Estaba prófugo desde 2012

Detuvieron en el autódromo al narcopiloto “Ojito” Caporale

  • Actis Caporale se hacía llamar Alex Aqua. Está acusado de ser proveedor de estupefacientes de la zona norte de Rosario. Lo buscaban desde hace cuatro años.
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Fue apresado momentos antes de una carrera de automovilismo de la Copa Fiesta, que se iba a disputar en el autódromo de Buenos Aires. Foto: Télam

 

Germán de los Santos

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Corresponsalía Rosario

En el mundo del automovilismo se hacía llamar Alex Aqua, pero su verdadero nombre era Ignacio Actis Caporale, alias “Ojito”, uno de los narcos más importantes de Rosario que fue detenido ayer a la mañana en el autódromo de Buenos Aires, tras permanecer más de cuatro años prófugo.

Caporale está acusado de ser uno de los proveedores más grandes de estupefacientes de Rosario, donde nutría de cocaína y drogas sintéticas a búnkeres diseminados en los barrios Alberdi, La Cerámica y Casiano Casas. Pero nunca pudo ser detenido, porque cuando fueron apresados hace cuatro años nueve miembros de la organización, “Ojito” se escurrió de los efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Este domingo su suerte cambió.

Fue detenido momentos antes de una carrera de automovilismo de la Copa Fiesta, que se iba a disputar en el autódromo de Buenos Aires. Los policías irrumpieron en el taller, donde Caporale no se resistió y se entregó resignado, mientras preparaba los últimos detalles para subirse al auto y competir.

En el podio

Su coartada se había caído. A la par se realizaron allanamientos en Rosario, Santo Tomé y en Buenos Aires. Nueve personas fueron detenidas acusadas de formar parte de la banda criminal.

Desde hace tiempo, los efectivos seguían sus pasos. Caporale frecuentaba un restaurante de pastas en Villa Crespo, Buenos Aires, que también era su sponsor en el auto que utilizaba para correr. Ojito corría con un Fiesta color negro con el número 7 desde hacía dos años.

La primera carrera la ganó el domingo 24 de mayo de 2015, cuando subió al podio en el autódromo Roberto Mouras de La Plata. En esa oportunidad, Alex Aqua habló con los medios. En una entrevista con el programa “La Escudería”, en radio La Redonda, le agradeció a los familiares que lo habían ido a ver y reconoció que fue una “final complicada, pero se pudo aguantar y se nos dio”.

Vía Perú

“Ojito” estaba prófugo desde el 26 de septiembre de 2012, cuando la Policía de Seguridad Aeroportuaria realizó 14 allanamientos simultáneos en Rosario, donde se secuestraron cuatro kilos de cocaína de máxima pureza, tres de marihuana, 400 pastillas de éxtasis, 40 troqueles de LSD, varias dosis de quetamina, seis autos de alta gama, ocho armas de fuego y 250 mil pesos en efectivo.

En el operativo quedaron detenidas nueve personas, entre ellas su padre, pero “Ojito” se escapó. Alguien de la banda le alcanzó a avisar y cuando el vuelo proveniente de Bogotá hizo escala en Lima escapó. Los efectivos de la PSA que lo esperaban en el aeropuerto de Ezeiza se quedaron con las manos vacías. Sólo estaba su novia, una joven modelo que era promotora en las carreras de automovilismo.

Cuatro días después el joven ingresó de manera legal a la Argentina por un paso fronterizo con Brasil, pero como no había llegado la comunicación oficial nadie sabía que tenía pedido de captura internacional.

Último rastro

Desde ese momento muy poco se supo de Caporale, un muchacho de clase media alta que vivía en el centro de Rosario y que proveía a los distribuidores de droga del norte y noroeste de Rosario. En noviembre de 2013, tras un seguimiento que hizo la Policía de Santa Fe, detectó que Caporale tenía pensado ir a buscar a su novia a la terminal de ómnibus de Retiro. Se montó un operativo para detenerlo, pero al detectar a los uniformados logró escabullirse entre la multitud y desaparecer.

La causa contra Caporale, que se sigue en el Juzgado Federal Nº 4 de Rosario, comenzó tras la caída de una distribuidora de droga de la zona norte de esta ciudad. Norma López, alias La Tía, que fue condenada en septiembre de 2014 a seis años de prisión por ser la jefa de una banda, en la que había dos policías, que tenían unos 20 búnkeres diseminados en los barrios La Cerámica y El Churrasco.