Italia

Educadores y médicos para llevar serenidad tras el terremoto

  • Con una tienda para que los niños damnificados por el terremoto del centro de Italia puedan jugar y con médicos y farmacéuticos para los ancianos, se intenta llevar un poco de serenidad en los campo de desalojados.
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Un puesto de venta de helados frente a las carpas de los refugiados. Se busca que haya opciones para que -sobre todo los niños- puedan recuperar la tranquilidad perdida. Foto: Agencia EFE

 

Cristina Cabrejas

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EFE

El terremoto de 6 grados en la escala Richter del pasado 24 de agosto ha dejado sin hogar a miles de personas, pero los niños y los ancianos necesitan una mayor atención al ser más vulnerables.

Los niños de Amatrice y del resto de los pueblos de la zona destrozados por el terremoto han pasado de estar durmiendo en sus casas con sus abuelos y padres a vivir en una tienda de campaña sin nada y con un drama que superar.

Por ello, además de las primeras necesidades como los servicios higiénicos, la comida y un lugar donde dormir, en el campamento instalado en las proximidades de Amatrice para acoger a los evacuados la organización ‘Save The Children‘ ha instalado una tienda en la que organiza juegos y actividades para niños y adolescentes.

En su interior, repleta de juegos, lápices de colores y con los dibujos de los niños colgados, los pequeños pueden encontrar “un espacio a su medida” que les haga abstraerse del lugar donde se encuentran, explica a Efe una de las portavoces de “Save The Children” en Amatrice, Eleonora Tantaro.

“24 horas después del terremoto pudimos montar este espacio donde hemos organizado actividades socio-educativas con nuestros educadores expertos en estos tipos de emergencia para ayudar a los niños a superar el momento”, afirma.

En el campo de Amatrice, donde hay más de un millar de personas desalojadas, se cuentan 25 entre niños y adolescentes -el más pequeño de dos años y el mayor de 17- que acuden a esta tienda a pasar algunas hora del día.

“Los pequeños se entretienen dibujando, con juegos de madera o leyendo cuentos, pero para los más mayores estamos organizando otras actividades como un cine”, agregó.

“Desde que los niños están bien, sus padres están bien y más tranquilos. Los niños son los que dan serenidad a los demás”, explica la voluntaria.

Reconoce que además se ofrece una ayuda práctica a los padres “que pueden dedicarse a otras cosas sabiendo que sus hijos están tranquilos y bien cuidados”.

En el pequeño municipio de Pianco Arafranca, donde hay sólo una treintena de personas desalojadas, también los bomberos han pensado en los niños y han llevado hoy un regalo: una piscina para que los pequeños puedan jugar.

La mayoría de los desalojados tras el terremoto son ancianos. Son los que vivían en estos pequeños municipios destruidos y son, sobre todo, los que no se quieren abandonar el lugar donde han pasado toda la vida.

A ellos se ha dedicado sobre todo la asistencia médica, el farmacéutico del pueblo de Amatrice, Massimiliano Mauro, se ha instalado en uno de los contenedores de la Protección Civil para dispensar las medicinas a los ancianos.

“Soy yo quien les conoce de memoria y lo que toman”, asegura a los medios italianos.

La gran preocupación de los mayores es que al tener que abandonar sus casas han perdido todas las recetas, medicinas y no se acuerdan de lo que tomaban.

En otro de los campos, en el de Arquata del Tronto, en la provincia de Ascoli Piceno, el médico del pueblo Italo Paolini se ha instalado en otro contenedor para junto con otros tres colegas mantener abierto las 24 horas un ambulatorio provisional.

“Tuvieron que escapar y ahora se han quedado sin sus pastillas”, explica Paolini sobre la mayor preocupación de los ancianos de Arquata, a los que sobre todo se les ha suministrado con urgencia insulina y anticoagulantes.

Mientras tanto, los centenares de voluntarios de la Protección Civil italiana y de otras asociaciones continúan con su labor de asistencia preparando comidas y cenas para los mas de 2.000 desalojados.

Las mujeres de Amatrice prepararon el domingo 60 kilos de pasta “a la amatriciana” para recordar que, a pesar de todo, se cumplían los 50 años de la invención en este municipio de esta tradicional salsa (tomate, carrillera de cerdo y queso de oveja) de la cocina italiana.

Actividad agropecuaria

El sector agropecuario, que junto al turismo es la base económica de los municipios afectados por el devastador terremoto ocurrido en Italia el 24 de agosto, ha quedado gravemente afectado con el 90 por ciento de los establos dañados.

Coldiretti, la mayor asociación de ganaderos y agricultores de Italia, informó de esta desastrosa situación en la zona, donde 2.800 ovejas y 3.000 vacas están a la intemperie por el derrumbe de los establos.

“Para sobrevivir necesitan agua potable, piensos, pero también se necesitan generadores de electricidad para los frigoríficos y otras maquinarias”, informó Coldiretti en un comunicado sobre la situación del sector.

El terremoto ha afectado a casi la totalidad de las 1.000 empresas agrícolas y ganaderas de la zona, donde se suman multitud de problemas para la conservación de la leche u ordeñar a las vacas ya que el servicio eléctrico aún no está restablecido en muchas áreas, añadió la fuente.

Coldiretti pidió que tras la tragedia se piense no sólo en las víctimas que han quedado sin hogar, sino también en los agricultores y ganaderos que necesitan seguir viviendo de esta actividad.

La asociación cifró en millones de euros los daños al sector e insistió en la necesidad de las ayudas como “recurso imprescindible para evitar la despoblación y el abandono de estos municipios”.

El terremoto de 6.0 de magnitud en la escala Richter del pasado 24 de agosto ha causado al menos 290 víctimas y enteros pueblos destrozados en la provincia de Rieti, en la región del Lazio, y en la provincia de Ascoli Piceno, en la región de Las Marcas.

La prioridad: colegios y casas de madera

  • Los cerca 2.500 damnificados por el terremoto que ha devastado localidades enteras del centro de Italia instan a las autoridades para que se organice la vuelta al colegio de los niños y piden casas de madera prefabricadas para vivir mientras se reconstruyan sus pueblos.

“Hay que pensar antes que nada a los colegios. El año escolar comienza dentro de 15 días, si los niños se van a la ciudad a estudiar, también se irán sus padres con ellos y no volverán y así el pueblo desaparecerá”, afirmó hoy al canal “Skytg24” Alesandro Petrucci, el alcalde de Arquata del Tronto, municipio con cerca un millar de habitantes y que ha quedado completamente destruido.

Petrucci confesó su preocupación porque entre los cerca 400 evacuados que duermen en las tiendas instaladas por la Protección Civil “ya no hay niños”.

“He preguntado dónde están los niños y me han dicho que se los han llevado a sitios seguros, pero me han asegurado sus padres que volverán para el inicio del colegio”, agregó el regidor de esta localidad en la que se han producido 49 de los 290 muertos hasta ahora registrados.

El alcalde de Arquata también explicó que sus conciudadanos le han pedido las casas de madera prefabricadas utilizadas en ocasión de otros terremotos y “no ser alojados en otro tipo de instalaciones como solución a las tiendas de campaña porque el invierno se acerca y aquí nieva y hace mucho frío”.

Petrucci explica que la gente se quiere quedarse aquí en los aledaños de su pueblo en espera de los ‘cuatro o cinco años que dicen durará la reconstrucción‘ para poder seguir con sus actividades ya que muchos viven de la agricultura y ganadería.

La prioridad para el alcalde de Amatrice, Sergio Pirozzi, es también que el 15 de septiembre pueda empezar el colegio y adelantó que el miércoles le pedirá al ministro de Educación, Stefania Giannini, “que se garantice que los niños puedan volver a la escuela”.

Pirozzi aseguró que se le ha prometido el envío inmediato de los llamados MUSP, módulos de uso provisional escolar.

Los alcaldes de la zona afectada por el terremoto de magnitud 6 en la escala Richter de las 3.36 horas del 24 de agosto han pedido que se utilice le modelo aplicado en la localidad de Onna y de otros municipios de la región de Los Abruzos destruidos en el terremoto del 6 de abril de 2009.

Se trata de casas de madera prefabricadas de diferentes medidas -40, 60 y 80 metros cuadrados- para satisfacer las exigencias de los núcleos familiares y que tardan cerca 20 días en ser instaladas y dotadas de todo lo necesario.

El diario Corriere della Sera indica que, según una primera estimación, se necesitarán cerca de 700 de estas casas, para los 2.500 evacuados, por un total de 35 millones de euros.

Mientras tanto se tendrá que estudiar qué hacer con estas personas ya que no podrán pasar los próximos meses en las tiendas de campaña pues en esta zona el invierno es muy duro.


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Dos mujeres regresan a su hogar y son asistidas por los bomberos. El ingreso a las viviendas conlleva serios riesgos por las estructuras dañadas. Foto: Agencia EFE