Tribuna de opinión

No hay justificación para volver a aumentar la luz

Dr. Mario Alfredo Lacava

El gobierno provincial pretende aumentar una vez más la luz en un 35%.

El aumento de la tarifa de luz del 50% partir de abril del corriente año, sumado al 26,9% de aumento aplicado desde diciembre de 2015, elevaron las tarifas eléctricas en un 90% acumulado respecto de los valores vigentes para 2015. Si a esto le sumamos el 35% que ahora se pretende, estaríamos en un aumento de la luz del orden del 130% en un año, valor alejado totalmente de cualquier parámetro comparativo de aumentos que se utilice.

Los argumentos utilizados por el gobierno para justificar estos aumentos, aparte de la inflación, refieren a que la Nación ha quitado subsidios a la energía y que en consecuencia a la provincia no le queda otro camino que trasladar este aumento a las tarifas de luz que pagamos los santafesinos.

Esta simplificación argumental nos obliga a recordar lo que ocurrió en Santa Fe con las tarifas eléctricas en estos últimos años, no sólo para que sepamos la verdad sino también para exigirle al gobierno provincial que asuma el costo del descongelamiento tarifario y no lo traslade a usuarios, comerciantes, productores e industriales de nuestra provincia como se pretende.

En efecto, a diferencia de lo que ocurrió con otras distribuidoras de energía como Edenor y Edesur que mantuvieron prácticamente congeladas sus tarifas durante los últimos años -por ejemplo en la ciudad y provincia de Buenos Aires-, la EPE incrementó desde 2008 en más de 12 oportunidades sus tarifas, acumulando durante ese período un incremento cercano al 500% en las tarifas eléctricas.

Y lo inexplicable fue que esta suba recayó sobre todos los componentes de la tarifa eléctrica: la energía, que a la EPE no le aumentaba porque estaba subsidiada; transporte -que algo aumentó- y sobre los costos de distribución, que sí se incrementaron por efecto de la inflación.

Entonces, mientras la EPE compraba energía barata subsidiada por el gobierno nacional, nos la vendía a los santafesinos cada vez más cara, o sea sin trasladar el subsidio nacional a los usuarios de Santa Fe, que tuvimos que pagar tarifas sistemáticamente incrementadas.

Para verificar esto sólo basta con detenerse un minuto en los números oficiales de la empresa, extraídos de la ejecución presupuestaria publicada por la misma.

Ingresos de EPE por operación derivados del pago de tarifa: Año 2007: $ 1.101 m.; y en 2015, $ 5.792 m., lo que representa un incremento del 430% en el período 2008-2015 como consecuencia del aumento acumulado de tarifa eléctrica.

En cuanto a la compra de energía de EPE en el mercado nacional: en 2007, EPE pagó $ 580 m, lo que representó el 44% de las erogaciones totales de la empresa en ese año ($ 1.173 m.). En 2015, EPE pagó $ 1.230 m. como consecuencia de un 108% de incremento del precio de la energía comprada en el período 2008-2015, que representó sólo un 23% de las erogaciones totales de la Empresa durante el 2015 ($ 5.762 m.).

De estos números surge claro que en Santa Fe las tarifas se descongelaron desde el 2008. El gobierno siguió comprando barata la energía, su costo sólo se incrementó un 108% en 8 años pero la fue vendiendo cada vez más cara. De hecho, la aumentaron un 430% en el mismo período.

En consecuencia no corresponde y es inconsistente utilizar como argumento para los nuevos aumentos de tarifa, la quita de subsidio a la energía que dispuso en este año el gobierno nacional, sencillamente porque en nuestra provincia ese subsidio ya no le llegaba al usuario.

El aumento sistemático de las tarifas de luz permitió a la EPE un importante crecimiento de los recursos por explotación del servicio en estos ocho años, como queda demostrado en las cifras precedentes. Lo cierto es que fue aprovechado por el gobierno para disminuir paulatinamente la transferencia de los aportes del Tesoro provincial para el financiamiento de las inversiones y funcionamiento de la empresa en claro desmedro de la calidad del servicio.

Así, si la inversión del Estado provincial en la EPE representaba en 2008 el 5% del gasto total de la empresa, en 2015 esa participación bajó al 1% de dicho gasto, dejando en claro la impronta de empresa privada que le ha dado el gobierno socialista a la gestión de la EPE. La realidad demuestra que se han abandonando los criterios sociales y de promoción económica que deben inspirar el manejo de una empresa pública prestadora de un servicio básico como lo es la energía eléctrica.

El usuario y la actividad económica de nuestra provincia ya han hecho un formidable esfuerzo para financiar la empresa provincial de energía. Es hora de que el gobierno ponga lo suyo para amortiguar el descongelamiento tarifario resuelto por el presidente Macri y que está teniendo efectos muy negativos en el bolsillo de los santafesinos, la inflación y la paralización y cierre de muchas actividades económicas.