Pumpido: ¿proyecto o apuesta?

La tiranía de los resultados

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“Juampi” Pumpido eligió el camino de la renuncia para liberar a los dirigentes y “no hacerle daño al club”. El equipo se le había caído, pero la idea de los dirigentes era que siguiera.

Foto: Manuel Fabatía

 

Enrique Cruz (h)

Cuando Madelón se fue, en su carta de despedida dejó una frase explicativa de aquella situación: “... Me resulta difícil estar en un lugar cuando siento que no estamos convencidos en ser los mejores, aunque capaz la realidad luego me demuestre otra cosa...”. Lo hizo después de haber caído en cuartos de final de la Copa Argentina ante River, en medio de un campeonato en el que Unión estaba redondeando una aceptable actuación y en un año histórico para el club: ganó los dos clásicos que jugó. Este fue un “tiro por elevación” de Madelón, quizás inentendible en ese momento. En esa misma carta habló de la venta de los jugadores. De Triverio, de Malcorra, de Martínez. Ese salto de calidad lo tenía como protagonista, porque él era —junto a los dirigentes— el que elegía los jugadores. El plantel se desjerarquizó. Eso fue lo que Madelón vio y de allí aquella decisión a pesar de la gran actuación con Sarmiento (el último partido que dirigió) y del pedido generalizado para que se quedara.

¿Qué eligió Unión cuando se fue Madelón?, ¿un proyecto o una apuesta? En el comentario del partido —más centralizado en el desenlace en el vestuario que en lo que realmente pasó en la cancha— hablaba sobre las limitaciones a corto plazo que tienen los proyectos en el fútbol argentino.

Es notable observar de qué manera se transforman en arenas movedizas los cimientos que se pretenden construir con los proyectos, cuando se pierden un par de partidos. Y máxime si, de por medio, hay un clásico.

Esto lleva a suponer que lo de Pumpido se convirtió más en una apuesta que en un proyecto, por más que los dirigentes señalen —con razón— que el final no fue precipitado por ellos, sino por el propio Pumpido. Sea de una forma o de la otra, sea a través de la encarnación de un proyecto o de la elección de una apuesta para ver de qué manera podía salir, siempre aparece el resultado como condicionante. En este caso, lo que no termino de entender es qué hubiese pasado si Vélez no convertía el gol en el segundo minuto de descuento. Porque no fue un 0-4 contundente e inexplicable; fue un 1-2 en tiempo adicional. Y si el partido terminaba empatado, ¿estaban los dirigentes viajando a Buenos Aires para buscar un DT?, ¿estaba escribiendo estas líneas?, ¿preparaba “Juampi” Pumpido su último encuentro con los jugadores para despedirse?.

La tiranía que gobierna el fútbol es la de los resultados y parece que no hay vuelta de hoja. Y el gran condicionante que tiene esta ciudad son los clásicos. Así, todo se hace más difícil aún. ¿Qué hacer ahora?, ¿traer a un DT pero explicándole que si pierde el clásico se va?, ¿traer a un DT pero explicándole que si pierde un par de partidos se va? Esto es inconcebible. Repito, no es culpa de los dirigentes esta vez. Hubo una renuncia. “Juampi” vio que no tenía la capacidad para revertir la situación. Se lo eligió porque conocía a fondo el plantel. Los nuevos no reforzaron. No dieron el salto de calidad. El equipo se le empezó a caer. Y justamente fue, el clásico, ese partido que marcó un antes y un después. En dos partidos más, venía el otro. Dudo que no se haya tenido fe, porque era la revancha que el fútbol siempre da. No quiso esperarla. Y ahora, se cambia el perfil. De la apuesta o proyecto con un DT joven y de la casa, a la necesidad de respaldarse en la experiencia como resguardo para salir adelante.

Se fue Pumpido, vendrá otro entrenador y quedará un amplio espacio para que en Unión se analice muy bien hacia dónde se quiere y se debe ir. Con Madelón se tomó un atajo interesante. Continuidad. Normalidad. Apuesta a los jugadores de abajo. Está bien la austeridad, pero en Unión llegaron muchos jugadores en los últimos tiempos que no ayudaron. En algunos casos, ni siquiera jugaron. Y cuando un buen jugador se va, hay que saber reemplazarlo.

Hoy juega el rival

Esta tarde, a las 19, juega Patronato, rival de Unión el sábado que viene.

Durante 2016, el “Patrón” hizo de su estadio un reducto difícil para sus rivales, donde sólo pudo ganar Gimnasia y Esgrima La Plata (1-0), pero en el cual derrotó a River Plate (2-1), Banfield (2-0) y San Martín de San Juan (3-0) y dejaron puntos San Lorenzo (1-1) y Vélez (0-0).

Sin embargo, algo cambió tras la reanudación del torneo, pues los dirigidos por Rubén Forestello lo consiguieron vencer como locales a Arsenal (4-2) y luego cosecharon un empate ante Newell’s (1-1) y soportaron la dura goleada de Independiente (0-5).

La formación que tendrá el equipo de “Yagui” esta tarde ante Olimpo, será con Sebastián Bértoli; Lautaro Geminiani, Walter Andrade, Renzo Vera y Lucas Márquez; Damián Lemos; Alejandro Gagliardi, Gabriel Graciani, Marcelo Guzmán y Damián Arce; Fernando Telechea.