Marcha atrás

Trump no investigará a Hillary Clinton

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que no desea presentar cargos contra Hillary Clinton ni su marido, el ex presidente Bill, cuando llegue a la Casa Blanca, dando marcha atrás en sus promesas de campaña tras machacar con que su rival demócrata era deshonesta y debía ir presa.

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De la campaña a la realidad del ejercicio del poder. Trump entró en revisión de algunos de sus anuncios.

Foto: Archivo El Litoral

 

Télam

Donald Trump hizo sus comentarios sobre Clinton en una conversación con periodistas de The New York Times durante una breve y por momentos accidentada visita a la sede del diario, donde se quejó de la cobertura que el periódico, que ha sido muy crítico de sus posturas, hizo de su campaña presidencial.

Su brusco giro sobre su ex adversaria electoral había sido anticipado horas antes por su vocera, Kellyanne Conway, quien claramente presentó los deseos de Trump como un mensaje al liderazgo republicano del Congreso, no al Departamento de Justicia, que debería encabezar cualquier investigación contra Clinton.

“No quiero lastimar a los Clinton, realmente no quiero”, dijo el presidente electo al ser consultado sobre si presentaría cargos contra Hillary por haber usado una cuenta de correo personal, y no la oficial, cuando fue secretaria de Estado, corriendo el riesgo de exponer información clasificada.

Hillary Clinton “pasó por un montón de cosas y sufrió enormemente”, señaló Trump, en declaraciones que fueron tuiteadas en vivo por periodistas que participaron del encuentro como una forma de contraponerla con una reunión privada que el magnate tuvo ayer con dueños de grandes medios.

El millonario republicano dijo también que no veía potenciales conflictos de intereses entre el puesto de presidente que asumirá el próximo 20 de enero y los negocios de sus compañías internacionales, al tiempo que condenó a grupos de extrema derecha de su país y aconsejó no apoyarlos.

Horas antes, Conway dejó claro que la nueva postura de Trump sobre Clinton iba dirigida a los republicanos del Congreso, quienes han investigado sin pausa a la ex secretaria de Estado, tanto por los emails como por su actuación en relación con el ataque al consulado estadounidense de Bengazi, en Libia, en 2012.

“Creo que cuando el presidente electo, que es también la cabeza de tu partido, te dice antes de ser investido que no desea presentar cargos, está enviando un mensaje muy fuerte de tono y de contenido a los miembros del Congreso”, señaló la vocera del equipo de transición de Trump.

Sin embargo, el giro promete enfadar a muchos de los seguidores más fieles de Trump, que durante los actos acostumbraban a corear consignas pidiendo enviar a Clinton a la cárcel.

Si el futuro gobierno de Trump no cumpliera con sus promesas de investigar a Clinton por posibles delitos, “sería una traición de su promesa al pueblo estadounidense de drenar el pantano de la corrupción sin control en Washington”, dijo el grupo de derecha Judicial Watch.

“Promesa rota”

El portal Breitbart, uno de los más influyentes en la derecha radical de Estados Unidos, abrió con el titular “Promesa rota” para informar de la decisión de Trump, informó la agencia de noticias EFE.

“Creo que él está pensando en muchas cosas diferentes ahora que se prepara para convertirse en presidente de Estados Unidos, y las cosas que suenan como de campaña no están entre ellas”, agregó Conway, insinuando más cambios respecto de las por momentos incendiarias propuestas de Trump.

Ayer, el presidente electo celebró haber mantenido “más reuniones grandiosas” en su Trump Tower de Manhattan, el lugar donde hoy siguió conformando su futuro gobierno antes de viajar a Florida para pasar la fiesta del Día de Acción de Gracias, en horas de la noche.

En un tuit, el mandatario electo dijo hoy que consideraba “seriamente” sumar a su gabinete a su ex rival en la interna republicana Ben Carson como secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano.

En su reunión en The New York Times, un periodista le preguntó sobre un evento celebrado el viernes pasado en Washington por un grupo de la llamada “derecha-alt”, o derecha alternativa, que celebró su victoria en las elecciones del 8 de noviembre pasado e hizo saludos nazi.

“Los repudio”, dijo Trump.También afirmó que no veía problemas en resolver cualquier conflicto de intereses entre sus compañías y su cargo de presidente.

“La ley está totalmente de mi lado, el presidente no puede tener un conflicto de intereses. Mi empresa es muy poco importante para mí en comparación con lo que estoy haciendo”, dijo Trump, que dio a entender que quiere desvincularse progresivamente de sus negocios, aunque no aclaró la fórmula que utilizará.

Su equipo ha explicado en los últimos días que la idea es que el presidente electo ceda el control de su empresa a sus hijos.

“En teoría, podría dirigir perfectamente mi negocio y dirigir perfectamente el país”, apuntó Trump, aunque dejó claro que esa no es su intención.

El presidente electo suspendió hoy y después volvió a agendar su reunión en Ther New York Times luego de quejarse de que el diario había “cambiado las reglas” del encuentro a último momento.En su charla con los periodistas, dijo que la cobertura que el diario hizo de su campaña fue “la más dura de todas”.

“Tengo gran respeto por The New York Times, le tengo un tremendo respeto. Pero creo que he sido tratado muy duramente. Diré que el Trump fue el más duro de todos”, declaró.

¿Cumplirá con lo prometido?

La marcha atrás de Trump sobre Clinton profundizó las dudas sobre la voluntad de Trump de cumplir con todas las promesas que hizo durante su campaña, luego de que ya relativizara, hasta casi desetimarlos, sus planes de construir un muro en toda la frontera entre Estados Unidos y México.

El magnate inmobiliario dijo durante toda su campaña que su adversaria demócrata en la carrera por la Casa Blanca estaría “en prisión” si él fuera presidente.

Sin embargo, el director del FBI, James Comey, dijo en dos ocasiones que no había evidencia de que Clinton hubiera expuesto información clasificada, poniendo en riesgo la seguridad nacional, y que por lo tanto no correspondía presentar cargos en su contra por haber usado un servidor privado y no el oficial.

Pero el mandatario electo también ha prometido poner fin a las profundas divisiones en el país abiertas por la áspera campaña presidencial, y ha insistido en que quiere ser el presidente “de todos los estadounidenses”.

Aunque muchos no le creen y han salido a protestar en distintas ciudades del país, el magnate ha recibido a una serie ideológicamente diversa de funcionarios, en su mayoría republicanos, mientras trata de conformar su gabinete y su gobierno.

Entre ellos figura Mitt Romney, el candidato presidencial republicano de 2012, quien durante la campaña dijo que Trump no estaba capacitado para ser mandatario. Trump lo llamó ‘perdedor‘.