Consejo de la Magistratura

Ex secretaria de Nisman y ex titular de la DAIA complicaron a Rafecas

  • Ambos testimonios coincidieron en negar que el ex titular de la UFI-Amia estuviera “alterado psicológicamente” al realizar la presentación ante la Justicia que involucraba a la ex presidente y otros funcionarios por el memorandum de entendimiento con Irán.
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El juez Daniel Rafecas, comprometido por dos testimonios ante el Consejo de la Magistratura. Foto: Archivo El Litoral

 

Télam

La ex secretaria judicial del fallecido fiscal Alberto Nisman, Soledad Castro, y el ex titular de la DAIA Julio Schlosser complicaron al juez federal Daniel Rafecas al declarar como testigos ante la Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura en el marco del expediente por presunto mal desempeño de sus funciones que tramita contra el magistrado.

Ambos coincidieron en negar que el ex titular de la UFI-Amia, quien fue hallado muerto en su departamento de Puerto Madero el 18 de enero del 2015, pocos días después de haber presentado una denuncia contra la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner y otros funcionarios, estuviera “alterado psicológicamente” al realizar esa presentación ante la Justicia.

En este sentido, la ex secretaria del fiscal Nisman -quien actualmente es una de las secretarias letradas de la vocalía del ministro de la Corte Horacio Rosatti- negó que el fallecido fiscal tuviera “problemas psiquiátricos”, argumentó que, según Schlosser, Rafecas le habría dicho que utilizaría esto para desestimar la denuncia contra la ex mandataria y otros funcionarios por el presunto encubrimiento de los iraníes acusados en el marco de la investigación del atentado a la Amia.

Además, en su testimonio ante la Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo, presidida por la abogada Adriana Donato, Soledad Castro negó haberle entregado al juez Rafecas documentos en los que Nisman hubiera dado opiniones primero a favor y luego en contra del Memorándum de Entendimiento con Irán sellado por la gestión kirchnerista, que lo presentó como una llave para destrabar la investigación del ataque terrorista ocurrido el 18 de julio de 1994.

Tanto Castro como Schlosser declararon ayer como testigos ante la Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo, en el marco del expediente que se le sigue a Rafecas merced a denuncias presentadas en su contra por la diputada de la Coalición Cívica Elisa Carrió y por el diputado del PRO Waldo Wolff, ambas por la decisión del magistrado de no dar curso a la investigación de la denuncia de Nisman, una resolución que fue confirmada en dos oportunidades -la última de ellas el martes pasado- por la Cámara Federal porteña.

Apenas un saludo

Además de contradecir la visión acerca del estado de salud mental de Nisman, en su testimonio, Soledad Castro sostuvo que nunca dialogó con Rafecas al respecto.

En este sentido, el consejero instructor del expediente abierto contra Rafecas en el Consejo de la Magistratura, el radical Angel Rozas, dijo que le “llamó la atención” la declaración de Castro, a quien Rafecas “supuestamente involucra diciendo que ella también coincidía en las apreciaciones de que Nisman tenia alguna alteración”, utilizadas en su resolución acerca de la denuncia realizada por Nisman.

Por su parte, Castro dijo que su “último contacto” con Rafecas había sido un saludo de fin de año, el 31 de diciembre del 2014, a través de un correo electrónico, y ante los consejeros Adriana Donato, Luis Cabral y Angel Rozas, aseguró que “nunca” había visto al juez Rafecas durante el tiempo que estuvo a las órdenes de Nisman.

La testigo opinó que Nisman “no estaba psicológicamente mal” y Schosseer ratificó ante los consejeros de la comisión que, en una reunión, Rafecas le había manifestado que Castro habría admitido que Nisman tenía problemas psiquiátricos.

“Yo tenía diálogo constante con Nisman, y nunca me pareció que tuviera problemas de ese tipo”, expuso Schlosser, para quien el ex titular de la UFI AMIA era “vehemente” y estaba “comprometido” con la investigación del ataque a la mutual judía de la calle Pasteur 633, de la ciudad autónoma de Buenos Aires.

En tanto, en su testimonio, Castro informó que entendía que Nisman “siempre sospechó del Memorándum” y sostuvo que desde el Poder Ejecutivo no se informaba a la oficina que conducía Nisman sobre ese acuerdo con Irán.

Un rápido cambio

Por su parte, Schlosser dijo querer evitar hablar de sus sensaciones y afirmó que existió un cambio de posición diplomática “de un año para otro” en el reclamo que realizaba la Argentina ante la ONU para reclamar la justicia por el atentado.

El expediente que tramita en la Comisión de Disciplina del Consejo de la Magistratura apunta contra el desempeño de Rafecas por su decisión de desestimar la investigación de la denuncia de Nisman por presunto encubrimiento por “inexistencia de delito”, con el argumento de que el Memorándum de Entendimiento con Irán -declarado inconstitucional por la Justicia- nunca entró en vigencia.

En tanto, el martes pasado, la Cámara Federal porteña rechazó reabrir la investigación, con lo cual ratificó por segunda vez el criterio de Rafecas, quien también se pronunció en contra de dar curso a la investigación de la denuncia de Nisman merced a un planteo realizado por la DAIA frente supuestas nuevas pruebas esgrimidas por la entidad.

En su fallo de 32 páginas, la Sala I de la Cámara, integrada por los jueces Jorge Ballestero y Eduardo Freiler, consideró que no habían surgido elementos nuevos que permitieran reabrir la denuncia que ya había desestimada por “inexistencia de delito”, fallo que había sido confirmado por la Cámara el año pasado.