Estado de abandono

Rafaela: el Concejo pidió avanzar hacia la expropiación de una construcción histórica

El paso del tiempo va deteriorando la estructura del emblemático edificio de lo que fueran los Grandes Almacenes Ripamonti, luego de años de desidia y promesas incumplidas para refuncionalizarlo de su propietario.

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El edificio de los Grandes Almacenes Ripamonti hoy luce un estado de abandono total. Es motivo de gran preocupación en el vecindario por el riesgo que presenta la añosa edificación y la proliferación de alimañas. Foto: Archivo

 

Juan Carlos Scalzo

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El inicio de sus actividades data de 1888, como un almacén de ramos generales dedicado a la venta herramientas de trabajo, alimentos y vestimenta y su actividad comercial se desarrolló por varias décadas, hasta su cierre definitivo en 1973 por problemas económicos-financieros.

El edificio, de un cuarto de manzana, o lo que todavía se mantiene en pie de él, está situado justo frente a la plaza central de Rafaela (hacia el este), en pleno microcentro de la ciudad, y hoy luce un estado de abandono total siendo motivo de gran preocupación en el vecindario por el riesgo que presenta la añosa edificación y la proliferación de alimañas.

Cinco años atrás, luego de innumerables intimaciones y multas para que el empresario dueño del inmueble, Luis Alberto García Cullá, se hiciera cargo del mantenimiento y limpieza del lugar, éste presentó un proyecto que aportaría oficinas, locales comerciales, una terraza de entrepiso y un espacio público en planta baja. Además, se edificaría un hotel de ocho pisos, con 96 habitaciones.

Hizo falta que el Concejo votara una Ordenanza de “excepción” y el visto de la Comisión de Patrimonio Histórico, dado que la obra requería mayor altura que la permitida en el Código Urbano para ese sector y que además exigía la inalterabilidad de su fachada y galería.

Los trabajos comenzaron en 2012, pero luego del primer impulso, al poco tiempo, se paralizaron y sobre el fin de año ya estaban completamente abandonados. Al dueño se lo tragó la tierra y no volvió a aparecer en escena hasta el pasado mes de abril cuando solicitó una reunión con los concejales de la ciudad.

El encuentro tuvo discusiones y cruces de alto voltaje con García Cullá, en particular del presidente del Cuerpo, Silvio Bonafede, quien en varias oportunidades lo tildó de mentiroso.

“Que este hombre no haya llevado adelante el proyecto que nosotros en su momento votamos con una excepcionalidad para que se pueda construir un hotel un piso más alto de lo que autoriza la normativa municipal, más el incumplimiento en el pago de tasas, la falta de desmalezado y proliferación de roedores, y pidiera que lo recibamos fue solo para entretenernos y seguir mintiendo porque cuando le pedimos un respuesta clara sobre si iba a retomar la obra, la eludió de todas las maneras posibles”, había señalado el edil justicialista tras aquel encuentro y no dudó en adelantar que se iba a “proceder a la derogación de la ordenanza y después el pedido de expropiación”.

Todos de acuerdo

Y así fue que en la anterior sesión del Concejo municipal se aprobaron por unanimidad los tres proyectos de Minuta de Comunicación que presentó el oficialismo, en los que concretamente se pide: garantizar la conservación de la fachada y galería a expensas del propietario; que se tase el inmueble para saber el valor real; y que se inicien las gestiones ante los Estados nacional y provincial para obtener los fondos que viabilicen una expropiación.

En el debate, el concejal del PRO, Raúl Bonino, indicó que “lo que uno siente es que el proceso de expropiación es el resultado de algo que él ya sabía que se iba a dar, que no iba a haber ningún privado que salga a construir y que ni él lo iba a hacer. Que iba a ser el Estado el que tenga que salir a cubrir eso y que termina siendo un negocio con una mentira que nos inculcó a todos los rafaelinos”, aunque se esperanzó en que pueda surgir “un proyecto en el medio, que sea un privado el que invierta o que sea una inversión de carácter mixta en donde también procuremos el mantenimiento y el cuidado de lo que tiene que ver con el patrimonio histórico de los rafaelinos”.

Germán Bottero aclaró que en caso de salir la ley provincial sancionada por la Legislatura, se “podrá expropiar con costos a la provincia, con costos compartidos (provincia-municipio), o expropiar sin asignar fondos y que el municipio se haga cargo del costo. No está contemplado el Estado nacional, pero si quisiese puede participar de alguna manera extraordinaria aportando fondos”.

La Recova

  • El 9 de junio de 1909, la Comisión de Fomento que gobernaba la colonia rafaelina autorizó a Faustino Ripamonti la construcción de una galería con el fin de proteger del sol y la lluvia a quienes visitaban su negocio para efectuar compras. Otro de los motivos para el cual fue construida era que los concurrentes pudieran almorzar, ubicando largas mesas para las comidas familiares y entre amigos. El 6 de noviembre de 1980 los herederos de Ripamonti donaron la galería -junto con una suma de dinero para su restauración- a la Municipalidad de Rafaela, encargándole una serie de futuras refacciones a los efectos de conservarla como elemento histórico de los años de la colonización del oeste santafesino.

El 4 de octubre de 1991, esta estructura fue declarada de interés municipal mediante la ordenanza Nº 2.461 y el 24 de marzo de 2000 recibió el nombramiento de Monumento Histórico Provincial mediante decreto Nº 0592.