Pastoreo Racional Intensivo

Las vacas como filosofía

En la Cuña Boscosa Santafesina implementaron un sistema ganadero altamente eficiente basado en el Pastoreo Racional Intensivo. Un sistema que promete mayor productividad por hectárea, cuidado de la biodiversidad, y un gran potencial para las zonas que puedan quedar por ley fuera de la producción tradicional.

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Estado corporal. Aún en pleno invierno, la hacienda cuenta con una buena provisión de pasto y agua, y esto se refleja a simple vista. Foto:Juan Manuel Fernández

 

Federico Aguer

Juan Manuel Fernández

ENVIADOS ESPECIALES

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“Hace unos años atrás me ofrecieron un millón de dólares por el campo. Lo pensé y les dije que no”. La anécdota, interrumpida por la emoción, pertenece e José Torterola, protagonista de esta historia, quien desarrolla un emprendimiento ganadero que -de generalizarse- podría transformar los volúmenes productivos de carne a nivel provincial.

Para ver de qué se trataba, Campolitoral viajó hasta el establecimiento “Don José”, en Colonia “La María”, muy cerca de la Colonia El Toba, en la zona rural entre Margarita (departamento Vera) y Alejandra (departamento San Javier), junto con Darío Giménez, estudiante avanzado de Agronomía de la Facultad de Zavalla, quien se encargaría de hacer un relevamiento técnico para la Universidad. En ese campo de cañadas, por donde corría el cauce original del arroyo El Toba, desarrollaron un sistema productivo altamente eficiente que sorprende por sus números y por la biodiversidad que promueve.

Allá por 1989, le propusieron a su dueño implementar el Pastoreo Racional Intensivo (PRI), una técnica diseñada por el francés André Voisin, cuyo principal difusor en la zona es el Ingeniero Agrónomo brasileño Luiz Carlos Pinheiro Machado, mediante la cual es posible aumentar la carga animal y triplicar la producción de carne o de leche.

Para Torterola, la metodología tiene un sustento filosófico, basado en el respeto al ambiente y su entorno vegetal y animal. “Primero hay que aprender del campo; segundo aprender de los animales; y por último, pensar en la plata”, dispara este radical que recibió a Campolitoral en su casa, boina blanca mediante.

Manejo y agua. Gracias a esto, en el campo “Don José” exhiben cifras que elevan la vara de una productividad ganadera eficiente. Bajísima mortandad (0.3/0.4%), alta carga animal (hoy, en invierno, más de 900 cabezas en 700 hectáreas) y producciones récord en kilos (300/400kg/ha contra una media de 80 en la zona), constituyen un sistema de engorde de hacienda que podría incrementar drásticamente la cantidad de kilos de carne producida no sólo en los Bajos Submeridionales, sino en toda la provincia de Santa Fe.

Manejo

Desde el inicio del emprendimiento, Torterola se aferró a la observación con rigor científico para aprehender los secretos de su campo. “Caminen el campo y dejen que el campo les hable”, sentencia con autoridad. Gracias a eso, transformaron una vieja cañada de suelos salinos destinada a la cría de nutrias en una eficiente fábrica de carne. Lo hizo de la mano de su capataz, peón y amigo, Ramón Mendoza, “Moncho”, quien se fue transformando en un experto en la faena de mover hacienda entre corrales de boyeros eléctricos, analizando el estado corporal, las necesidades de alimento y agua, y la disponibilidad “verde” de cada potrero. De las 2.000 hectáreas originales, el campo se redujo a 700 por divisiones, por lo que no pudieron cumplir el objetivo original de parcelar la totalidad, pero con esas 700 que quedaron, armaron 6 circuitos de 75 potreros de una hectárea cada uno, que hasta en un crudo invierno como el actual cuenta con buena provisión de pasturas para ofrecer a la hacienda.

Para lograrlo, dejan descansar el potrero hasta 60 días, permitiendo el rebrote de la diversidad “verde”. En los comienzos sembraron rygrass, lotus, festucas y cebadillas, de los que sobrevivieron los dos primeros. Curiosamente, el incesante pastoreo y bosteo incentivó la llegada de otras variedades más inesperadas, como el pasto miel, pasto macho o la horqueta. “La bosta es plata”, agrega Torterola entre risas. Y donde antes apenas sobrevivía a duras penas un pastito de cañada, hoy (ni hablar con la llegada de la primavera) reverdece un múltiple banquete verde.

El sistema es tan eficiente que los Torterola garantizan novillos de 300 kg. en dos años, y un índice de marcación superior al 75 %, muy por encima del 50 de la zona. Y en las peores épocas de abril, a pedido de amigos ganaderos de islas inundadas, llegaron a tener 1.200 kilos de carga animal por hectárea.

A nivel sanitario, el desafío implica prevenir las parasitosis, lo que logran agregando minerales y desparasitando la hacienda en los corrales de entrada al campo cada 60 días.

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Agua

Lo interesante del sistema es que sus requerimientos distan de un planteo de alta tecnología. Se trata más bien de un sistema de tecnologías de procesos. A nivel insumos, requiere de una inversión menor: boyeros eléctricos que dividen los lotes y un sistema de provisión de agua basado en dos bombas y tubos plásticos que la distribuyen en bebederos radiales que abastecen varios potreros a la vez. No usan molinos para evitar la salinización y para aprovechar la pendiente natural del campo, lo que garantiza la provisión de un insumo de primerísima calidad a cada una de las aguadas de los potreros. Para demostrarlo, Torterola se sirve un vaso de agua de su prístina vertiente, lo saborea entrecerrando los ojos, y lo comparte con los enviados de Campolitoral: agua pura.

La clave fue llevarla -por cañerías- desde el casco, donde cuenta con una bomba sumergible y grandes tanques de almacenamiento, hasta los potreros. Antes la hacienda caminaba grandes distancias hasta la represa, pero viendo esto Torterola recordó un dato que le dio Machado: “por cada 1.000 metros de marcha el animal pierde 50 gramos”. O sea que prácticamente el rodeo consumía la ganancia diaria.

La visita al establecimiento la propuso el Ing. Agr. Israel Feldman, asesor del Ministerio de la Producción, quien propone ampliar este sistema a la zona de los Bajos Submeridionales. “Los Bajos tienen una superficie de más de 2 millones y medio de hectáreas, a la que se le suma la zona de “ecotono” (zona de transición entre los Bajos y el Domo Occidental) desde Ceres hacia el Este y antes de Campo Garay, con espartillares y algún algarrobo, con lo que se suman otras 500 mil hectáreas. Si mejoramos 300 kilos por hectárea tenemos un lucro cesante de un millón de toneladas de carne, simplemente implementando tecnología de procesos y muy pequeñas inversiones. También se pueden hacer forestaciones para embellecer y para protección del campo, del ganado y de los postes. Hay más de 180 especies de árboles que crecen en suelos alcalinos, salinos e inundables. Los Bajos Submeridionales tienen una superficie algo menor que la provincia de Tucumán o Misiones, altamente pobladas. Y en los Bajos no tenemos gente viviendo de forma permanente. En Israel, con una superficie similar y con registros de lluvia muy inferiores, viven 8 millones de habitantes”, compara Feldman.

Si bien cada campo tiene sus características, la adaptación de esta técnica permitiría que campos improductivos pasen a ser altamente productivos. “A esto lo podemos demostrar, y así empezar a poblar esta región. Si llegamos con tecnología podremos crear una zona que genere riqueza, fuentes de trabajo y mano de obra, que es lo que necesitamos”, se entusiasma.

De hecho, están preparando para septiembre un visita masiva al campo de Torterola con los grupos CREA, las Universidades y las Sociedades Rurales. “Se pueden producir 750 millones de kilos de carne más”, dispara Feldman. Sólo es cuestión de abrir la cabeza.

¿Qué es el Pastoreo Racional Intensivo?

Es el método para obtener alimentos saludables de origen animal fundamentado en brindar una dieta equilibrada de base pastoril para la alimentación del ganado. En un sistema en PRI el animal cosecha diariamente un pasto sano, limpio y fresco; se le brinda confort y buen trato para que pueda expresar su óptima capacidad de producción. Está técnica de producción de alimentos saludables de origen animal se basa en la preservación de los procesos biológicos que dan fertilidad al suelo; el conocimiento del crecimiento de los pastos; la observación del comportamiento animal, y de sus necesidades alimenticias y sanitarias; la capacitación y estímulo a la persona que lleva adelante la producción. La empresa que lleva adelante un proyecto de este tipo basa su estrategia de gestión en la implementación de modelos productivos sustentables y económicamente viables; para lo cual establece como premisas el uso óptimo de sus recursos productivos, en la capacitación y motivación de su personal, en un mínimo o nulo uso de fertilizantes químicos solubles y agroquímicos, y en una fluida comunicación entre todos los que participan del proceso.

 
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“Primero hay que aprender del campo; segundo aprender de los a nimales; y por último, pensar en la plata. Caminen el campo y dejen que el campo les hable”

José Torterola

 

 

En primera persona

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Darío Alberto Giménez

  • Acordamos una entrevista a campo con José Torterola a los fines de aprender y de visualizar una experiencia en sistemas alternativos de producción agropecuaria. En particular, Torterola se dedica al Pastoreo Racional Intensivo, o dicho de otro modo: el pastoreo diario de pequeñas superficies con alta carga animal instantánea. Entre las curiosidades más importantes de este tipo de manejo, hay que detenerse en dos aspectos fundamentales de la unidad productiva.

En primer lugar, desde el punto de vista ecológico, teniendo en cuenta que la mayor parte de la superficie del establecimiento corresponde a suelos que presentan limitantes tanto de salinidad como de anegamiento, llama la atención el porcentaje de cobertura del suelo que brinda el tapiz vegetal.

En segunda instancia, desde el punto de vista productivo propiamente dicho. A priori, los valores de productividad son semejantes a los alfalfares presentes en la zona que corresponde a la región de la Pampa Ondulada. Además, el estado de la hacienda a la salida del invierno es cuanto menos...fantástico.

Para terminar de validar la información y completar las valoraciones técnicas, hace falta estudiar en profundidad las especies presentes en el tapiz vegetal a lo largo de las cuatro estaciones del año, la calidad del agua utilizada, el perfil edáfico y el mapa de suelos. Además, construir del modo más detallado posible los índices productivos ganaderos.

No es menor decir que el manejo del productor plantea un reto a la valoración de este tipo de suelos como “marginales” para la producción agropecuaria. He aquí la importancia de ésta experiencia productiva que data de 20 años de práctica ininterrumpida.

A modo de conclusión, se puede resumir que el manejo tiene tres requisitos imprescindibles: agua para beber, alturas para rumiar y un alto grado de apotreramiento de la superficie. Si yo tuviese que definir el sistema en una sola oración y exijo autoría intelectual, diría que Torterola hace “Pastoreo de Precisión”, ya que cada metro cuadrado de la superficie de la explotación es asignado a una categoría de hacienda específica y durante un lapso de tiempo específico.