación Civil La Búsqueda. Se plantó la semilla y el 10 de junio 2004 salió a la luz la revista “La búsqueda”, que apuntaba a mostrar distintas realidades de barrio San Lorenzo y ofrecer un ingreso monetario a jóvenes del lugar. “Una revista para que cuenten sus historias, que a la vez les sirva como medio de vida, no por mendicidad sino por trabajo”, sintetiza Cristina.

En la actualidad, la revista (en torno a la cual se conformó la asociación, que en la actualidad nuclea a 60 personas) sale todos los meses. Se realiza completamente en la geografía barrial. “Es una publicación de venta social. Nosotros no funcionamos en un kiosco, la ganancia es para el que vende. Tiene un porcentaje mucho mayor que el que le corresponde a un canillita. Y tiene además la realización propia de los contenidos. Es un trabajo social, no es sólo vender una revista”, cuenta Cristina, todavía al frente del emprendimiento. “Los textos salen editados porque los propios pibes que pedían en la calle solicitaron apoyo a mucha gente que maravillosamente confió en ellos. Ellos aún acompañan la revista con la publicidad. Lo más conmovedor es cómo creyeron”, dice Moreaux.

Discriminación, censura y prejuicios

Mantenerse en pie durante tantos años es todo un logro. Pero mucho más si se consideran las dificultades que debieron afrontar. “Cuando planteé el proyecto los chicos tenían entre 13 y 17 años. Me cantaban una cumbia que decía ‘Mentirosa'. No creían en nada”, recuerda Cristina. Y sostiene que la discriminación siempre está vigente. “Inclusive a mí muchas veces me hablan para agredirme, como si ayudara a delincuentes. Ser pobre no es ser delincuente. Son dos cosas completamente distintas. En los barrios, muy adentro, sufren la portación de cara. Vos los esperás en un lugar y no llegan. Resulta que los agarró la Policía. Por eso necesitan ser acompañados. Algunos no conocen ni el centro”, sostiene.

A lo largo de los años, Cristina observó situaciones dramáticas para los chicos de los barrios: desde gente que les daba comida con vidrios, hasta adultos que querían abusar sexualmente de ellos. “Hasta hace muy poco, ir a lugares públicos y que les tiren lavandina para que no se sienten. Hemos transitado por la calle y nos ha seguido la Policía. Discriminación que aún continúa y nos molesta en nuestro trabajo, que es de sostén”, dice. También apareció en algún momento el fantasma de la censura: “Hemos tenido situaciones de censura; atropellos claros. Les han querido quitar la revista a los chicos y ellos la defendieron”. Los casos fueron ante temas tan sensibles como la inundación de 2003 y el aborto.

—¿Cómo se hace para trabajar en un emprendimiento como éste, en el que hay que sortear barreras para tratar de superar esa situación de discriminación?

—Ésa es la tarea cuando uno emprende un proyecto de estas características y por eso se llama proyecto. Como trabajamos lo humano, es inacabado, se renueva según la población, la época, los lugares. Siempre nos adaptamos a las nuevas tecnologías y realidades humanas. Por eso, somos un proyecto autogestivo, apuntado a concientizar en el trabajo y la educación. Todo lo que logramos es por esfuerzo personal, trabajo y estudio.

Aportes y proyectos

Con doce años de trabajo y 119 números editados de la revista, la Asociación Civil La Búsqueda trabaja en la actualidad en tres proyectos específicos: la propia revista, la confección de burletes y bolsas (que es completamente autónomo, con ingresos para los que trabajan ahí) y la impresión de almanaques, tarjetas de cumpleaños y otros productos.

“Somos mucho más que una revista. Fundamentalmente, formamos parte de un proyecto pedagógico. A los chicos los capacitamos y los sostenemos en las iniciativas”, asegura Cristina.

El principal aporte de todo este proyecto, para los propios impulsores, pasa por haberles dado a los participantes la oportunidad de recuperar horizontes. “Esos chicos que empezaron con nosotros a los 13, 14 años hoy están bien, con un trabajo formal, algunos con oficios, con negocios, con familias maravillosamente constituidas, en el sentido de que son papás y mamás responsables. Y fueron niños abandonados”.

60

chicos

y jóvenes asisten cada día a la Asociación Civil La Búsqueda, entre las distintas actividades que realiza, que además del desarrollo de la revista incluyen capacitación y apoyo escolar.

“Es un enemigo solapado”

Una de las problemáticas que más duelen en la actualidad es la droga. “Es un enemigo solapado, latente. Está en todos lados”, admite Moreaux. Ante esto, la respuesta que pueden ofrecer desde la Asociación es la educación, en tanto posibilidad de una movilidad social. “La meritocracia no tiene vigencia, acá no estudia el que quiere, sino el que puede. El problema es la falta de expectativas. Por eso, un proyecto como el nuestro apuesta a devolverles a los jóvenes la confianza en un futuro que se construye con el otro”, explica.

“Hoy, tenemos la satisfacción de que hay chicos que pasaron por la Asociación y están en un nivel terciario, cuando era impensado. Hay mucho por hacer, por supuesto. Y esa tarea pequeñita que realizamos nosotros y mucha gente, hace que los chicos salgan de la garra de la droga, que los atrapa cuando no hay expectativas y sueños”, remarcó.