¿Habrá sido el de ayer un día histórico para el fútbol mundial?

Una mano que nos deja a contramano

  • Para quienes sostienen -me incluyo- que en el fútbol se convive con el error de todos, incluido el arbitral, lo que le pasó ayer a Brasil reaviva, al menos, la polémica por el uso o no de la tecnología.
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Escándalo. Brasil entero protesta y el árbitro marca el gol señalando la mitad de la cancha. Un error terrible que puede llevar a decisiones importantes en el fútbol. Foto: EFE

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Estados Unidos)

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No tengo dudas. El 12 de junio de 2016 se convertirá en un día clave para el fútbol mundial. No será por la eliminación de Brasil de la Copa América, porque puede ocurrirle. Y más a este Brasil que añora a aquellos grandes equipos y ni siquiera goza de grandes figuras (alguna vez Bebeto y Romario fueron suficientes para ganar un Mundial, en el marco de un equipo a duras penas aceptable). Será histórico porque el gol que marcó Ruidíaz con la mano y que le dio el triunfo a Perú y decretó la eliminación de Brasil, acrecentará la discusión sobre un tema al cual el fútbol se ha resistido en estos últimos tiempos: el uso de la tecnología.

Dos aclaraciones que valen al respecto:

1) Desde esta humilde tribuna de opinión, sostengo que no se puede dejar de convivir con el posible error arbitral. El fútbol es un juego de acierto y error. Se equivocan todos: el delantero al malograr un gol, el arquero al no evitar algo evitable, el técnico al hacer mal un cambio o elegir mal una estrategia. En ese marco, el árbitro -siempre desde la mirada de la buena fe- también tiene la posibilidad de equivocarse en algún fallo. Es algo elemental y forma parte de la naturaleza del fútbol.

2) Comparto lo del uso de la tecnología en el gol propiamente dicho, para que el árbitro sepa perfectamente cuándo una pelota traspone la raya de sentencia. Eso no debe dejar lugar a equívocos, dudas o ser dependiente de la ocasional ubicación de un árbitro o su asistente.

Andrés Cunha, el árbitro uruguayo que ayer dirigió Brasil-Perú, no pudo ver lo que todo el mundo vio luego, a través de las múltiples repeticiones que trajo la televisión. Ruidíaz empujó la pelota con la mano después del centro a media altura que le vino desde la derecha, y así llegó el gol que clasificó a Perú y dejó afuera a Brasil. De inmediato, la polémica se reavivó y la causa se abrió. En realidad, esta causa -la de contemplar el uso de la tecnología- ha estado siempre abierta y es motivo de análisis permanente. Otros deportes utilizan la tecnología. En el caso del fútbol, los cuestionamientos sobran. ¿Cómo hacerlo?, ¿en qué circunstancias?, son algunas preguntas. ¿Se deja librado exclusivamente a la decisión del árbitro el uso de la misma?; ¿se permite que los equipos la pidan?; llegado el caso de aceptarse esto último, ¿cuántas veces?, ¿para qué tipo de jugadas? Porque en un deporte lleno de reclamos airados y protestas desmedidas hacia los árbitros, se permite que, indiscriminadamente, se pida el uso de la tecnología, se llegará a límites exasperantes y, en definitiva, al armado de un partido colmado de interrupciones.

Para colmo, le pasó a un árbitro que había llegado muy cuestionado a esta Copa América. Andrés Cunha fue el mismo que perjudicó a Peñarol por no sancionar dos penales en el partido contra Wanderers, del torneo local. “Entiendo al hincha, sé que quiere ganar y que el árbitro no se equivoque y si se siente perjudicado expresa su bronca. El último que quiere equivocarse es el árbitro. Pasé momentos duros, mi familia sufre mucho (hubo pintadas con mensajes de amenazas en la sede de la Asociación Uruguaya de Fútbol y la gremial de los árbitros). Este año me tocó estar en el partido de inauguración del estadio de Peñarol, una cosa que va a quedar para la historia. No hay cosas contra un club, nosotros queremos hacer las cosas bien. Mi función es no influir en el resultado, a veces cometemos errores. Mi honorabilidad nunca estuvo en duda y eso es lo que me ayuda a seguir adelante. Los errores siempre van a estar pero es un tema del fútbol porque nadie se equivoca a propósito”, declaró Cunha, tratando de hacer un descargo a pocos días de la Copa América, porque una de las presiones de parte de Peñarol, era que se lo sacase de esta competición. ¡Y le viene a pasar esto!

¿Qué hizo Cunha cuando se arrimó a su asistente Nicolás Tarán?, ¿qué fue a consultarle? Sin dudas que acá pasaron dos cosas: la primera, que Cunha -quien convalidó de inmediato el gol- vio la masiva protesta de los jugadores de Brasil y habrá entendido que algo podría haber ocurrido; la segunda, que su asistente no le dio certezas respecto de algo distinto, o sea, que la pelota fue empujada con la mano, algo que, indudablemente, ninguno de los dos vio con la requerida nitidez para cobrar.

¿Con quién se comunicaba Cunha?, seguramente con el cuarto árbitro. En el fútbol mundial no se permite el uso de la tecnología. Salvo los intercomunicadores (eso es tecnología) o el mencionado chip en la pelota y los postes para determinar si la misma pasa o no la raya de gol, no hay otra cuestión que se dilucide a través de la tecnología. No había alguien afuera que estuviese viendo la jugada por TV, como ya alguna vez pudo haber ocurrido en el fútbol argentino, a instancias de un cuarto árbitro que observa la maniobra (recordar lo ocurrido en un partido Vélez-Arsenal) por TV. Esto es algo que no se puede hacer y por eso la consulta con el cuarto árbitro fue a los efectos de preguntarle si él, desde una visión evidentemente más complicada que la del propio árbitro o el asistente, habría visto algo distinto y contundente.

Los árbitros no pueden valerse de la tecnología, eso está clarito y es así de contundente. Si alguien piensa que en esas imágenes en las que se muestra a Cunha hablando con alguien, lo está haciendo con uno que le iba a indicar qué marcaba la TV, se equivoca. Al menos no debe ser así, porque nadie de los que imparten justicia -incluyendo al cuarto árbitro- está autorizado para valerse de la tecnología. De lo que no tengo dudas, es de que apenas terminó el partido, ese vestuario se habrá transformado en un verdadero infierno para Cunha y sus colaboradores. Una pesadilla.

El debate se reabrió y es posible que sea el definitivo. Las presiones, por tratarse de Brasil, crecerán hacia un ente encargado de las leyes que, hasta ahora, se mantuvo al margen de una tendencia mundial. El fútbol es un deporte distinto a cualquier otro, tiene sus características propias que lo tornan más complicado que el resto y por eso no se enroló detrás de la marea que utiliza ahora la tecnología como una manera de hacer más “justa” la administración de las leyes... El debate está abierto. Y creo que luego de lo que pasó ayer, puede ser decisivo.

Argentina ya trabajó en Seattle

  • El seleccionado argentino entrenó ayer en la soleada tarde de Seattle por primera vez en esta ciudad del oeste estadounidense con la mira puesta en el partido de mañana ante Bolivia, para el que se avizoran algunos cambios tendientes fundamentalmente a proteger a los jugadores con tarjetas amarillas. El subcapitán Javier Mascherano y Augusto Fernández, habitantes de la media cancha de recuperación, el lateral izquierdo Marcos Rojo que no tiene reemplazante natural y Nicolás Gaitán, necesario reemplazante del lesionado Ángel Di María, que trotó alrededor de una de las ocho canchas del complejo municipal Stars Fire, son los cuatro amonestados que tiene el equipo argentino.

Dentro de un bucólico marco en cuyo centro emergen canchas de fútbol con césped natural y sintético, mientras se disputaban las finales infantiles de varones y niñas de la liga de soccer local, que en el caso de las jovencitas se definió con disparos desde el punto penal, el seleccionado practicó en simultáneo ante la curiosidad no invasiva de los presentes en el lugar. Dentro de ese panorama se lo vio a Javier Pastore, que en la práctica del sábado en Chicago salió por precaución, cuando sintió un dolor en el sóleo de la pierna derecha, entrenar junto a sus compañeros, algo que en los ejercicios previos también realizó Lucas Biglia, mientras Di María trotaba en soledad o acompañado alternativamente por el kinesiólogo Luis García o el lateral derecho Gabriel Mercado.