Jugó gran parte del encuentro con diez, supo hacerlo y tuvo chances de ganar...

Colón y el sabor de las cosas buenas

El balance para Domínguez debió ser positivo. Aún con cosas por corregir, el equipo mostró más solidez atrás y no abandonó la pretensión protagónica y ofensiva a pesar de la expulsión de Poblete.

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Los 11 de Domínguez. De pie: Broun, Olivera, Conti y Leguizamón. Agachados: Ledesma, Blanco, Bernardi, Ceballos, Torres, Clemente Rodríguez y Poblete.

Foto: Agencia Rosario

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Rosario)

“¿Si Domínguez volvió preocupado de Córdoba por los cuatro goles?, ¡no! Te puedo asegurar que no. Me dijo que el partido fue muy raro, pero lo noté muy tranquilo”, confiaba Patricio Fleming a este periodista, después de haber charlado con el técnico tras el 1-4 con Talleres de hace una semana. Y si había que demostrar adentro de la cancha que esa supuesta tranquilidad de Domínguez estaba bien argumentada, se dio en los 90 minutos rescatables y positivos que tuvo Colón en el Parque. Hasta dándose un lujo: de no aceptar el convite de Osella para reemplazar a Poblete e impedir que el equipo quede con 10 cuando lo echaron al capitán sabalero. “Quería ver de qué están hechos estos jugadores”, explicó Domínguez. Y eso acrecentó su conformismo y satisfacción. Que hay cosas para corregir, no hay dudas. Pero que muchas cuestiones que saltaban a la vista como deficitarias (por ejemplo, la cantidad de goles que había recibido en los amistosos y aquellos 4 de Boca en el último partido oficial en la Bombonera), se lograron modificar y disimular con Newell’s, es algo que no se puede discutir.

¿Qué hubiese hecho cualquier técnico que se queda con 10, perdiendo el volante con más recuperación que tiene el equipo y jugando de visitante?, seguramente la mayoría habría optado por sacar un punta y poner un “5” para darle contención al equipo. Domínguez fue una excepción a esa regla. A Poblete lo echaron cuando iban 23 minutos del primer tiempo, pero se acomodó con lo que había. Ledesma se quedó un poco más contenido; para Bernardi y Torres, la orden fue que le den una mano y, para los delanteros, que no se queden tan aislados de los mediocampistas. El equipo no retrocedió, trató de tener la pelota cuando pudo y de aprovechar los espacios, sobre todo en el segundo tiempo, para jugar de contra. Y tampoco cambió esa visión, Domínguez, cuando hizo los cambios. Sacó a Bernardi y puso a Silva, a Leguizamón y entró Dalla Costa, a Blanco y jugó Lagos, y recién modificó esta idea del “peón por peón”, cuando en el final metió a Oviedo por Torres, hizo retroceder a Lagos y terminó el partido con un 4-4-1. Eso, el 4-4-1 habría sido, seguramente, la primera opción de muchos entrenadores cuando se fue Poblete. No la de Domínguez. Y es una señal de que esa ambición ofensiva y de protagonismo está bien firme en los hechos.

¿Qué es lo que pretende Domínguez?

* Desde lo táctico, un 4-4-2 bien esquemático. Eso duró unos minutos, por la ya comentada salida de Poblete. Pero será, a no dudarlo, lo que el técnico mantendrá como base a la hora de armar el equipo.

* Desde lo estratégico, la sensación de que asumirá riesgos. Todavía faltan afinar algunas cosas, como por ejemplo la salida desde atrás que no siempre se hace en forma prolija y segura. O si, en definitiva, el equipo tendrá contención en ese mediocampo que no tiene un volante de neto corte defensivo.

¿Qué es lo que mostró ayer?

* Un buen trabajo de la dupla de marcadores centrales y algunos problemas de marca por los laterales, sobre todo en un duelo complicado que tuvo Clemente con Amoroso.

* La solidez que transmite Broun desde el arco, convertido en uno de los puntos altos en el rendimiento individual.

* La soltura y confianza con la que jugó Cristian Bernardi, sobre todo en el final del primer tiempo y cuando el equipo se quedó sin Poblete.

* Una leve mejoría de Blanco en relación a lo escaso que mostró el año pasado y la voluntad inquebrantable de Leguizamón para colaborar con los del medio y para atacar.

La idea está clara y aquellos goles que le convirtieron en los otros amistosos y que motivaban algo de preocupación, al menos quedaron en el olvido por el momento. El equipo se aguantó con diez gran parte del encuentro, mostró una buena capacidad física y reacción ante la adversidad y hasta pudo ganar el partido (un mano a mano de Blanco se fue afuera y en el final, Lagos cabeceó desviado desde adentro del área chica un muy buen centro de Conti). Y lo hizo ante un buen equipo, el que está segundo y escolta a Boca en el campeonato. Por eso, no hay dudas: el balance es positivo.

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Esta pudo ser. Luego de una buena habilitación, Leguizamón quedó solo entrando por el callejón del “10” y alcanzaron a pellizcarle la pelota cuando enganchó para pegarle de derecha. Foto: Agencia Rosario

análisis

por Enrique Cruz (h)

Llamado a los dirigentes

  • Más de 20.000 personas en la cancha, más de un millón de pesos “limpios” para Newell’s, 2.300 hinchas sabaleros y nada que lamentar. El de ayer en el Parque, se pareció a un partido oficial por los puntos. Hubo euforia en la gente, mucho color, aliento y un marco de público estupendo. Sin dudas que es un llamado para toda la dirigencia del fútbol santafesino.

Colón, Unión, Newell’s y Rosario Central debieran organizar todos los años un cuadrangular, poniendo en juego la Copa de la Provincia de Santa Fe, recaudando mucho dinero —muchísimo diría—, arengando a las empresas televisivas a comprar el producto y generando un motivo de atracción para la gente —que está ávida de ver fútbol en el largo receso— y también para los técnicos y jugadores.

Pumpido dijo la semana pasada que “habría que contratar un mago para que nos invente algo”, hablando de lo largo del receso, de la incertidumbre del reinicio del torneo y de las cosas que tienen que hacer los entrenadores y los “profe” para mantener la atención y la contracción del grupo para el trabajo.

Se podría hacer un torneo de todos contra todos, invitando al gobierno provincial que tan buena predisposición mostró el año pasado con la Copa Santa Fe, a que participe también. Es cierto que la experiencia de la Copa Santa Fe fue fallida. Pero también es verdad que la mataron entre todos. Los dirigentes con lo que ya se sabe que pasó y los entrenadores, porque pusieron equipos con suplentes (repasar lo que ocurrió en el clásico rosarino).

Son muy grandes los cuatro clubes de la provincia —se podría sumar tranquilamente a Rafaela—, como para desperdiciar la ocasión de juntar plata y de probar a fondo a sus equipos. Colón y Newell’s lo están haciendo. Armaron un partido en serio y ante una multitud. Y lo repetirán el sábado.

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Eduardo Domínguez se saluda con Sebastián Prediger al término del encuentro. Foto: Agencia Rosario

“Quería ver de qué están hechos...”

  • El entrenador de Colón, Eduardo Domínguez, dijo después del partido que Diego Osella le ofreció reemplazar a Poblete para no jugar con diez jugadores desde los 23 minutos y que también se lo dijo al árbitro Tello, “pero preferí seguir el partido con diez, porque quería ver cuál era la capacidad de reacción ante la dificultad. Quería ver de qué están hechos estos jugadores”.

“Se puede ser protagonista con o sin pelota”, dijo Domínguez, sobre todo analizando lo que ocurrió en algún fragmento del partido, cuando Newell’s la manejó un poco más y mejor que su equipo.

“Mostramos una cara distinta a la del fin de semana pasado”, dijo en relación al 1-4 con Talleres, dijo que “Bernardi es un jugador desequilibrante” y ratificó algo que ya dijo con anterioridad: “Los que juegan bien, se ponen solos”.

Sobre los refuerzos, no agregó nada: “Vignatti, el presidente, tiene la lista de los jugadores que nos interesan”, señaló.

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Luego de una buena acción ofensiva, Blanco tiró el pase atrás pero a Ceballos le quedó para la zurda y consiguieron taparle el remate. Domínguez le da libertades a los laterales para que se proyecten. Foto: Agencia Rosario

síntesis

Newell’s 0

Colón 0

Cancha: Newell’s.

Árbitro: Facundo Tello.

Público estimado: 20.000 personas.

Newell’s: Pocjrnic; Escobar, Formiliano, Moiraghi y Voboril; Amoroso, Sills, Quignón; Formica, Figueroa y Maximiliano Rodríguez. A.S.: D’Angelo. Estuvo en el banco Fértoli. D.T.: Diego Osella.

Colón: Broun; Ceballos, Conti, Olivera y Clemente Rodríguez; Bernardi, Poblete, Ledesma e Iván Torres; Leguizamón y Blanco. A.S.: Carranza. Estuvieron en el banco: Barsottini y Bastía. D.T.: Eduardo Domínguez.

Cambios: En el segundo tiempo, al comenzar, Sebastián Domínguez (N) por Formiliano; a los 15 m Silva (C) por Bernardi; a los 16 m Tisera (N) por Figueroa; a los 17 m Dalla Costa (C) por Leguizamón; a los 23 m Lagos (C) por Blanco; a los 25 m Prediger (N) por Sills; a los 33 m Oviedo (C) por Torres; a los 42 m Paz (N) y Mansilla (N) por Voboril y Formica.

Incidencias: en el primer tiempo, a los 23 m fue expulsado Poblete (C) y en el segundo tiempo, a los 41 m fue expulsado Moiraghi (N), en ambos casos por doble amarilla.