Multitudinaria manifestación contra el gobierno nacional

La CGT quedó bajo la presión de su propio acto

Más allá del violento final, el clima de la multitudinaria manifestación fue notoriamente adverso para la conducción cegetista.

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Descontrol. Tras la finalización del acto, militantes de izquierda y del kirchnerismo se apoderaron del palco: hubo violentos enfrentamientos y desmanes.

Foto:DyN

 

De la redacción de El Litoral

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El acto con el que la conducción de la CGT esperaba cobrar una mayor legitimidad para enfrentar nuevas negociaciones con el gobierno nacional, ayer le produjo -en cambio- un fuerte dolor de cabeza.

Los discursos de los tres secretarios generales que conducen la CGT, Carlos Acuña, Oscar Schmid y Héctor Daer, en ese orden, recibieron una respuesta adversa ante la falta de definición de la fecha del paro general de 24 horas anunciado

Más tarde se iniciaron incidentes, con corridas, insultos y desórdenes entre un grupo que pedía una fecha concreta y algunos sindicalistas, como Pablo Moyano, que debió ser defendido por militantes de Camioneros ante ataques de grupos que se reivindicaban como kirchneristas. (Ver aparte).

Cuando Daer (el último orador) -abucheado en varias oportunidades- cometió el acto fallido de plantear que la huelga general debería ser “antes de fin de año”, las cosas se desmadraron.

La interna que vive el PJ bonaerense se vio reflejada durante la marcha de la CGT, a la que acompañaron orgánicamente, pero desde distintos puntos de encuentro. El grupo Fénix eligió un hotel cercano, los Esmeraldas una esquina y el ex ministro de Interior y Transporte Florencio Randazzo, que esta semana dio señales de que será candidato en los comicios de este año, caminó por la avenida Belgrano para hablar con trabajadores, dijo a Télam su vocero.

Señales

Tras el acto, una serie de señales muestran a la conducción cegetista bajo las presiones que le planteó ayer su propio acto, a saber:

Debió iniciarse una hora antes de lo previsto.

No hubo cómo evitar que alguien, con cinta adhesiva, colocara una cruz blanca (propia de los cementerios) sobre el sello “CGT” del atril.

En reiteradas oportunidades los cánticos adversos se impusieron a los oradores.

El triunvirato debió salir a toda velocidad del escenario (fuertemente custodiados), entre insultos.

El clima social de descontento, en las calles, antes del acto, no sólo se dirigió contra el gobierno nacional. También puso como blancos predilectos a los tres dirigentes sindicales que privilegian el diálogo a la confrontación con la Casa Rosada.

Mientras, cabe recordar que en sólo diez días, para el 18, está prevista una marcha piquetera para reclamar la reglamentación de la ley de Economía Social, que el gobierno nacional acordó con esas agrupaciones.

La toma del palco

Luego del final, una revuelta de manifestantes produjo todo tipo de desmanes sobre el palco, del que se apoderó sin mayores inconvenientes, ante la extraña pasividad del gremio que parecía estar a cargo de su custodia: Camioneros.

Gremios chicos, algunos militantes del MST y grupos kirchneristas subieron a la tarima, jugaron con el atril y deformaron con sus saltos la estructura de caños, mientras reclamaban un paro general.

“Se va acabar, se va acabar la burocracia sindical”; “ponele fecha la puta que te parió, ponele fecha...” y “adónde está que no se ve esa famosa CGT”, fueron los cánticos que quedaron en la libreta de apuntes de los cronistas

Entre quienes subieron había militantes de Gustavo Osuna, diputado nacional por el FPV; algunos trabajadores del transporte que flameaban banderas las líneas 60 y 540, también había banderas de la Agrupación Interlíneas, vinculada al Partido Socialista de los Trabajadores Unificados; había integrantes de Atilra (lechería) y de la Unión de Conductores de Autos al Instante y Remises de la República Argentina (Ucairra). También una bandera naranja perteneciente a Villa La Ñata, barrio donde se encuentra la residencia de Daniel Scioli. Hubo camporistas con pecheras que decían “Cristina 2019” y algunas banderas de trabajadores de la izquierda.

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Respuesta. El gobierno nacional admitió que la manifestación fue muy numerosa y sus voceros dijeron que “no le dará la espalda” a sus reclamos. Foto: DyN

El día después

Según Héctor Daer, integrante del triunvirato que conduce la CGT, el rechazo a los jefes sindicales provino de “una minoría minúscula” que “no pertenece al movimiento obrero” y además “fueron funcionales al gobierno de turno” por “desvirtuar los reclamos populares”.

El radical Mario Negri, titular del interbloque de Cambiemos en la Cámara de Diputados, dijo que “La Argentina de ayer no es la que se merece un gobierno a un año de gobierno”. Recordó que los gremios “a Menem lo aguantaron 40 meses y no tuvieron ningún brote de nacionalismo mientras se rifaba el país por 30 mil millones de dólares” y que dirigentes “como Yasky aplaudían a Cristina cuando no había números del Indec”.

El secretario gremial de la CGT Pablo Moyano acusó al kirchnerismo de causar los desmanes del final del acto. “Se hacen los rambos cuando su gobierno fue el que más precarizó a los trabajadores”, advirtió. Y sostuvo que si su padre condujera la central obrera “ya habría fecha” para un paro general.

El gobierno nacional “absolutamente” tomó nota de “la marcha multitudinaria” de los sindicatos, dijo el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo. Expresó que en “la patoteada en el palco de la CGT” fue “bastante obvio” que provino del kirchnerismo.

En nombre de ese sector, Máximo Kirchner dijo que sus militantes “fueron a la marcha a fortalecer a un triunvirato para que pusiera fecha a un paro (...) Si vos estás arriba de una tarima y tenés 250 mil trabajadores gritándote paro general y no lo llamás... o dudás, es evidente que hay algo en el medio que no se entiende o no se comprende”.

La ex presidente Cristina Kirchner, en Twitter, escribió: “Sin empleo o con bajos salarios, endeudamiento y destrucción de la industria nacional nada bueno le puede pasar al país (...) Impresionante marcha de trabajadores, trabajadoras, empresarios, científicos, para que el gobierno cambie el rumbo de la economía... Ojalá que TODOS vean y escuchen... Y sobre todo, comprendan”.

El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, afirmó que el gobierno va a apostar “al diálogo” con la CGT para evitar un paro general. Dijo que la marcha de ayer es parte de “la Argentina que no se quiere más”, la de “la confrontación, la división, la de no encontrar los consensos”. Admitió que “hay sectores que tienen dificultades y queremos trabajar en una agenda específica para esos sectores, pero son muy específicos”, dijo. “El empleo está creciendo”, aseguró.