Tribuna política

Mefro Wheels, el botón de muestra

Por Osvaldo “Coni” Cherep

¿Es posible en la convulsionada Argentina de hoy, encontrarle soluciones a los problemas, salvar fuentes de trabajo, y proponerse como alternativa competitiva en un mercado tan desequilibrado como el actual?

Es difícil que suceda, en principio porque las condiciones objetivas de nuestra economía proponen un escenario de tablas muy flojas y clavos punzantes. Pero fundamentalmente porque se ha vuelto tremendamente complejo romper con los intereses sectoriales, con las especulaciones políticas partidarias y con las prácticas estatales de apoyo a los amigos y ataques a los enemigos.

Mefro Wheels es una empresa originariamente santafesina nacida en los años 60, que con la crisis del 2001 sufrió un duro revés y fue comprada por la empresa alemana que le da su actual nombre. Es la única empresa que fabrica llantas de acero en Argentina y además de abastecer al mercado privado, es proveedora de las principales competiciones de automovilismo argentino.

A principios de este año, los empresarios alemanes decidieron cerrarla. La apertura de las importaciones de llantas provocó una caída brusca de ventas y una vez más, como en 2001, la empresa fue víctima de las políticas nacionales. MW cerró y los 170 empleados pasaron a engrosar la lista de los que se quedan sin trabajo por los presuntos “daños colaterales” del nuevo modelo económico.

La historia es conocida: los trabajadores no se resignaron, el gremio (UOM) los contuvo, y en una experiencia impropia de estos tiempos, el Estado, el gobierno de Santa Fe, encabezado por Miguel Lifschitz pero bajo la operación incansable de su Ministro de la Producción, Luis Contigiani, juntó a las fuerzas y salieron a buscar soluciones.

Las soluciones no eran buscarles alternativas laborales a los trabajadores, sino salvar la empresa.

Hubo un viaje fugaz del gobernador a Alemania. Se sentó cara a cara con los dueños. Pidió precio para la empresa, pidió tiempo, pidió condiciones. En Rosario, en Buenos Aires, en todas las instancias posibles, la UOM, los trabajadores y el gobierno de la mano salieron a buscar inversores. Sí. En Argentina de 2017. Sí. Dirigentes gremiales, trabajadores, y funcionarios. Todos juntos, saliendo a buscar juntos una solución.

Desde febrero y hasta el jueves, los esfuerzos fueron absolutos, agobiantes. Hubo instancias de zozobra y desesperanza. Se negociaron distintas alternativas. Se tentaron a capitales chilenos, se intentó la continuidad como cooperativa. Hasta el jueves 20 de abril. Cuando la empresa villa galvense Cirubon SA (acercada por el intendente de esa ciudad, Alberto Ricci) una autopartista a menor escala, asumió el compromiso de continuar con las actividades totales de Mefro Wheels. Todas.

120 empleados retomarán rápidamente sus puestos de trabajo, el resto se irá incorporando paulatinamente. El nuevo dueño aceptó reconocerles la antigüedad en sus salarios. Además, los empleados podrán reclamar sus indemnizaciones a los titulares anteriores de Mefro Wheels.

No es un milagro. Es la consecuencia de un método y de un modo de ver las cosas. La pública y la privada. Es el Estado interviniendo para equilibrar las desigualdades que generan las políticas monetaristas. Pero son los trabajadores y su sindicato actuando de manera propositiva, y los capitales locales apostando, los que juntos en una mesa, terminan dándole una solución a un tema que hace seis meses era una tragedia.

Es el diálogo como acción y método, no como mera consigna. Es la lucidez de entender que hay problemas, los más importantes problemas que tiene Argentina hoy, que sólo pueden resolverse juntos. Pensando distinto, claro, con intereses distintos, claro. Pero poniendo las prioridades en el orden adecuado.

No se salvó solamente una fábrica. No se salvaron solamente 170 empleos y la tranquilidad de 170 familias. Se mostró que cuando hay convicciones y decisión política, los resultados son posibles.

En eso, deberían pensar aquellos que hoy, ante el riesgo que significa la realidad, prefieren anteponer sus propios intereses personales y las mediciones de las encuestas, antes de darle soluciones a los temas.

Da un poco de vergüenza ajena ver la tozudez del gobierno nacional con la paritaria nacional docente. Da cierta vergüenza también, la sobreactuación de algunos sindicatos o sectores partidarios que agudizan innecesariamente los conflictos pudiendo ser más flexibles a la hora de negociar. Sobre todo, si se tiene perspectiva de la realidad y dimensión de las dificultades.

¿Es posible que eso ocurra en Argentina, con la actual ligereza dirigente? Sí. Es posible. Mefro Wheels es un ejemplo. Es el botón de muestra.

Una clara demostración de que la política, cuando se ejerce con seriedad y compromiso, cuando apuesta por el diálogo, la cercanía y el sentido común, es capaz de solucionar los problemas. Y es el modo de cambiarle la vida a la gente.