Será servicio público la gestión de esos residuos

Los aceites vegetales usados se destinarán para biocombustibles

  • Diputados votó un proyecto de ley de Bonfatti. Buscan evitar la contaminación ambiental y su no reutilización en el sistema alimentario.
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SEGUNDA VUELTA. Reutilizar el aceite comestible usado en los domicilios particulares ya es posible en Rosario. En los distritos municipales de esa ciudad se recibe el líquido oleico en envases cerrados. Este elemento se utiliza para la elaboración de biodiésel empleado para el transporte público de pasajeros local.

Foto: Archivo El Litoral

 

Mario Cáffaro

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Las estimaciones oficiales indican que en la provincia de Santa Fe, cada habitante consume 18 litros de aceite vegetal por año y durante los 365 días son 50 mil las toneladas de ese producto desechadas, muchas de las cuales terminan en el sistema cloacal o son arrojadas a cursos de agua que ayudan a contaminar.

Para atacar este problema ambiental, la Cámara de Diputados dio media sanción a un proyecto de ley presentado por el presidente del cuerpo, Antonio Bonfatti, que apunta a la regulación, control y gestión integral de aceites vegetales y grasas de fritura usados y producidos por una serie de generadores como comedores ya sean de hoteles, escolares, de centros de salud, industriales; restaurantes, bares, confiterías, rotiserías y casas de comida. También se prevé el tratamiento para pequeños generadores domésticos. El objetivo central es transformar esos desechos en biocombustibles.

Bonfatti, siendo gobernador, había propuesto el tema a la Legislatura en 2013 con un mensaje que fue votado por el Senado y perdió estado parlamentario por falta de tratamiento en Diputados. Un texto similar lo presentó como diputado en mayo pasado y fue la Comisión de Medio Ambiente, que preside el radical Santiago Mascheroni, la que se encargó de trabajarlo en consulta con entidades y organizaciones universitarias, ambientales, etc. Luego el texto avalado por las Comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Asuntos Constitucionales llegó al recinto donde fue votado por unanimidad.

“Los aceites vegetales usados constituyen residuos con características de nocividad o toxicidad y por ello requieren de un control y gestión integral que contemple la regulación de su generación, manipulación, recolección, almacenamiento, transporte, tratamiento y valorización para la producción de biocombustibles y, eventualmente, su disposición final”, explicó Bonfatti. Recalcó que una gestión inadecuada impacta negativamente en el ambiente y puede producir daños a la salud de las personas.

El diputado socialista señaló que la finalidad primaria es la de destinar dichos aceites usados a la producción de biocombustibles ya sea en forma directa o mediante la mezcla con aceites vegetales no utilizados. “La finalidad secundaria es la prevención de la contaminación y la preservación del ambiente y la salud de las personas, particularmente, evitando disponerlos de una forma no prevista por el proyecto”, añadió.

Los alcances

En quince capítulos, el proyecto establece el tratamiento que deberán tener estos residuos y define al sistema como servicio público cuya competencia estará en manos de la Secretaría de Estado de Energía que podrá delegar competencias en municipios y comunas. En tanto, la tarea de control del cumplimiento será ejercida por la Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria (Assal), en coordinación con Energía.

El capítulo segundo incorpora la figura del “manifiesto”, documento en el cual quedan debidamente documentadas las distintas etapas de la gestión integral de dichos aceites hasta llegar a su destino final, su utilización para la producción de biocombustibles. En los capítulos siguientes se definen a los generadores, transportistas, almacenadores, operadores y productores de biocombustibles alcanzados y se les establecen una serie de obligaciones. Más adelante se crea un registro de generadores, transportistas, almacenadores y operadores así como productores de biocombustibles donde deberán inscribirse los distintos actores de la cadena. En otro capítulo postula la creación de una “tasa de evaluación y fiscalización” de aceites usados que deberán abonar los sujetos inscriptos. Esa tasa será la herramienta fiscal que garantiza las prestaciones y funciones de contralor y gestión de los aceites.

En los fundamentos del proyecto se citan una serie de normas jurídicas que ameritan el dictado de la norma, entre ellas el artículo 41 de la Constitución Nacional que menciona el derecho a un ambiente sano, equilibrado y apto para el desarrollo humano.

Las ventajas

En el artículo 3º del proyecto de ley votado se definen los objetivos específicos seguidos con la futura norma:

* La prevención de la contaminación hídrica y del suelo, y la protección de la infraestructura de saneamiento básico del ejido de la provincia de Santa Fe;

* La minimización, en el mediano plazo, de la generación de gases de efecto invernadero, a partir de la producción de biodiésel derivados de aceites vegetales usados y del reemplazo parcial y paulatino de combustibles fósiles;

* La concientización y participación de los ciudadanos en la gestión ambientalmente adecuada de dichos aceites con el fin de mejorar la calidad de vida y el ambiente a través de programas de difusión y de educación en la materia, particularmente destinadas a generadores domiciliarios;

* La disposición final adecuada de los aceites para el caso de que no se utilice para el reciclado.

En quince capítulos, el proyecto establece el tratamiento que deberán tener estos residuos y define al sistema como servicio público cuya competencia estará en manos de la Secretaría de Estado de Energía que podrá delegar competencias en municipios y comunas.

El dato

En Santa Fe

Estimaciones oficiales indican que en la provincia, cada habitante consume 18 litros de aceite vegetal por año y durante los 365 días son 50 mil las toneladas de ese producto desechadas, muchas de las cuales terminan en el sistema cloacal o son arrojadas a cursos de agua que ayudan a contaminar.