llegan cartas

Depredación pesquera

HUGO LUIS BONOMO

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Ante la noticia de hace unos días, sobre un posible corte de ruta por parte de un sector de pescadores, reclamando subsidios del gobierno, nuevamente se plantea el tema de la depredación ictícola.

Primero creo que corresponde separar a los pescadores artesanales de los depredadores o malleros. No hablo de los pescadores artesanales, los pescadores de siempre; los que pescan para alimentar a su familia y venden algo de sus capturas a la comunidad, mediante puestos o venta callejera, y que están, como los peces, en extinción. Son los que utilizan espineles y recorren día y noche los anzuelos, en sus canoas, para obtener buenos peces; el sustento diario, que nunca faltaba.

Los malleros utilizan mallas prohibidas, y no pescan, arrasan con todo lo que está en el agua, no importa calidad ni tamaño, interesa sólo la cantidad. Esto trae aparejado la muerte de peces muy jóvenes y la interrupción del proceso reproductivo, lo que lleva a la extinción de las especies. Es decir, son los responsables de que no haya peces.

Pensemos un ejemplo: en un pueblo, matan a todas las niñas al cumplir 6 años. ¿Quién procreará? En poco tiempo ese pueblo desaparecerá.

Pero primero, trataré de poner blanco sobre negro: los malleros son los mejores informados de las medidas de las redes y de los peces (nuestros peces, mis peces). Sin embargo pescan peces fuera de medida, con mallas prohibidas. ¿No se dan cuenta? Los acopiadores reciben (sin relación ni factura) pescados ilegales. ¿No se dan cuenta?

Los frigoríficos hacen todo junto, lo no permitido. ¿No se dan cuenta? El Sindicato de Pescadores acepta y participa (¿o no están al lado de los trabajadores?) en toda la cadena ilegal ¿no?

Los frigoríficos y los pescadores fuera de la ley embolsaron mucho dinero estos años. ¿A usted le pagaron algo por la utilización de nuestras aguas, la casi desaparición de nuestros peces, la alteración de la biodiversidad, el deterioro del ecosistema y el equilibrio ecológico? Y el negocio está fuera del marco legal y se realiza sin ninguna inversión; pero el pueblo tiene que subsidiar la ilegalidad y la falta de control del gobierno.

Sin ánimo de dramatizar, esta actividad, tal como está planteada, es una estafa a los ciudadanos, amén de la destrucción de los cimientos de la vida sobre el planeta. ¿O por qué creen que esto que se hace aquí está prohibido en todo el mundo?