Oscar Blando, director provincial de Reforma Política

“La reelección suele ser un pretexto para no renovar la Constitución”

El funcionario consideró que el tema no puede excluirse de una eventual reforma. Y advirtió que así como hay que discutir un posible segundo mandato del gobernador, también debería debatirse cómo limitar las reelecciones indefinidas de legisladores e intendentes. El Ejecutivo mide los tiempos.

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Blando: “Podría discutirse si se mantiene la división por departamentos o si se puede regionalizar”. Foto: Archivo El Litoral

 

Ivana Fux

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Una vez más, la reforma de la Constitución divide al arco político santafesino y a la coalición gobernante. Como pocos, el tema encuentra la aceptación de todos cuando se habla de su necesidad, pero reparos a la hora de juzgar su oportunidad. Eso, en la superficie. Porque en lo medular, la habilitación o no siempre está sujeta a una razón política. Así como en la gestión de Hermes Binner el tema tabú era la uni o bicameralidad, ahora lo es la reelección del gobernador. Cada postura de los protagonistas lleva implícitas estrategias para el futuro. Miguel Lifschitz (PS) propuso una reelección sin su autoexclusión, Antonio Bonfatti (PS) retrucó “reelección sí pero para los próximos mandatos”; José Corral (UCR) adelantó reforma sí pero sin reelección ni del actual ni de los futuros; Omar Perotti (PJ) dijo que no es una urgencia, mientras que Ricardo Olivera (jefe del PJ) opinó que “podría ser”.

El éxito de la reforma no sólo dependerá del acuerdo que se logre sobre la reelección; antes deberán aquietarse las aguas internas del Frente Progresista, agitadas por la presión del PRO para que la UCR defina en qué coalición se quedará. Por eso, el Poder Ejecutivo mide y seguirá midiendo los tiempos.

En diálogo con El Litoral, el director provincial de Reforma Política y Constitucional, Oscar Blando, dijo que en el transcurso del año intentarán avanzar con la ronda de diálogo en todas sus instancias, mientras reservan para el 2017 la reforma propiamente dicha.

—¿Cómo se justifica la necesidad de una reforma?

—Santa Fe tiene junto a Mendoza una de las Constituciones más antiguas del país. No adhirió en los años 80 después del proceso de las reformas de casi todas las provincias; tampoco actualizó su Constitución luego de la reforma nacional del 94, por lo tanto está claro que esa Constitución santafesina que fue progresista en su época, está desactualizada. Para dar un ejemplo, es propio de una Constitución del siglo XIX que el inicio de las sesiones legislativas sea el 1º de Mayo; esto es en Santa Fe una cláusula del siglo pasado. En este sentido respondo también a quienes dicen que no es tiempo para la reforma y que no hay urgencia; miren, las Constituciones se han dado en general en épocas de crisis y no siempre de normalidad o estabilidad. En 1853 todavía estaban humeantes los cañones de la guerra civil y, sin embargo, se organizó la Nación sobre la base de esa Constitución. Pareciera que nunca es tiempo para una reforma. Y puede ser que no haya gente pidiéndola, pero sí hay gente reclamando derechos, justicia, transparencia, seguridad, y son todas cosas que una Constitución puede incorporar. Son cuestiones que van desde la ampliación de derechos hasta otras que hacen a la organización de los poderes en la provincia. Me parece que no hay obstáculo en que mientras en una gestión de gobierno hay funcionarios que están las 24 horas trabajando para resolver los problemas cotidianos, haya otros sectores que nos dediquemos a proyectar la posible reforma.

—¿Hay un borrador sobre los temas, más allá de la reelección?

—El gobernador prefiere no presentar un proyecto de reforma sino compartir con los actores políticos y luego con la sociedad una serie de temas que deberían ser habilitados. Podemos hablar de cuestiones que tienen que ver con la organización del poder. En el Judicial, por ejemplo, hay situaciones que han avanzado en la Justicia Penal y que merecerían un diseño diferente; hoy, el procurador es integrante de la Corte según la Constitución, mientras que según el Código Penal debe estar al servicio del sistema público de la Acusación y la Defensa. También se puede plantear la constitucionalidad del Consejo de la Magistratura. Podríamos hablar sobre temas de naturaleza política, por ejemplo, desde tener mayorías especiales para cambiar leyes electorales y hasta rediseñar un tribunal electoral diferente.

—¿Se piensa incluir la discusión sobre la bicameralidad?

—Por lo que uno puede observar, hay un consenso para mantener la bicameralidad. Me parece que ése no sería un tema a incluir. Pero sí podría discutirse si se incorpora un sistema de proporcionalidad o de representación distinto al uninominal que implica un senador por departamento. Podría discutirse si se mantiene la división por departamentos o si se puede regionalizar.

—¿Se podría excluir la reelección para evitar que vuelva a fracasar la reforma?

—Yo creo que el tema de los mandatos es una cuestión a discutir, no sólo la del gobernador y vice, sino también de los legisladores.

—¿Para limitar la reelección indefinida que tenemos hoy?

—Claro, limitar la reelección. Es un tema a discutir aunque no digo que tenga que salir, y obviamente, extender el mandato de los jefes comunales de dos a cuatro años. También debatir los mandatos indefinidos de los concejales, porque pareciera que tenemos una restricción muy importante para el mandato del gobernador y una gran amplitud en cuanto al Poder Legislativo e intendentes. El tema del Poder Ejecutivo es a discutir al igual que la implementación del balotaje. La reelección obviamente va a estar en la discusión, pero creo que tiene que partir de la mayoría de las fuerzas políticas. Sí me animo a decir que se debería habilitar (la reelección) para un mandato; lo que no podemos hacer es sumar reelecciones indefinidas en ningún cargo.

—¿Reelección por un mandato y se verá si se incluye al actual o no?

—Por supuesto. De todas maneras creo que a veces el tema de la reelección es un pretexto para no reformar porque hubo gobernadores como (Jorge) Obeid y (Hermes) Binner que decían que se autoexcluían y tampoco lograron la reforma, por lo tanto, algunos lo plantean más como un pretexto para no hacer la reforma que porque no corresponde. Es una discusión que hay que dar. Lo que no puede ser es que la reelección sea un obstáculo para hacer la reforma. E incluir los demás temas, como la ampliación de derechos. Acá hay una centralidad en términos políticos pero hay que hacer un diálogo con la sociedad y que sea partícipe de esa discusión.

—¿En la práctica hay un esquema de trabajo definido?

—Hay tres niveles de discusión que hay que dar: uno es con los partidos y legisladores con representación parlamentaria; un segundo nivel es con académicos y especialistas, y una tercera instancia con la sociedad civil. Tiene que ser un diálogo fecundo, que se materialice durante este año, para que el año que viene podamos concretar la reforma.

“Pareciera que tenemos una restricción muy importante para el mandato del gobernador (que no tiene reelección) y una gran amplitud en cuanto al Poder Legislativo e intendentes”.

Oscar Blando

Director Provincial de Reforma Política y Constitucional

El dato

Necesidad

  • Blando recordó que la Legislatura, después de la ronda de discusión con los partidos políticos, académicos y sociedad civil, debe aprobar con los dos tercios de Diputados y Senadores, la Ley de Necesidad de la reforma, que establecerá, además, la forma de elección de los convencionales, si la reforma es total o parcial, qué temas serán incluidos y durante cuánto tiempo sesionará la Convención.