“Pupi” Martolio, Alejandrina Saccone y Pedro Bartés, en Seattle

Los santafesinos, la “messimanía” e historias en la tierra de Bill Gates

El fútbol y El Litoral los junta. “Pupi” es un fanático futbolero que sigue a la selección; “Ali” hace 29 años que se vino y se emociona cuando habla de su ciudad, y Pedro es de nuestra casa.

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Edmundo Martolio conversa con el enviado de El Litoral con el Century Link Field, imponente y de testigo. Espera por estas horas la llegada del actual vice sabalero, Patricio Fleming.

Foto: El Litoral

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Seattle, Estados Unidos)

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El estadio de Seattle queda en pleno centro de la ciudad, al lado del otro, tan grande como el Century Link Field, que es el que se utiliza para el béisbol y tiene el techo corredizo. Parece más nuevo, pero no lo es. Luce impecable. No tiene lugares para estacionamiento de autos, lo cual torna caótico el tránsito a la salida. Pero sus ingresos y accesos son increíbles, como en realidad lo son todos en esta Copa América.

La escenografía no cambia demasiado. Muchas camisetas celestes y blancas que no necesariamente implican presencia de argentinos, por esto de la enorme devoción que causa un solo jugador, Lionel Messi, en todos los norteamericanos. No sé si ha pasado con otros países, pero en estos últimos tiempos —hablemos de 30 ó 35 años a esta parte— haber tenido a Maradona, al Papa Francisco y a Messi, hizo que de Argentina todos hablen. La fama de ellos, nos hace trascender de una manera impensada, abrumadora, increíble.

Pero hablamos de esa escenografía que no cambia demasiado y en la que los santafesinos se involucran, de distintas maneras. No había camisetas de Colón ni de Unión esta vez, como ya ocurrió en Santa Clara, por ejemplo. Pero por ahí andaba el gaucho de Esperanza (Hugo Lisowij), junto a su esposa Graciela y a un par de amigos que los acompañaron hasta esta hermosa ciudad que está muy cerca del límite con Canadá, pero no eran los únicos.

“Pupi” Martolio se derrite por los colores celeste y blanco, los de Argentina y los de su Racing querido. No para de hablar añoranzas de su Sastre querido (“Sastre es el lugar de mis orígenes, es mi lugar en el mundo y es el lugar al que yo sé que siempre puedo estar y volver”, dice) y habla de todo con El Litoral. “Yo estuve en el Mundial de 1994 y el clima de fútbol se empezaba a vivir, pero ahora se vive mucho más. Me sorprende la cantidad de gente que está vestida de celeste y blanco pero que no es argentina. Éste es un país con muchos orientales y se los ve vestidos de Argentina. Es una experiencia diferente”, cuenta Edmundo Martolio.

—¿A qué se debe tanto fanatismo por el fútbol, “Pupi”, al punto de seguir a la selección por todas partes?

—Es la combinación perfecta: viajar y ver a la selección. Estuve en lugares inverosímiles, inclusive en torneos juveniles, que si no fuese por el fútbol nunca hubiera conocido. Te pongo como ejemplo Arabia Saudita o Nigeria, donde fuimos con Paddy Fleming. Es una pasión que me va a durar mientras me den las tabas.

—A usted le gusta el fútbol y no tiene otro interés creado que el del fútbol-juego propiamente dicho. ¿Cómo ve lo que pasa en nuestro país, en comparación con lo que ocurre en otros lugares?

—Todo lo malo se corrige con una represión feroz, no como en Argentina. En nuestro país, cuando se reprime a los inadaptados, se los defiende. La gente, en otras partes, aprende en imperativo. En Argentina estamos mal educados. Acá veo a madres con nenas chicas, sin el marido. Vienen a la cancha solas porque pueden. En Argentina, la familia se alejó de los estadios por seguridad. Se necesita un aparato represivo que imponga condiciones. Es como el tránsito, acá te quitan el auto si te agarran borracho y las multas son caras y se pagan. Son países donde se educó a la gente por la fuerza. No es que nosotros seamos mal educados, el ser humano lo es, por naturaleza, y se corrige si el sistema lo impone. Hasta que esto no pase, seguiremos mal en nuestro país, tanto en el fútbol como en cualquier orden de la vida. Los inadaptados, hoy, son mayoría.

—Ve fútbol desde hace mucho tiempo, ¿cómo es el fútbol de ahora en comparación con lo que usted vio en otros tiempos?

—Los de antes eran muy buenos como los de ahora. Yo estoy seguro que hace décadas atrás hubo algunos Messi o Maradona, lo que pasa es que los entrenamientos y la alimentación era diferente, hoy se ven jugadores más veloces que antes y esto tiene que ver con lo físico, más que con lo técnico. Por eso, antes había espacios, se podía pisar la pelota, tenerla un ratito. En el fútbol de hoy, el que la quiere pisar tiene a cinco que lo rodean de inmediato.

En el caso de “Pupi” —que espera por la llegada en estas horas de Patricio Fleming—, es un santafesino que aprovecha el fútbol y los partidos de la selección como una excusa perfecta, como él mismo lo dijo, para viajar, conocer el mundo y seguir de cerca sus colores favoritos. Pero el partido del martes sirvió también para que El Litoral se encuentre con otros santafesinos que estuvieron en la cancha y que ese simple hecho los acercó un poquito a su tierra querida.

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Pedro Bartés (de gorrito y con la camiseta de Argentina), otro santafesino que se deleitó con la selección y fue al estadio acompañado por amigos. Llama la atención la popularidad que tiene Messi en esta tierra en la que el fútbol no termina de igualar la importancia del béisbol y el básquet.

Es el caso de Alejandrina Saccone, una chica que hace 29 años —siendo muy jovencita— tomó la fuerte decisión de venirse a Estados Unidos en busca de un futuro mejor. “De Santa Fe tengo los mejores recuerdos, sobre todo de mi infancia y adolescencia en la escuela Nuestra Señora del Huerto y mi casa en el barrio Sur, allí en Juan de Garay entre 25 de Mayo y Cruz Roja Argentina”, cuenta “Ali”, totalmente arraigada ahora a su vida en este país.

Hace un par de meses, Alejandrina y su esposo norteamericano estuvieron en nuestra ciudad. “Me sorprenden algunas cosas, naturalmente, y para bien. Acá, en Estados Unidos, la vida es distinta, no se tiene esa relación permanente con la gente, con las amistades”, cuenta Alejandrina, que hizo carrera laboral, llegó a ser gerente de un Banco y fue bombera voluntaria. Aunque deja escapar una sonrisa cómplice cuando recuerda algunas anécdotas de chica: “Con mis primos nos salteábamos tapiales y nos trepábamos a los árboles, no era una chica muy ‘normal'...”, dice “Ali”, estallando en risas y esperando con ansiedad el ingreso a la cancha, admirándose, por ejemplo, de la manera de alentar al equipo por parte de algunos argentinos que se hacían sentir con el ya famoso “Brasil, decime que se siente...”, que la hinchada argentina inmortalizó en el Mundial de 2014.

El último de los casos, hablando de Santa Fe, que nos ocupa, es alguien vinculado a nuestra casa, a El Litoral. Pedro Bartés, hermano de José, uno de los actuales gerentes del Diario, vive hace muchos años en Seattle y fue otro que esperó con mucha ansiedad la llegada de la Copa América. “En este estadio, va a jugar Estados Unidos el partido de cuartos de final con Ecuador, pero está claro que el fervor que le ponen los argentinos y la pasión de los norteamericanos por Messi, hace que esto sea distinto. El fútbol todavía no termina de prender definitivamente en este país”, cuenta Pedro, que trabaja como productor en una radio.

Encontrarse con el enviado de El Litoral lo acercó a sus orígenes, a lo que fue su vida familiar y a lo que seguramente asimiló de chico. Preguntó por la gente del Diario, obviamente, especialmente por su hermano y también por su primo Gastón Dubois. “Me dijo que iba a venir pero desistió, cuando lo veas decile que acá lo estoy esperando”, lo dijo reiteradamente, antes de despedirse y buscar su lugar en un estadio de ensueño, que aun colmado en un 60 ó 65 por ciento, tuvo alrededor de 45.000 espectadores que vivieron un buen espectáculo y se quedaron con las ganas de gritar el gol número 54 de Messi, el que está faltando para que iguale otro récord —el de Batistuta como máximo artillero de la selección—, algo que tarde o temprano (ojalá sea este sábado y no nos haga esperar) se va a cumplir.


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Alejandrina Saccone no aparenta para nada la edad, pero la delatan los recuerdos de ir a bailar al country del Jockey Club. Como fondo, la imponente Seattle.

Fotos: El Litoral

 

análisis

por Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Seattle, Estados Unidos)

Si estuvieran todos...

Martino no puso todavía el equipo titular con el que soñaba para esta Copa América y tampoco lo hará el sábado, en Boston. Es que Di María no está para jugar y eso le resta a uno que juega seguro porque es uno de los titulares indiscutidos y figura preponderante para su esquema.

Recuperado Biglia, sin riesgos ahora para los que estaban amonestados y fueron “guardados”, esta Copa América le está dando el espaldarazo que le faltaba a Banega (uno de los mejores jugadores de la selección, en lo individual) y, en contrapartida, otra vez le hace perder derechos de titularidad a Higuaín.

El arquero y la defensa se recitan de memoria. Después, ¿Biglia-Mascherano-Banega?, es una clara opción para el armado del mediocampo. Un “5” neto y dos volantes internos con despliegue y juego para llevar la pelota. ¿Y arriba?, Messi seguro, Agüero con más chances que Higuaín y la duda es el reemplazante de Di María. El abanico de posibilidades arranca en Gaitán (lo puede ayudar el perfil zurdo), sigue en Lamela y termina en Lavezzi (fue figura en Seattle ante Bolivia). Si estuviesen todos bien, el equipo se podría recitar casi de memoria. ¿No le parece?

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Distensión y alegría en la práctica en Boston

  • El seleccionado argentino se entrenó ayer de manera liviana en el predio deportivo de la Universidad de Harvard, en Boston, de cara al partido del sábado a las 20 (hora de Argentina) contra Venezuela en el estadio Gillette de Foxborough, por los cuartos de final de la Copa América Centenario Estados Unidos 2016.

El plantel albiceleste, con Lionel Messi a la cabeza “con mate en mano”, llegó a las 19.20 al campus de Harvard y realizó trabajos regenerativos, tras el triunfo del martes sobre Bolivia por 3-0, que le permitió finalizar en el primer puesto del Grupo D invicto y con puntaje ideal, ya que previamente superó a Chile por 2-1 y a Panamá por 5-0.

La práctica se desarrolló en un clima muy distendido y con muchas sonrisas, fruto del gran momento futbolístico que atraviesa el seleccionado en el certamen. Los jugadores arribaron por la mañana a Boston proveniente de Seattle, inmediatamente se hospedaron en el hotel The Westin Copley Place, donde descansaron y almorzaron, y recién por la tarde hicieron trabajos regenerativos en la Universidad de Harvard. El director técnico Gerardo Martino contó para las tareas recreativas con pelota (el clásico “loco”) con todos los futbolistas, a excepción del mediocampista cordobés Javier Pastore, quien todavía no se recuperó de un desgarro en el sóleo del muslo izquierdo, y del delantero rosarino Ángel Di María, que sufrió un pequeño desgarro en el aductor derecho.

Mucha calma.

Agüero toma mate, Martino consulta su celular y Messi saluda a la gente, en el primer entrenamiento en Boston, realizado ayer en la Universidad de Harvard. Foto: EFE