SALUD

Hay problemas de mantenimiento e infraestructura en tres hospitales clave

Después de la descarga eléctrica que sufrió un kinesiólogo en el hospital Vera Candioti, que permanecerá cerrado toda la semana, El Litoral recorrió los hospitales Cullen, Iturraspe y Mira y López. Hay salas con el gas cortado, filtraciones de agua, cañerías en malas condiciones y mucha humedad.

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Cullen. Una camilla rota en uno de los pasillos, todo un símbolo de las dificultades edilicias y de equipamiento en los hospitales de la ciudad.

Foto: Flavio Raina

 

De la Redacción de El Litoral

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La descarga eléctrica que recibió un joven kinesiólogo en el Hospital Vera Candioti puso en foco el estado de la infraestructura de los principales hospitales de la ciudad. Esta mañana, El Litoral los recorrió y detectó que a pesar de que se realizan obras hay problemas de mantenimiento que complican la atención de los pacientes.

En el hospital José Bernardo Iturraspe, ubicado sobre bulevar Pellegrini y avenida Freyre, el deterioro del edificio es notable y perjudica la atención de la salud de la población. Como símbolo del estado de abandono que sufre el Iturraspe está su puerta principal de acceso, clausurada con un candado. Al levantar la vista se observan agujeros en la mampostería del frente y persianas destruidas. Se puede ingresar sólo por un portón ubicado al costado de la escalinata.

Ya en el interior del hospital, el primer dispenser de agua tiene un cartel pegado escrito con fibrón: “No funciona”. Faltan vidrios en muchas aberturas y en otras los vidrios están rotos, con el consecuente peligro.

Con sólo caminar por los pasillos del hospital se pueden ver las cañerías con goteras y manchas de humedad en los cielorrasos y paredes. También hay agujeros en los techos producto del desmoronamiento. Cables de electricidad expuestos, escombros en los patios internos, basura en los rincones y charcos de agua acumulada conforman la dantesca postal de un edificio destinado a la salud pública.

En el último semestre, El Litoral dio a conocer los reiterados casos con consecuencias directas en la atención que ocurrieron en el Iturraspe. El 11 de noviembre del año pasado, se publicó que las áreas de perinatología se quedaron sin aire acondicionado. Se trata del quirófano, la maternidad y neonatología, donde se implementaron otras alternativas para bajar la temperatura, como ventiladores y equipos portátiles.

Poco más de un mes más tarde, el 30 de diciembre, se publicó que el Auditorio del Centro Perinatológico estaba inhabitable y en estado de abandono, debido a su deterioro, desmoronamientos y humedad, desde hacía un año.

Luego, el 1º de marzo pasado, una tormenta provocó la caída de mampostería e inundó los consultorios. Por entonces, los trabajadores reclamaban urgentes mejoras edilicias. El Litoral dio cuenta de que debieron mudar la atención a otros consultorios.

Ante aquel reclamo, el director del nosocomio, Francisco Villano se permitió una reflexión sobre el estado general del Iturraspe y la inversión que realiza el gobierno provincial en el futuro hospital. “Se pensó que en cuatro años íbamos a tener el nuevo hospital, pero eso no sucedió. En el ínterin hay que seguir funcionando en éste, que es un edificio viejo que necesita permanentemente mantenimiento, y que atiende cerca de 25.000 consultas mensuales”. Hoy, la realidad es la misma, con el agravante del paso del tiempo.

El Cullen, bajo la lupa

En el hospital José María Cullen, en donde se atienden las emergencias de la ciudad, el principal problema es que no hay gas natural para calefaccionar toda el ala norte, en donde están las salas 5, 6, 7 y 8. Esta situación afecta al área de cirugía y de tratamiento de enfermedades renales, entre otras (se utilizan caloventores y estufas eléctricas).

Además no funciona bien el ascensor de Maternidad —que tuvo un desperfecto en los últimos días— y en general todos los ascensores del efector. Los días que llueve hay filtraciones en el shock room, en el área de Guardia y Emergencias, y se inunda el subsuelo del hospital, en donde está la farmacia y otras áreas.

El Cullen es un hospital que tiene más de 100 años y la última obra de renovación integral fue a principios de la década del ‘90 —hace más de 20 años—, cuando se cerró durante varios meses y se modernizaron parte de las instalaciones. Ahora, se van a encarar obras para resolver problemas concretos.

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Iturraspe. Hasta el ingreso central está cerrado. En el interior, hay paredes húmedas y cielorrasos muy deteriorados.

Foto: Guillermo Di Salvatore

El dato

Vera Candioti

  • Durante toda la semana, el Hospital Vera Candioti va a estar cerrado mientras se realizan los peritajes de la instalación eléctrica y se analiza si es necesario realizar obras para garantizar un funcionamiento seguro. Los pacientes van a permanecer en sus hogares y se los derivará a centros de salud o instituciones privadas si es necesario realizarles algún tratamiento durante los próximos días.
 

Mejora el estado del joven kinesiólogo

  • Desde el Hospital Cullen le confirmaron a El Litoral que mejora el estado de Mariano Periotti, el joven kinesiólogo de 23 años que recibió una descarga eléctrica en el hospital Vera Candioti y que está internado en la Unidad Coronaria del Cullen.

Esta mañana, Periotti habló con los médicos, movió su cuerpo y ya puede respirar por sus propios medios. Son todas buenas noticias, pero los médicos quieren esperar las próximas 48 horas para evitar riesgos y confirmar la evolución del paciente.

La reinstalación del gas en el ala norte (una inversión de 1,5 millones de pesos) llevará varios meses más —explicaron desde el efector— porque hay que cumplir con distintos requisitos que pidió Litoral Gas. También se comenzó un refuerzo de la instalación eléctrica para que “aguante” el uso de los aires acondicionados en el verano, otro problema que tenían los pacientes de octubre a marzo. La instalación del termotanque —que reemplazó la vieja caldera—, que ya se está utilizando, se puso en marcha para evitar el riesgo de seguir empleando un sistema que era obsoleto para lavar las sábanas y frazadas que se utilizan en el efector.

En los próximos meses, además, comenzará la ampliación del servicio de Guardia y Emergencias, que se extenderá a parte del estacionamiento. En relación con las instalaciones eléctricas, el Cullen tiene una guardia de electricista de 24 horas para poder solucionar cualquier desperfecto o emergencia eléctrica.

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Iturraspe II. Hay puertas oxidadas y sin vidrios, y escombros en los patios.

Foto: Guillermo Di Salvatore

El Mira y López

El Mira y López no es ajeno a las postales anteriores. Las paredes y el techo de la guardia están llenos de manchas de humedad, como en otros sectores del hospital.

Puntualmente, el pasillo que deriva hacia los consultorios está muy deteriorado: como las chapas del techo se aflojaron y movieron, hace meses que con cada lluvia se filtra agua y se fueron socavando las paredes de los consultorios. Después de dos años de reclamos, esta semana comenzaron los trabajos de reparación, con una inversión superior al medio millón de pesos.

El portón de acceso también necesita ser cambiado para facilitar la entrada de las ambulancias y de los vehículos particulares.

El tanque de agua, que data de la década del ‘40, es otra de las prioridades. “La idea es cambiar ese tanque viejo y gigantesco, por otros dos. Se llamó a licitación, pero no se presentaron ofertas”, comentó Natalia Zualet, representante del Estado dentro del Consejo de la Administración del Mira y López.

Una particularidad de este hospital es que se encuentra en un gran predio, lleno de árboles muy altos y añosos. “Estamos gestionando un plan de poda y forestación con la municipalidad porque con la tormenta de febrero, varios quedaron inclinados y con una próxima tormenta podrían caerse”, advirtió la directora Mariela Aita.

Las autoridades reconocen el deterioro de un edificio que tiene más de 70 años, pero aseguran que “se está invirtiendo” y que “los problemas que se van detectando son tenidos en cuenta por el Ministerio de Salud y por el gobierno provincial”.

“Son muchas las necesidades y los fondos se van direccionando hacia donde las personas más necesitan los servicios. Entre cambiar el portón o arreglar un consultorio, es prioritario que no llueva en un consultorio”, comparó la directora.

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Mira y López. Las paredes están descascaradas y con humedad, hay filtraciones de agua y dificultades con el arbolado en el predio.

Foto: Flavio Raina