Esta noche, en Cine Auditorio ATE

La humanidad como centro

Natalia Pérez y Cántaro presentarán “Si no cantara”, primer material discográfico del trío, con una selección de folclore latinoamericano que combina sutileza sonora con contenido social.

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Natalia Pérez flanqueada por Pancho Torres y Maxi Maglianese: las tres patas de esta propuesta a las texturas y los buenos textos.

Foto: Gentileza Marcela M. Pucci

 

Ignacio Andrés Amarillo

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Esta noche desde las 21.30, en el Cine Auditorio ATE (San Luis 2854), Natalia Pérez y Cántaro presentarán “Si no cantara”, primera placa de este trío integrado por Pérez, en voz; Pancho Torres, en guitarra, y Maxi Maglianese, en percusión. “Compartiremos un puñado de canciones en las que la poesía de Chabuca Granda, Víctor Jara, Mario Corradi, Silvio Rodríguez se combina con ritmos de chacarera, cueca cuyana, landó”. Las entradas se adquieren en puerta el mismo día, a un valor de $ 100 ($ 200 en combo con el CD). Se abona a partir de los 13 años.

En la previa al concierto, El Litoral dialogó con Pérez y Torres sobre la propuesta artística del trío.

Identidad

—Es el primer disco de este trío. ¿Qué significa para el proyecto encararlo, y cómo se hace?

Natalia: —Hace tres años que estamos juntos, veníamos trabajando y compartiendo mucho: muchas charlas, mucha música, mucha vida. Y llegó un momento en que dijimos que teníamos la necesidad de plasmar esto en lo que iba a ser un disco. Así que hace un año empezamos a grabar, y ello llevó a la selección del repertorio, terminar de arreglar los temas, y quedó este “Si no cantara”.

—“Si no cantara” es un tema de Marta Gómez: está subido a varias plataformas, junto con “El desconfiado” de Isabel Parra. Siempre el primer disco es una vía de escape del repertorio, pero tampoco todas las canciones que han trabajado pueden entrar. ¿Cómo se hace ese recorte?

Pancho: —De hecho, hubo un par de cosas que quedaron afuera. A medida que se iba grabando íbamos viendo que alguna temática o idea se repetía, o no funcionaba dentro de una idea más general.

—¿Y cuál era esa idea?

Pancho: —Una idea de la humanidad como centro, con sus oficios, sus características, y su situación social. Dentro de ese marco, funciona lo amoroso y un montón de cosas que hacen a nuestra vida cotidiana. Creo que el repertorio tiene una conexión con lo social importante.

Natalia: —Hablamos un montón, ése es el camino que queríamos seguir.

Decires

—¿Y cómo se acoplan las canciones?

Pancho: —Es un proceso de selección que termina en un registro. Pero en ese registro es como cuando escribís y decís: “¿cuántas veces puse la palabra tal?” y empezás a pulir.

Natalia: —También había un tema con los autores: son tantos los autores latinoamericanos que nos gustan un montón, que queríamos que haya un tema de cada uno.

Pancho: —De algunos temas se hicieron retomas, porque después de grabarlos, como seguíamos tocando, decíamos “che, ahora está mejor”. O el caso de Nati, que pensaba: “No me cierra cómo lo dije, lo quiero hacer de nuevo”.

—¿Esa búsqueda en el decir sale por cantarlo muchas veces o hay momentos en que lo encontrás?

Natalia: —Hubo un tema que me costó mucho (risas) y lo trabajamos mucho entre los tres. No me gustaba cómo estaba dicho, era un tema muy hermoso que refiere a un montón de cosas y yo no lo decía bien.

—Sabías que así no, pero no cómo sí.

Natalia: —Exacto. Incluso a los chicos les gustaba. Hasta que le encontré la vuelta. Estaba cantado pero no sentido.

Pancho: —Grabar tiene ese aprendizaje, donde vos te podés escuchar desde afuera.

—Te hiciste cargo de la producción y grabación. Manejar las horas de estudio es una tranquilidad.

Pancho: —La idea fue no hacer tomas de muchos temas seguidos, sino de elegir uno o dos y grabar ésos. Después de unos días, escucharlos de nuevo. No fue un proceso constante, pero sí fue como una gota que va cayendo y se armando algo.

Natalia: —Mucha escucha: él grababa, nos lo pasaba y lo escuchábamos cada uno por su lado.

Pancho: —Fue más sacar que poner, retirar cosas que seguir agregando. La expectativa original tenía una idea y al escuchar era “con esto ya está y esto sobra”. A veces no estás conectado, y no se empatiza.

Natalia: —Estamos muy contentos con el resultado.

Síntesis

—Si tuvieran que decir cuál es la propuesta de Cántaro para quien no los conoce, ¿cómo se la contarían?

Natalia: —Es música folclórica popular latinoamericana, ante todo. A mí siempre me relacionaron mucho más con la música folclórica argentina. De hecho, es la primera vez que estoy en un grupo en el que he hecho tantos autores y ritmos latinoamericanos.

—Te relacionan porque cantaste mucho tiempo folclore argentino.

Natalia: —Claro. Y es como dice Pancho: un hombre que forma parte de una sociedad, y esa sociedad tiene una realidad. Nosotros la vemos reflejada en esas canciones.

Pancho: —Desde lo musical se van a encontrar con textos muy buenos, que interpelan y comprometen, y con un sonido lleno de texturas: buscamos texturas para cada una de las cosas que se dicen. El trío a grandes rasgos es percusión, guitarra y voz, pero se a encontrar con temas donde aparecen kalimbas, bajo, coros. Tenemos dos invitados: Enzo Valls (saxo soprano) y Mariano Pérez (voz) que van a agregar su color.

—Un trío implica una síntesis importante, y depende de la guitarra el sostenimiento armónico y melódico de la voz.

Pancho: —Nos pasó con temas que tienen versiones con muchos instrumentos, al llevarlo a un trío tenés que buscar el núcleo.

Natalia: —Lo interesante es que no siempre salen desde la armonía. Maxi ha hecho propuestas de canciones trabajándolas desde la percusión, “Hipocresía” salió así: nosotros nos acoplamos a lo que decía la percusión. La interpretación cambiaba al estar más ligada a una cuestión percusiva.

Pancho: —Uno de los temas tiene toda la forma danzable de la chacarera, la cantidad de compases correspondientes, pero no hay guitarra (bueno, después sí).

Salir a mostrar

—Terminó esta parte, viene la presentación. ¿Cómo sigue el trabajo?

Natalia: —Está buena la pregunta, porque nosotros también nos lo preguntamos (risas).

Pancho: —Comienza otra etapa, para la que uno no está preparado pero lo tiene que hacer: porque uno trabaja en esto como para que le sirva a alguien. Hay que llevar ese disco tocando, y tratar de que la gente a la que le interese lo encuentre en una disquería, en Santa Fe y en otros lugares. Y como somos autogestionados ese trabajo es intenso, de ponerle mucho el cuerpo.

—Hablábamos de temas que circulan. ¿Van a aprovechar redes y plataformas?

Pancho: —Está la situación de poner online la música, y donde el disco físicamente se viene cayendo. Pero el trabajo hay que materializarlo de alguna manera. Los escritores escriben un libro, y nosotros hacemos música, no hacemos un disco; rara vez se piensa así, salvo cuando hay un contrato. Eso es una cuestión a sortear. Tampoco vamos a descartar el online.

Natalia: —No, pero primero vamos a vender dos millones de discos (risas). Aparte es una cuestión muy colectiva: no es que estamos nosotros tres y grabamos. Está la gente de gráfica, los que nos hicieron las fotos, la imprenta, es un trabajo importante.

Pancho: —El equipo se completa con Marce Pucci, en fotografía; Diego Lenarduzzi, en diseño, y los músicos invitados que nombré. Además de ellos para la presentación vienen trabajando mis dos hijas, Julia, en sonido, y Sofía, en la producción.

Natalia: —Juli está trabajando hace tiempo con nosotros como sonidista: es muy maravilloso que el grupo tenga su propio sonidista.

—A esta altura es como esencial: alguien que sepa a qué querés sonar.

Natalia: —Es una tranquilidad.

Pancho: —Y descansar: uno está ocupado con otras cuestiones. Lo he hecho, sonido y tocar, es imposible. Es enriquecedor, pero es estresante.

—Está bueno “hacer la colimba” para saber un poco de todo, pero la colimba como mucho duraba dos años.

Natalia: —(risas).

Pancho: —Está muy bien.

Natalia: —Los flyers nos los hizo María Elisa Piacenza. Y hay que destacar al Cine Auditorio ATE que siempre nos está apoyando, siempre presentes. Con nosotros, se han portado siempre de maravilla: hay una confianza en lo que uno hace y una apuesta al movimiento cultural de Santa Fe.