Elecciones en EEUU

La larga sombra de Trump en el debate de candidatos a vicepresidente

Maren Hennemuth - DPA

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Los candidatos a vicepresidente de Estados Unidos se enfrentaron el martes en su primer y único debate televisivo antes de las elecciones de noviembre, en busca de votos para sus respectivos partidos.

El duelo entre el republicano Mike Pence y el demócrata Tim Kaine tuvo lugar en la Universidad Longwood en Farmville, estado de Virginia, pero aunque fueron ellos quienes subieron al escenario, todos los focos siguieron estando en Donald Trump y Hillary Clinton.

Trump se encargó de alimentar Twitter mientras su candidato a vicepresidente hablaba, con frases de total elogio por su compañero de fórmula. Pero lo hizo en un tono de maestro hablando de su alumno, ya que a Trump no le gusta ceder ni compartir protagonismo.

Pence, gobernador del estado de Indiana y ex congresista, tuvo la misión de apuntalar la imagen de su jefe y dar una más presidencial apenas una semana después de los malos resultados del empresario republicano en el primer debate presidencial con Clinton.

También Kaine habló ampliamente de la candidata a presidenta más que sobre sus propias ideas. Cuando la presentadora Elaine Quijano quiso saber qué cualidades lo harían un buen presidente, Kaine hizo un panegírico de Clinton y después atacó a Trump.

A diferencia de la ex secretaria de Estado, que ganó el debate entre los candidatos a presidente, Kaine no hizo un buen papel. En los 90 minutos del enfrentamiento se mostró inquieto e impaciente e interrumpió varias veces a su oponente. Recordó más al estilo de Trump en el duelo televisivo que al de Clinton, algo sorprendente porque el dirigente de 58 años tiene mucha experiencia en este tipo de formatos.

Pence, en cambio, se mantuvo tranquilo, compuesto, y cuando hablaba se notaba que en el pasado fue presentador de radio. A sus 57 años, parecía todo lo que Trump no es.

De hecho, su elección como compañero de fórmula es vista como un intento de incorporar experiencia de gobierno y obtener apoyo de los republicanos conservadores escépticos con la figura del magnate. Pence es un republicano “de libro”, profundamente cristiano y creyente en el dogma conservador.

“En los últimos siete años y medio se ha debilitado el lugar de Estados Unidos en el mundo”, dijo al inicio del debate.

El senador Kaine buscó presentar a Clinton como alguien en quien confiar la dirección de Estados Unidos. También elogió a la candidata por trabajar en la mejora de la vida de los ciudadanos y dijo que su administración se centraría en “resultados”.

Refiriéndose a su hijo, que está enrolado en los Marines, Kaine dijo que confía en que Clinton actúe como comandante en jefe y subrayó que Trump “asusta hasta la muerte”.

Además, criticó al candidato republicano a la Presidencia por sus simpatías por Rusia y su admiración por el presidente ruso Vladimir Putin. “Tienes que ser duro con Rusia, así que empecemos por no alabar a Vladimir Putin”, dijo.

Pence, en tanto, defendió el llamado de Trump a mantener a los refugiados sirios lejos de Estados Unidos.

Los dos candidatos a vicepresidente han estado en un segundo plano, entre otras cosas porque son tan poco controvertidos. Recorrieron el país haciendo campaña, pero toda la atención fue para sus compañeros de fórmula.

Sin embargo, su papel no será poco relevante. Son quienes asumirán la Presidencia en caso de muerte del mandatario. Trump, a sus 70 años, será el presidente de mayor edad de la historia si es elegido, y Clinton (que tendrá 69 cuando asuma si gana), es apenas algo más joven que su contrincante y de lo que era Ronald Reagan (cumplió 70 tras asumir).

Mientras que Trump y Clinton polarizan, sus segundos son tan discretos que casi no se los nota. Son fieles soldados del partido. Pence fue miembros de la Cámara de Representantes durante mucho tiempo y ahora es gobernador de Indiana. Kaine representa a Virginia en el Senado y fue gobernador de ese estado.

En varias cuestiones, Pence se vio en la obligación de defender ideas que no comparte. Por ejemplo estuvo a favor de la guerra de Irak, no rechaza las intervenciones per se.

Se notó especialmente en lo referido a la guerra de Siria, cuando abogó por actuar con dureza contra el régimen de Bashar al Assad, que es apoyado por Rusia.

Pence se alinea sin dudar con Trump, pero no forma parte del círculo más fiel de defensores que salen a la palestra cuando el magnate se mete en una nueva controversia, como el ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani o el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie.