Visita a Santa Fe

Gioja: “Falta que digan que hay que pasar el invierno”

El presidente del PJ criticó lo hecho por el gobierno de Macri en los primeros seis meses. “Seguir echando culpas a otros es debilidad de propuestas y falta de gestión”, enfatizó.

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“Tenemos que cumplir el rol de opositor, que tenemos que terminar de aprender”.

Foto: Guillermo Di Salvatore

 

Gabriel Rossini

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El presidente del Partido Justicialista criticó las políticas implementadas en los primeros seis meses de gestión por el gobierno que preside Mauricio Macri, dijo que al ajuste “lo están pagando los que menos tienen”, y anticipó que de la política lo van a sacar “con los pies para adelante”.

“A mí, el peronismo me ha dado todo. Es la tercera vez que soy diputado nacional, he sido senador nacional reelecto, diputado provincial, tres veces gobernador de mi provincia. Sentía la necesidad de devolver algo y a esta altura de la vida es tomar esta tarea con un equipo de compañeros valiosos como Daniel Scioli, los gobernadores, los intendentes del justicialismo con poder territorial, el movimiento obrero, las mujeres, los jóvenes. La idea es formalizar la conducción del partido, porque creíamos que era una afrenta que lo conduzca un interventor judicial”, enfatizó.

—Le tocó una tarea difícil, como es la de ser el conductor del peronismo en la oposición, cosa a la que los peronistas no están muy acostumbrados.

—Uno de los problemas más grandes en la política argentina debe ser que el peronismo pierda una elección porque tenemos muchísima vocación. La contra dice que somos golpistas pero es mentira. Lo que hacemos siempre -en el gobierno o la oposición- es estar al lado de la gente. Y si la gente se queja y nosotros nos metemos abajo de la cama estamos incumpliendo nuestra tarea principal. Tenemos que cumplir el rol de opositor, que tenemos que terminar de aprender.

—Por lo que aprendieron hasta ahora, ¿le parece que están siendo buenos o malos opositores?

—Estamos intentando ser buenos opositores.

—Muchas veces se los acusa de poner palos en la rueda

—Si poner palos en la rueda es decir que Aranguren es un mal ministro, me quedo con el palo en las rueda. Lo digo por las marchas y contramarchas con el aumento de las tarifas de la energía eléctrica, el gas o los combustibles. No puede ser que diga que van a aumentar el 1.600 por ciento por ciento y después porque me hacen ruido lo bajo al 400. ¿Cómo es? ¿Es sólo una planilla excel o veo la realidad, la gente? ¿Soy dueño de 16 millones de pesos en acciones de Shell de la que fui autoridad máxima hasta hace poco y tengo que dirigir la energía en Argentina? Me parece que no está bien. Y las cosas que no están bien hay que decirlas. Creo que no está bien el ajuste que se está haciendo porque lo está pagando el que menos tiene y hay beneficios para la economía concentrada. Las cargas no se distribuyen a todos por igual.

—Por un lado, reciben las críticas del gobierno y por el otro lo corre un sector del peronismo que los acusa de colaboracionistas.

—Por eso, en el peronismo siempre la tercera posición es para todos. El equilibrio para todo. Tenemos que hacerlo con mucha prudencia pero también con mucha firmeza.

—Así como Fontanarrosa decía que como jugador de fútbol lo había salvado la invención del cuarto volante; al peronismo, para haberlo hecho la tercera posición.

—El doble cinco dice usted... La tercera posición es una cuestión doctrinaria que es el sentir mayoritario del pueblo argentino.

—Se lo ve activo, anda bastante por el país. ¿Qué escucha de la gente? ¿Qué sensación tiene?

—Veo que lamentablemente están pasando algunas cosas que ya sucedieron en otra época y no terminaron bien, que quiero que rectifiquen y cambien. La bicicleta financiera con tasas de interés al 38% y dólar quieto la hemos vivida. Todos los sectores de la economía van para atrás, todos los índices sociales van para atrás, los únicos que han ganado en estos seis meses son los bancos. Hay que poner atención en el ajuste. Nos parece que no hay planificación, que vivir diciendo que la culpa es del que estuvo antes, metiendo el dedo en la llaga, agrandando la grieta, no sirve, no hace a que los argentinos podamos unirnos.

—Seguir echándole la culpa al que estuvo antes...

—Es debilidad de propuestas y falta de gestión.

—Pero parte de la sociedad cree en eso.

—Llevan seis meses de gestión... si la gente tiene esperanzas hay que alimentarla. Había otra época que también pasaba lo mismo y al final no fue así.

—Estamos mal pero vamos bien...

—Parecería que ahora falta que digan que hay que pasar el invierno. Bueno, la vicepresidente lo dijo. El túnel, la luz al final del camino. No vaya a ser que sea un camionazo que viene de frente y nos lleve por delante a todos.

—¿Cree que el 2017 puede ser distinto?

—Tengo esperanzas de que se dediquen a gobernar de una vez por todas, que haya gestión. Tomemos un área. Le pregunto: ¿quién es el ministro de Salud de la Nación?

—No tengo idea.

—No tiene idea porque no hay un plan de salud. Entonces, el dengue avanzó, la gripe A avanzó, a los planes Remediar los están desarmando. Están desarmando los planes que tienen que ver con la salud de la gente. En Seguridad, no hay un plan. La Policía Federal desmiente a la ministra de Seguridad. La hicieron venir a Santa Fe a anunciar que habían detenido a una persona y resulta que no lo tenían. Eso parece de Fontanarrosa.

—En este contexto, usted me dice que el peronismo esta aprendiendo a hacer oposición. Pero necesita un nuevo líder.

—Ya va a aparecer. Lo he dicho muchas veces: el peronismo es una cantera de producir buenos dirigentes. Cuando no hay un líder claro la organización lo reemplaza. El general Perón decía que la organización vence al tiempo y es así. Tenemos que construir una gran cúpula para que todos los que tengan o crean que el pensamiento de Perón y de Evita es el que rige su actividad política tengan un espacio para desarrollarse, crecer y competir. No sirve que haya tres o cuatro peronismos. Sirve que estemos unidos y que dentro de esa diversidad seamos tolerantes y aceptemos al mejor. ¿Y sabe quién es el mejor? El que elige la gente.

—Pero para eso falta un año.

—En el mientras tanto, hay que organizar el partido, marcar presencia, que la gente vuelva a tener esperanzas en nosotros porque tenemos buenos cuadros, hicimos un montón de cosas que vamos a reivindicar, nos equivocamos en otras y tenemos que salir adelante.

—¿Dónde la ubica a Cristina?

—Es una gran referente de la política nacional, no solamente del peronismo, que no quiere participar de la política partidaria. Lo dijo varias veces. Por eso organizamos el PJ y seguimos trabajando. Tal vez con ella desde otro plano, estemos convergiendo hacia lo mismo.

—¿Cree que toda esta tarea se va a ver reflejada en las elecciones del año que viene?

—Percibo que sí, porque este peronismo tiene una tremenda vocación de poder y ha dado soluciones a cada uno de los momentos de la vida política argentina. No se olvide que cumplimos 70 años del primer triunfo del general Perón como presidente de la Nación.

—Hay un amigo mío que dice que en Argentina el futuro siempre es el peronismo.

—Y el presente también... Mire, creo que si volvemos a las cosas nuestras, si ponemos las 20 verdades encima de la mesa; si dejamos de ideologizar; si somos como lo define una de estas verdades, eminentemente prácticos, cristianos y humanistas como somos los argentinos; no tenemos que ir a buscar cosas a otro lado. Y lo que tenemos que hacer es cumplir con la octava verdad que dice que en la escala de verdades de un político peronistas primera está la patria, después el movimiento y por último los hombres.