editorial

  • Sectores enfrentados en el Sindicato de Camioneros de Santa Fe dirimen sus diferencias con armas de fuego.

Violencia sindical

Otra vez la violencia hace eclosión en medio de una interna sindical que, al menos hasta ahora, no aparece del todo clara. Durante las últimas horas, integrantes del Sindicatos de Camioneros de Santa Fe balearon dos automóviles y una casa lindera a la sede de la empresa Urbafe.

Los hechos se produjeron mientras el gremio se encontraba movilizado por el despido de un chofer de una firma local. El trabajador, finalmente, fue reincorporado. Pero el contexto hizo que las diferencias internas salieran a la luz y desembocaran situaciones delictivas.

“Hoy en día, con el tema Camioneros puede pasar cualquier cosa”, advirtió un delegado de Urbafe en declaraciones radiales. Sin embargo, evitó brindar demasiados detalles sobre quienes pudieron ser los autores de los disparos que, por fortuna, no hirieron a nadie.

Durante la mañana del martes, más de veinte camiones interrumpieron el tránsito en inmediaciones de calles Crespo y Belgrano. El clima era de nerviosismo y tensión.

No es la primera vez que en este gremio se dirimen internas apelando a la violencia. En abril de 2014, por ejemplo, facciones enfrentadas protagonizaron una balacera en el marco de una asamblea en la ciudad de Pérez. Como resultado del enfrentamiento, hubo un muerto y cuatro heridos. El sindicato fue intervenido por decisión del Congreso de la Federación Nacional de Camioneros.

El 27 de noviembre de 2007, el dirigente de este sindicato, Abel Beroiz, fue ultimado a tiros y puñaladas en un estacionamiento céntrico de la ciudad de Rosario. Se trataba del hombre encargado de conducir los destinos de la Federación de Camioneros de la provincia. Además, era tesorero de la Confederación Nacional de Camioneros y referente de confianza de Hugo Moyano. Las investigaciones permitieron confirmar que el asesinato se produjo por razones de poder dentro del gremio.

La Justicia deberá investigar con diligencia y seriedad lo que sucede en estos momentos en el Sindicato de Camioneros de Santa Fe. Resulta inadmisible que, a esta altura de las circunstancias, existan dirigentes sindicales dispuestos a utilizar las armas para dirimir sus pujas internas.

Esta vez, las balas impactaron en dos automóviles y una pared. Pero nada garantiza que, dada la situación que comentamos, no se produzcan nuevos enfrentamientos en los que puedan resultar afectadas personas inocentes.

La violencia no sólo suele ser frecuente entre los camioneros. La ciudad de Santa Fe todavía recuerda cómo, a lo largo de 2013, sectores enfrentados del sindicato de la Uocra también intentaron resolver sus diferencias con el uso de la violencia -incluidas armas de fuego- en la vía pública.

A fines de agosto de aquel año, alrededor de diez personas recibieron asistencia médica luego de que integrantes de facciones enfrentadas del gremio se trenzaran en una batalla campal en la obra de la Central Térmica Brigadier López de Sauce Viejo.

Poco antes, por orden de la Justicia, la policía debió desalojar las sedes sindicales de calles Ituzaingó 2043 y Junín 2731, que permanecían copadas por un sector interno del gremio desde principios de ese año. Para lograr este objetivo, fue necesaria la presencia de 130 efectivos policiales, pues no se descartaba que se intentara impedir la recuperación de los locales mediante el uso de armas de fuego. También se produjeron peleas en pleno microcentro de la ciudad, con disparos y dos motos incendiadas.

La historia no debe repetirse. Para evitarlo, los responsables de estos nuevos enfrentamientos deberán ser detectados cuanto antes para que rindan cuentas por sus actos.

Los responsables de estos enfrentamientos deberán ser detectados cuanto antes para que rindan cuentas por sus actos.