“INFORME PARA UNA ACADEMIA” EN EL CENTRO CULTURAL ROMA

“Es un canto a la libertad”

El sábado a las 21.30, en el espacio de San Jerónimo 2673, Florentino Sánchez ofrecerá una función de la versión teatral del cuento de Kafka. El actor y director lleva casi cuarenta años con representaciones de este unipersonal. “Fue envejeciendo conmigo”, dice. Ese mismo día, a la tarde, el artista desplegará la obra de títeres “Catinga y el Lobizón”.

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Desde las artes escénicas hasta la escritura y las artes plásticas, Florentino Sánchez desplegó distintas facetas. Sin embargo, al momento de autodefinirse, opta por su labor como titiritero.

Foto: Gentileza Florentino Sánchez

 

Juan Ignacio Novak

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El relato de sí mismo de un simio que, tras ser capturado por una expedición de caza, ha sido llevado a la civilización e instruido hasta convertirse en hombre, es la base del cuento “Informe para una academia” de Franz Kafka. Que, en su versión teatral en forma de unipersonal, presentará el sábado a las 21.30 en el Centro Cultural Roma (San Jerónimo 2673) el actor y director Florentino Sánchez.

“Este monólogo lo estrené en 1969 en Teatro del Arte en San Martín 2222, un teatro independiente. Estaba en la Escuela de Teatro y a fin de año había que hacer un trabajo, que era una especie de evaluación. No sabía muy bien qué elegir, y el director me dio este cuento. Yo era muy joven, tenía 23 años y lo leí por primera vez. Desde entonces, lo seguí haciendo y llevo más de seiscientas funciones en distintos lugares”, explica.

La historia que lo entrelaza con el espectáculo tiene un coprotagonista de lujo: Vittorio Gassman, el popular actor italiano fallecido en 2000. “Hace tiempo vino a hacer ‘Volpone’ a Capital. Y un amigo me consiguió para ver la función al costado del escenario. Cuando terminó, pude ir a ver a Gassman al camarín. Él venía haciendo funciones de ‘Informe para una academia’ desde mucho antes que yo y coincidimos mucho en la forma de hacerlo. Vi varias versiones y la mayoría de las veces ponían al actor haciendo de mono. Y lo que yo propuse, y con Gassman coincidíamos en eso, es que en realidad es un mono humano, es un humano, no un mono. Logró salir de la jaula donde estaba, convirtiéndose en humano, pudo hablar como ser humano y logró la cultura media de un ser humano. Y lo que él le dice a la academia es que la humanidad le dio muchas cosas importantes, pero también toda la lacra: la envidia, el rencor, el odio”.

—¿Qué cambió en el espectáculo desde que lo hiciste por primera vez con 23 años hasta la actualidad?

—Fue envejeciendo conmigo. Ese mono fue envejeciendo conmigo. Voy a cumplir 70 años, entonces lo que puedo hacer es un mono más viejo, más cansado, más agobiado, más agotado. Pero que sigue siendo lo mismo. Claro que el espectáculo se modificó, pero de todas maneras sigue teniendo lo mismo. El cuento escrito por Kafka es un canto a la libertad, al ser libre, pero en serio. Y yo creo que eso no se cumplió todavía en ningún lugar de la humanidad, uno siempre está atado: a cosas atávicas, a cosas políticas, a cosas ideológicas o simplemente a la familia. Uno nunca es totalmente libre. La libertad como tal es una utopía y para Kafka mucho más que para nosotros. Él dice en una parte del texto: “Cuando fui mono posiblemente conocí la libertad. Hoy, ya no la conozco.

—Kafka tuvo una mirada pesimista de la humanidad.

—Porque no le quedó otra. Era un perseguido. Siempre estuvo en el filo de la navaja.

Titiritero

Polifacético, Florentino Sánchez hizo (y hace) de todo. Es artista plástico, actor, escritor y hasta exploró sus habilidades para tallar la madera. Sin embargo, cuando tiene que elegir una faceta para definirse, no duda un instante: “Titiritero”. Profesión que impulsó desde su juventud, en los años ‘60. “Por una cuestión de ansiedad personal, siempre busqué la inmediatez en cuanto a la respuesta de lo que hacía. Me di cuenta de que las artes plásticas eran muy lindas y lo siguen siendo para mí, pero tienen toda una preparación para llegar al público en la que se necesita dinero y tiempo. Para mí, era un proceso muy largo. En el teatro se me daba más rápido. Era ensayar una obra y hacerla. De todas maneras, había que ensayarla y había que encontrar la sala. En cambio, con los títeres es mucho más rápido todavía. Y se pueden presentar en cualquier lado: en la calle, la escuela, un salón. Es como el teatro callejero, o lo que fue en su momento el teatro callejero. La respuesta era inmediata y con la gente”, fundamenta.

De hecho, el mismo día de la función de “Informe para una academia”, pero a las 16, Sánchez desplegará su obra “Catinga y el Lobizón”, donde él mismo maneja una serie de títeres de guante. La trama incluye a dos “vivos” que pretenden robarle las sandías a Catinga, disfrazados de lobizón.

Entradas

Las generales para el espectáculo tendrán un valor de 100 pesos, mientras que estudiantes y jubilados abonarán 80, al igual que quienes compren sus localidades por anticipado.