Muchos interrogantes y pocas certezas

EE.UU. de duelo tras el ataque en “Pulse”

El brutal tiroteo perpetrado por Omar Mateen este domingo en una discoteca de Orlando se ha convertido en la peor matanza en la historia de Estados Unidos. Si bien aún existen muchos interrogantes acerca de las motivaciones del asesino y la identidad de las víctimas, el hecho coloca una vez más a la problemática de la violencia y la venta libre de armas en el centro de atención.

EE.UU. de duelo tras el ataque en “Pulse”

Anoche se realizó una vigilia en recuerdo a las víctimas de la matanza de Orlando en varios lugares del mundo. Foto: Agencia EFE

 

Redacción El Litoral

Las primeras investigaciones sobre la matanza de medio centenar de personas en una discoteca gay en Orlando revelaron posibles nexos entre su autor, que fue investigado dos veces, y grupos terroristas.

Menos de 24 horas después de la matanza en la discoteca Pulse, el FBI dio a conocer algunos datos de Omar Mir Seddique Mateen, de 29 años y nacionalidad estadounidense, quien murió en el mismo lugar del tiroteo por disparos de la Policía.

Antes de la matanza Seddique Mateen, nacido en Nueva York en el seno de una familia de origen afgano, llamó al 911 y declaró su lealtad al grupo terrorista Estado Islámico, de acuerdo con una información periodística.

La agencia de noticias Amaq, vinculada a los yihadistas, subrayó en un comunicado que el ataque armado “fue perpetrado por un combatiente del Estado Islámico”, aunque dicha información no fue confirmada aún por fuentes oficiales de Estados Unidos.

El agente del FBI Ron Hopper consideró en una rueda de prensa que es pronto para afirmar que la matanza esté vinculada al terrorismo, pero indicó que el presunto autor de los disparos en la discoteca llamó la atención de las autoridades en 2013 por primera vez.

En aquel entonces Mateen hizo “comentarios incendiarios a sus compañeros de trabajo que dejaron entrever sus posibles lazos con terroristas” y fue entrevistado hasta en dos ocasiones.

Posteriormente, en 2014, fue entrevistado por su presunta relación con Moner Mohammad Abusalha, un terrorista que murió en un ataque suicida en Siria, pero se resolvió que “el contacto fue mínimo y no constituyó una amenaza”.

Hasta el momento se ha facilitado la identidad de 26 de los fallecidos, de los cuales la víctima más joven es Luis Omar Ocasio-Capo, de 20 años, mientras que la de mayor edad es Franky Jimmy Dejesus Velazquez, de 50.

El alcalde de la ciudad, Buddy Dyer, Dyer indicó que ya han sido informadas 24 familias de la víctimas mortales, aunque las autoridades insistieron en que los allegados deben ponerse en contacto con ellos para proseguir con esta tarea.

Por otra parte, cuarenta y tres de las 53 personas que resultaron heridas siguen hospitalizadas.

La organización médica sin ánimo de lucro Orlando Health, propietaria del Centro Médico Regional, donde fueron trasladados los heridos, indicó que anoche continuaron realizando intervenciones quirúrgicas a los heridos de mayor gravedad y que tienen previstas otras seis operaciones para este lunes.

Acusaciones

El hecho provocó un sacudón en medio de la campaña política presidencial norteamericana. La virtual candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, afirmó hoy que la respuesta a la matanza de Orlando, el tiroteo “más letal” en la historia de Estados Unidos, no puede ser el “partidismo” y tampoco “demonizar” a los musulmanes ni “declarar la guerra a toda una religión”.

“Es hora de que todos nos unamos y recordemos a los que han sido asesinados, apoyemos a todos los que están sufriendo y después tratemos de averiguar qué podemos hacer”, comentó la ex secretaria de Estado. “Importa lo que hacemos, no lo que decimos”, agregó .

Clinton respondió así a las críticas del virtual candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, quien ayer condenó tanto a su probable rival en las elecciones de noviembre como al presidente Barack Obama por no usar la expresión “Islam radical” al referirse al extremismo islámico.

El histórico problema del control de armas

  • Lejos de contar con una norma que regule la problemática -algo que Barack Obama ha intentado en numerosas ocasiones- en Norteamérica un arma de guerra puede comprarse en el supermercado de la esquina. De hecho, Florida tiene restricciones muy livianas con las armas de fuego en comparación con otros Estados del país.

No hace falta una licencia especial. Sólo se requiere una revisión de antecedentes (y un periodo de espera de 72 horas para las pistolas de mano), una declaración que niegue antecedentes de enfermedad mental y violencia doméstica y tener más de 18 años.

Pero este es un problema que viene de larga data, aún cuando tiene sus expresiones más macabras en la actualidad. En al menos seis ocasiones en los últimos 100 años, los legisladores y la Casa Blanca se han unido para ponerse de acuerdo sobre mejoras significativas a la ley federal de armas sin obtener mayores resultados.

- 1934, 1938: Roosevelt contra Capone: En 1934 se aprobó una legislación que imponía nuevas penalidades criminales sobre las ametralladoras y las carabinas recortadas preferidas por los gánsteres más famosos de la época, en respuesta a la sangrienta violencia de figuras como Al Capone y Bugs Moran. El Congreso añadió elementos a esta ley Nacional de Armas de Fuego cuatro años después. La Ley Federal de Armas de Fuego de 1938 puso restricciones sobre las pistolas interestatales y el comercio de municiones. En muchos casos requirió por primera vez que los vendedores se inscribieran y llevaran un registro de sus transacciones.

- 1968: Víctimas políticas: El 22 de octubre de 1968, el presidente Lyndon Johnson firmó una reforma importante a la ley de armas, luego de tres muertes violentas de alto perfil.

En primer lugar, el asesinato de John F. Kennedy en 1963, en el que Lee Harvey Oswald utilizó un rifle ordenado por correo para matar al presidente. Los posteriores asesinatos de Martin Luther King Jr. el 4 de abril de 1968, y de Robert F. Kennedy dos meses después aceleraron el proyecto de ley, el cual introdujo estándares más estrictos de autorización e inscripción, una prohibición a la venta de armas y municiones a delincuentes y a personas consideradas mentalmente incompetentes y nuevas regulaciones sobre las ventas interestatales. La ley también instaló nuevas regulaciones para los “dispositivos destructivos”, entre ellos gases mortales, bombas, granadas, cohetes y misiles, y preparó el escenario para el nacimiento de la Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego en 1972.

- 1986: El compromiso de Reagan: El presidente Ronald Reagan firmó la “Ley de Protección a los Propietarios de Armas de Fuego”, que prohibía la venta de cualquier arma totalmente automática o ametralladoras a compradores privados. Pero también incluyó algunas victorias importantes para la Asociación Nacional del Rifle y los activistas en pro de los derechos a portar armas. La ley prohibía la creación de una base de datos nacional de armas de fuego y permitía que los propietarios pasaran libremente por los Estados sin controles siempre y cuando sus armas estuvieran guardadas o descargadas.

- 1993: El proyecto de ley Brady: La ley, nombrada en honor a James Brady, el secretario de prensa que recibió un disparo en la cabeza durante un intento de asesinato contra su jefe en 1981, requería que los vendedores con autorización federal llevaran a cabo revisiones de antecedentes penales en las compras de pistolas. Fue firmado por el presidente Bill Clinton en 1993, quien inicialmente pedía un periodo de cinco días de espera. Pero ese requerimiento fue retirado paulatinamente cuando el FBI lanzó su Sistema Nacional de Revisión Instantánea de Antecedentes en noviembre de 1998. De acuerdo con estadísticas federales, el NICS ha sido utilizado para llevar a cabo más de 225 millones de revisiones.

- 1994: Prohibición de Armas de Asalto: Al año siguiente, Reagan y dos expresidentes, Gerald Ford y Jimmy Carter, firmaron una carta en la que aprobaban una nueva ronda de legislaciones que prohibían la fabricación, posesión y venta de ciertas armas estilo de combate. También limitaba el tamaño del cargador que suministraba municiones a esas armas de fuego. La ley se venció en 2004 durante la administración de George W. Bush y aún no ha sido renovada.

¿Por qué el ataque fue tan sangriento?

  • El ataque perpetrado dentro de “Pulse” fue el tiroteo más mortífero en la historia de Estados Unidos. Una de cada tres personas en la discoteca resultó muerto o herido una vez que el Omar Mateen abrió fuego. ¿Qué factores colaboraron para que el número de víctimas fuese tan alto?

Un lugar ruidoso y lleno de gente

Según los expertos, los asesinatos masivos son más comunes en grandes espacios cerrados repletos de gente, en donde las víctimas ven limitada su capacidad de escape. El ruido también puede haber jugado como factor, ya que cuando Mateen comenzó a disparar, muchos pensaron al principio que los estruendos tenían que ver con pirotecnia o que incluso eran parte de la misma música.

Horas dentro de la discoteca

La policía no detuvo al atacante hasta tres horas después de que éste comenzara a disparar sobre la gente. Se trata de un tiempo inusualmente largo. De hecho un testigo aseguró que tras los primeros disparos, Mateen tuvo tiempo para salir del club y regresar a los minutos generando una “situación de rehenes”.

No se sabe si el tirador mató a más personas mientras la policía preparaba durante horas su detención. Esto es importante ya que la cantidad de tiempo que tarda la policía para responder puede ser un fuerte predictor del número de víctimas mortales.

Un arma de gran alcance

El AR-15 hallado en la escena del crimen es utilizado por las tropas desplegadas en Irak y Afganistán para combatir a los talibanes o al Estado Islámico. Se trata de un arma mortífera y precisa que en la mayoría de los países es imposible de adquirir legalmente en su versión militar, pero que en Florida puede comprar cualquiera. Aunque se trata de un fusil de asalto pensado para entornos bélicos, es el más comprado por los civiles. Puede alcanzar blancos de hasta 550 metros de distancia.

Después de las matanzas de la escuela primaria Sandy Hook (2012), del cine de Aurora (2012) y la de San Bernardino (2015), perpetradas todas con este arma, las ventas del AR-15 se multiplicaron en pocos días, ya que entre los compradores corrió el rumor, difundido por lobbies como la Asociación Nacional del Rifle, de que el Congreso finalmente prohibiría su adquisición. En internet pueden encontrarse cientos de AR-15 usadas en combate en Irak o Afganistán, lo que resulta aún más atractivo para los posibles compradores: un arma con memoria de guerra.

La pregunta del millón: ¿Por qué ocurren tantos tiroteos en EE.UU.?

  • Lo ocurrido ayer en una discoteca de Orlando es uno más en una larga lista de atentados en los que un atacante ha cobrado la vida de varias personas en un mismo incidente.

Cuando se trata de masacres masivas, Estados Unidos cuenta con una historia llamativa, pues en este país se han registrado más tiroteos que en cualquier otro país del mundo.

En efecto, entre 1966 y 2012 se calcula que hubo 90 tiroteos masivos en Norteamérica. Según los criminólogos, estos ocurren en un mismo episodio mueren cuatro o más víctimas, sin incluir aquellas matanzas entre pandillas o asesinatos que involucren a varios miembros de una misma familia.

Estos 90 tiroteos constituyen casi un tercio de los 292 ataques registrados en el mundo. Mientras que Estados Unidos tiene el 5% de la población mundial, ese país involucra al 31% de los tiroteos masivos.

Los expertos encuentran algunos factores comunes en los incidentes de Estados Unidos que los diferencian del resto del mundo.

Existe una gran probabilidad de morir en tiroteos masivos en el trabajo o en la escuela, mientras que en otros países esos incidentes ocurren típicamente cerca de instalaciones militares. En más de la mitad de los casos en Estados Unidos, el tirador tiene más de un arma de fuego. En incidentes internacionales, el atacante generalmente tiene sólo un arma.

En Estados Unidos hay un promedio de 6,87 víctimas por incidente, mientras que en los otros, el promedio es de 8,8 víctimas por ataque.

Por otra parte, en muchos de los casos, los tiradores estaban mentalmente enfermos. Sin embargo, estudios sugieren que mientras que el número de casos de enfermos mentales no ha aumentado significativamente, el número de tiroteos masivos se ha disparado.

Estos ataques se triplicaron entre 2011 y 2014, según un análisis de la Escuela Pública de Salud de Harvard y de la Universidad Northeastern. La investigación de Harvard muestra que los ataques públicos en ese periodo ocurrieron en promedio cada 64 días. Durante los 29 años anteriores, estos ocurrían cada 200 días, más o menos.

Algunos investigadores creen que esas masacres pueden ser “contagiosas”: una muerte o tiroteo incrementa las oportunidades de que otras puedan ocurrir en dos semanas. Es una “infección” que dura cerca de 13 días, según encontraron en otros estudios. Y este fenómeno sería más pronunciado en EE.UU. porque las armas están más disponibles para las personas que en cualquier otro país.

análisis

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a EE.UU.)

El país seguro, es el país del “miedo”

  • Los norteamericanos despertaron azorados por lo ocurrido. Supuestamente, este es un país seguro. Al menos, es la imagen que quieren brindar. Sin embargo, se perpetra el acto terrorista más grande desde el famoso 11S. Algo pasa.

El hecho no pasó ajeno al ámbito deportivo, que es lo que nos ocupa en estas semanas de estadía en Estados Unidos cubriendo esta Copa América que ayer apareció signada por la tragedia. Hubo minuto de silencio en los dos partidos que se jugaron ayer (Ecuador contra Haití y el polémico Brasil-Perú) y se reforzó la seguridad, triplicándose la cantidad de efectivos en los dos partidos que se jugaron.

Pasa en un momento de debate muy grande en este país. Debate político, claro. Dicen que la grieta, la división que se genera entre quienes se enrolan detrás del mensaje, para muchos peligroso, de Trump, y los que apoyan al actual gobierno, es muy grande.

Cuando uno entra a este país, se lo revisa de arriba abajo; en los estadios, por ejemplo, la requisa se intensifica. Entonces, ¿cómo puede ser que un individuo entre a un lugar público y de masiva afluencia, portando armas de fuego? Se deben pasar por scanners, sacarse cintos, calzados, etcétera. Sin embargo, este crimen de odio y terrorismo lo materializa un individuo que antes de hacerlo, llamó al 911 para declararse fanático del ISIS y “avisar” lo que iba a hacer. “El odio contra los musulmanes está creciendo. Es gente fallada en la mente, no es la religión”, confiesan los norteamericanos al enviado de El Litoral.

El FBI lo tenía como sospechoso, dicen, pero aparentemente el asesino responde a una célula individual, no a un grupo armado de choque. Y la consecuencia es que el miedo crece, al margen de que algunos lo entiendan como una cuestión política (dicho sea de paso, vale aclarar que todos los norteamericanos consultados coinciden en señalar que Obama nunca estuvo a favor de la venta masiva de armas, algo que ocurre en este país y cuentan que hasta ferias se instalan con el citado propósito). La gente siente miedo. Y nadie está exento, porque pasó en grandes ciudades y también en otras que son muy chiquitas en comparación, como en San Bernardino y ahora en un pueblito cercano a Orlando. Hay miedo de ir a un cine, a un recital, a un partido de béisbol o de básquet (los deportes que más atraen en Estados Unidos) y hasta de asistir a un partido de Copa América. “Antes, estas cosas pasaban en las grandes ciudades. Pero ahora pasa en cualquier parte”, generalizan.

“Yo me vine acá porque este es un país seguro, pero fijáte las cosas que pasan”, cuenta Luis, un santafesino que hace mucho tiempo está viviendo en Estados Unidos. Lo mismo dice Gabriel, aunque con menos tiempo. Como muchos habitantes del mundo, eligieron este país por algo que ahora es un motivo de duda. Todos admiten que cada vez hay más miedo. Y se ve que el tema ya ha pasado a formar parte de la agenda de estado, en medio de una confrontación política como hace mucho tiempo no se observaba en Estados Unidos.