Con una tienda para que los niños damnificados por el terremoto del centro de Italia puedan jugar y con médicos y farmacéuticos para los ancianos, se intenta llevar un poco de serenidad en los campo de desalojados.
Un puesto de venta de helados frente a las carpas de los refugiados. Se busca que haya opciones para que -sobre todo los niños- puedan recuperar la tranquilidad perdida. Foto: Agencia EFE