Por 48 horas y para ayuda humanitaria

Naciones Unidas pide alto el fuego en Alepo

Agencia DPA

Naciones Unidas pidió nuevamente un alto el fuego de 48 horas para la asediada Alepo, en el norte de Siria, de modo de poder brindar ayuda humanitaria, al tiempo que otros organismos como Unicef y la OMS denunciaban la catastrófica situación en la ciudad.

El coordinador de ayuda de emergencia de la ONU, Stephen O’Brien, afirmó durante un encuentro del Consejo de Seguridad en Nueva York que el personal de las organizaciones de ayuda no tiene acceso a la ciudad debido a las malas condiciones de seguridad imperantes.

“Son valientes, pero no quieren suicidarse. Debemos garantizar su seguridad”, afirmó.

El embajador de Rusia ante la ONU, Vitali Churkin, dijo que su país y Estados Unidos discuten actualmente acerca de un plan para acercar regularmente ayudas a través de la ruta “Castello”, en el norte de Alepo.

La situación de las personas en el este de Alepo es “grotesca” y también empeora en el oeste de la ciudad, dijo la embajadora estadounidense ante la ONU, Samantha Power, quien añadió que las conversaciones de paz deben ser reanudadas cuanto antes. “No puede ser más grande lo que está en juego políticamente”.

Vidas en riesgo

Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) denunció que los continuos combates en Alepo han dejado a dos millones de personas sin agua.

Los ataques de hace una semana interrumpieron el bombeo de agua, señaló la organización. Toda la ciudad se quedó hace cuatro días sin suministro de agua. “Esa limitación en medio de una oleada de calor expone a los niños a un gran riesgo de enfermedades”, dijo la representante de Unicef para Siria, Hanaa Singer.

No se puede esperar a que se ponga fin a los bombardeos, consideró. “La vida de los niños está seriamente en riesgo”.

Mientras, el portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tarik Jasarevic, denunció en Ginebra que los ataques a hospitales en Alepo dificultan aún más el suministro médico en la ciudad.

Tan sólo en julio se registraron diez ataques contra centros de atención médica, recordó el portavoz.

En el este de la ciudad, bajo control insurgente, ya no pueden prestar servicio o funcionan parcialmente ocho de los diez hospitales, así como 13 de los 28 ambulatorios.

En tanto, a raíz de la huida o la muerte de médicos en todo el este de Alepo, tan sólo atienden 35 doctores. Sus posibilidades de asistir a los enfermos y los heridos están muy por debajo de las necesidades.

Según las organizaciones humanitarias, los ataques contra instalaciones hospitalarias y centros de atención médica en Siria se han convertido desde hace tiempo en una táctica de guerra. El derecho humanitario prohibe ese tipo de ataques, que están clasificados como crímenes de guerra.

Bajo fuego

Mientras tanto, las fuerzas del régimen sirio recuperaron terreno en Alepo, amenazando con cortar una ruta de los rebeldes a través del sector este de la ciudad. Las tropas de Gobierno y milicianos aliados recuperaron posiciones de fuego en la ruta que pasa por el distrito Ramoussehde la ciudad, de acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

El director del Observatorio, Rami Abdel Rahman, afirmó que la ruta rebelde no había sido recapturada por el régimen, pero que fuerzas de Gobierno y milicias aliadas avanzaron con la ayuda de intensos ataques aéreos.

El avance se produjo un día después de que el gobierno sirio y su aliado, la milicia chiita libanesa Hizbolá, enviaran miles de refuerzos para un contraataque sobre Alepo después de que los rebeldes rompieran líneas del Gobierno dos días antes.

La agencia de noticias estatal siria SANA mostró videos de aviones del Gobierno llevando adelante lo que describió como “ataques intensos” sobre “movimientos terroristas” al sur de Alepo.

Alguna vez la ciudad más grande de Siria antes de la guerra, Alepo ha estado dividida entre las fuerzas de Gobierno en el oeste y los rebeldes en el este desde que comenzaron los combates por la ciudad a mediados de 2012.

El mes pasado, los rebeldes capturaron la última ruta de provisión rebelde al este, aumentando los temores de que unos 250.000 a 300.000 civiles queden cercados.

Mientras, en el noreste de Siria, al menos 15 personas, incluyendo tres niños, murieron en ataques aéreos contra una aldea cerca de la ciudad de Deir al Zour, controlada por Estado Islámico.

Por otra parte, las fuerzas lideradas por los kurdos en el norte de Siria aseguran haber capturado el centro de la ciudad de Manbij, que estaba en manos del EI.