Un dolor de cabeza para Rajoy

España, ¿hacia unas terceras elecciones?

Agencia DPA

El conservador Mariano Rajoy parece estar cada vez más lejos de revalidar su cargo como jefe del Ejecutivo español: el socialista Pedro Sánchez le comunicó formalmente su intención de votar en su contra en una hipotética investidura.

Tras salir reforzado de las elecciones del 26 de junio y lograr 137 escaños en el Congreso de los Diputados, 39 menos de los necesarios para alcanzar la mayoría absoluta, el líder conservador se encuentra bloqueado por su incapacidad para sumar apoyos de otros grupos.

El jueves recibió el encargo de formar Gobierno por parte del rey Felipe VI y se comprometió a intentarlo, pero sin revelar si se someterá a una votación de investidura en la Cámara baja española en caso de no lograr los apoyos necesarios para superarla con éxito.

El mandatario inició una ronda de reuniones con las formaciones que considera “constitucionalistas”, el Partido Socialista (PSOE) y el liberal Ciudadanos, a los que trata de arrancar desde hace meses un compromiso para formar un Gobierno de coalición o, al menos, para que ambas fuerzas le permitan gobernar en solitario.

La respuesta del PSOE fue clara. “No vamos a apoyar a aquel a quien queremos cambiar”, dijo su líder, Pedro Sánchez, tras la reunión que mantuvo con Rajoy en el palacio presidencial de La Moncloa, en Madrid.

El jefe del Ejecutivo en funciones agitó el miedo de unas terceras elecciones en medio de la incertidumbre política que vive el país desde hace ya más de medio año. El bloqueo tras las elecciones del 20 de diciembre, surgido a raíz de las líneas rojas de los partidos para formar Gobierno, tampoco se solventó tras las celebradas en junio.

El país podría verse ante el hecho inédito de repetirlas una vez más, en una tercera convocatoria en menos de un año, si no hay acuerdo.

“No puede haber investidura ni Gobierno si el Partido Socialista mantiene su posición”, advirtió Rajoy.

El líder conservador, que en los últimos cuatro años gobernó España con la crisis económica de fondo y el lastre de la corrupción, trató de atribuir la responsabilidad de la parálisis política a sus adversarios, a quienes hizo un llamamiento para formar Gobierno.

“La situación será difícil de manejar si no hay compromiso de todo el mundo. La responsabilidad es de todos”, expresó.

Hoy Rajoy tiene programada una reunión con Albert Rivera, el líder de Ciudadanos. El liberal, que llegó a pedir su cabeza para llegar a un acuerdo de Gobierno con el PP, ha accedido a abstenerse para dejarle gobernar, pero no está dispuesto a votar a su favor si no lo hace también el Partido Socialista. Su abstención no es suficiente para Rajoy.

La posibilidad de un Gobierno alternativo de izquierdas no está en estos momentos sobre la mesa. El PSOE, el partido más importante de la oposición, no tiene previsto liderar una negociación con Podemos, formación considerada heredera del movimiento de los indignados. La suma de sus diputados tampoco sería suficiente.

La Constitución española no fija un plazo determinado para formar Gobierno. Para que el llamado “reloj de la democracia” empiece a funcionar es necesario que haya una investidura. Si esta resulta fallida, se abre un periodo de dos meses. Si no hay acuerdo en ese tiempo, las Cortes se disuelven y se convocan nuevos comicios.

Es lo que ocurrió el pasado marzo, cuando Pedro Sánchez fracasó en su intento de ser investido jefe del Gobierno. El 3 de mayo, Felipe VI firmó la convocatoria de nuevos comicios con fecha 26 de junio.