LA POLÍTICA EN FOCO

¿Pobreza cero sólo para Buenos Aires?

Luis Rodrigo

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Las ciudades Santa Fe y Rosario -se diría que en ese orden- viven una doble discriminación. Ambas siguen fuera de los beneficios de la ley provincial 12.385 de obras menores que en su texto alcanza sólo a las municipalidades de segunda categoría y a las comunas. Y además, se mantienen congelados los recursos que les aporta el Fondo del Conurbano de la Nación, que son idénticos a los que sendas urbes recibían allá por 1995.

Nuestra ciudad -por obvias razones políticas- no tiene siempre la misma fluida relación que sí existe entre la Casa Gris y el Palacio de los Leones rosarino. Es cierto que aquí se cumple el Acuerdo Capital para sostener los proyectos provinciales en la capital provincial, pero no hay dudas respecto de un horizonte de tensiones entre el gobernador socialista Miguel Lifschitz y el intendente radical José Corral.

La difícil posición del radicalismo santafesino, con un pie dentro del Frente Progresista en el ámbito provincial, y otro en Cambiemos a nivel país, crea unas condiciones de equilibrio que son cuanto menos complejas. Cabe esperar que las previsibles pujas, producto de esa situación, no se trasladen al plano de los vínculos institucionales. Hasta ahora, ambas administraciones han encontrado la forma de no mezclar los tantos.

Mientras, a nivel nacional ha vuelto a ponerse en debate la antojadiza decisión de haber congelado -nada menos que durante 21 años- los aportes que la Nación le otorga a los conurbanos con más dificultades sociales, entre ellos los cordones de pobreza que sufren rosarinos y santafesinos.

El problema es que las autoridades nacionales no han puesto la vista más allá de los límites territoriales y políticos que gestiona el partido de gobierno. No es inocente que todo el debate respecto de la necesidad de actualizar el Fondo de Reparación Histórica del Conurbano, tiene como protagonistas a los bonaerenses y a la Casa Rosada.

La prensa nacional subraya los (seguramente justos) reclamos de la gobernadora María Eugenia Vidal para que se actualicen esas cifras. La mujer con más poder en la Argentina instruyó a sus senadores para que impulsen un proyecto de ley en la Cámara Alta nacional que elimine el tope que impuso el kirchnerismo durante 12 años, al congelar en apenas $650 millones ese recurso compensador de las asignaciones de coparticipación. Y que de tener éxito, debería poder llevar esa cifra a casi 50.000 millones de pesos anuales.

A Santa Fe, le tocan de la Nación apenas 8,5 millones anuales y a Rosario, 20,5. En los 90, eran pesos-dólares, pero ahora son sólo pesos, según el curioso federalismo argentino que logra acentuar la macrocefalia porteña años tras año.

Esta semana, la Cámara de Senadores santafesina se ocupó de reclamarle a los representantes por Santa Fe en el Congreso de la Nación que no acepten que la actualización involucre sólo a los bonaerenses. Un proyecto de resolución de los senadores Miguel Ángel Cappiello (PS-Rosario) y Emilio Jatón (PS-La Capital) fue acompañado por todos sus pares, sobre tablas, para recibir el mismo trato que en 1995.

Sin embargo, debe advertirse que fue esa misma Cámara provincial la que les negó a las dos ciudades con más dramas humanos participar de los beneficios del Fondo de Obras Menores en 2013 y 2014. Por entonces, se estimó que de ser incluidas en la ley provincial, se habrían sumado a los santafesinos más pobres 15,6 millones de posibilidades y otros 38 millones a los rosarinos con más problemas económicos y sociales. Los meses que siguen serán clave para que las prometidas políticas del cambio, tendientes a lograr alguna vez pobreza cero, no se limiten a una parte del país.