Alto déficit fiscal

En rojo a la caza de octubre

La plata no alcanza y ése es el problema; pero “el que ajusta pierde”, sentencia la premisa electoral. El kirchnerismo duplicó el gasto; el dilema es ahora de Macri, pero el problema explotó primero en Santa Cruz.

Ignacio Hintermeister

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Télam/DyN

Anclado en París -en la reunión del Consejo de Embajadores de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde)- Nicolás Dujovne postergó para el jueves el anuncio sobre las metas fiscales. No es lo que más apasiona en la política o las noticias sobre ella, pero el dato es decisivo: el rojo fiscal del primer trimestre del año alcanzaría los $ 58.500 millones.

El año pasado, las cuentas del Sector Público Nacional cerraron el ejercicio fiscal con un déficit de $ 359.382 millones, equivalente al 4,6 % del PBI. “Se sobrecumplió en 0,2 puntos porcentuales del PBI (unos $ 20.000 millones) la meta fiscal anual fijada inicialmente en 4,8%”, celebró la cartera que dirige Dujovne a través de un comunicado.

El ministro adelantó que logró superar su objetivo de déficit fiscal en el primer trimestre de 2017, en torno al 0,6% del Producto Bruto Interno (PBI). “Va a ser incluso un poco más bajo que eso”, prometió el funcionario a la agencia Reuters en Washington, donde participaba de la Reunión Anual del FMI y el Banco Mundial.

Pero visto desde la perspectiva capitalista, el avance es poca cosa; además el rojo no es allí una preferencia, tampoco es el color de una alfombra atractiva para tender a los inversores. Todo lo contrario; el déficit es la madre de las batallas en la gestión pública: se soluciona rápido emitiendo (inflación) endeudado (agrava el déficit) o ajustando (pagan los que menos tienen).

Camino a las elecciones, el macrismo ensaya la promesa del “segundo” segundo semestre; no logra acelerar el crecimiento económico que le daría la única solución sostenible al problema. Como alternativa agita el espanto y muestra a Santa Cruz como una “minivenezuela” de lo que hubiera podido ocurrir en la Argentina si no ganaba Cambiemos.

Una hipótesis incomprobable es una verdad contrafáctica, así que el “laboratorio sociopolítico” santacruceño es lo que se puede corroborar: “Si hay un plan serio para que acompañen el esfuerzo nacional para ordenar las cuentas públicas y de manera gradual llegar al equilibrio fiscal en 2019, los vamos a ayudar, como ayudamos, con los pocos recursos que tenemos, a todas las provincias”, ironizó Rogelio Frigerio ante el pedido de auxilio de Alicia en la provincia de las maravillas.

Es como decir que si el problema “lo hicieron ellos”, entonces “que ajusten ellos”. En su propio escenario, el kirchnerismo se niega a cumplir esa condición para recibir ayuda, mientras Cristina ensaya videítos para evidenciar que no es victimaria, sino víctima.

A nivel nacional, el gobierno “K” llevó el gasto público de 23 a 42 % del PBI; pero ahora ese problema es de Macri. Y entonces el ajuste es cosa de Dujovne y de ahí las “sentencias previas” que el kirchnerismo ensaya sobre el gobierno nacional y su receta “neoliberal”. Algo que también es contrafáctico porque, como queda dicho, sólo en el primer trimestre el rojo fiscal nacional fue de $ 58 mil millones. Y vuelta a empezar.

Más gasto

A sola firma -como lo hacía Cristina- con la Decisión Administrativa 261/2017, publicada en el Boletín Oficial, el Poder Ejecutivo modificó el Presupuesto con aumentos por $ 2.700 millones y recortes de $ 2.200 millones.

Las áreas que tuvieron una mayor reasignación de partidas fueron el Ministerio del Interior con $ 810 millones; Seguridad $ 680 millones; Defensa $ 494 millones ($ 279 Ejército, 115 Armada y 100 Fuerza Aérea) y Asistencia a empresas y entes públicos con $ 320 millones.

También fueron incrementadas las partidas del Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inpi) con $ 114,5 millones; la Secretaría General de la Presidencia con 100 millones, la Jefatura de Gabinete con poco más de 95 millones, el Fondo Nacional de las Artes con algo más de 67 millones y la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea) con 44 millones.

Los recortes más significativos son de $ 1.200 millones a un programa para educación digital; 875 millones de obligaciones a cargo del Tesoro y 91 millones de programas de financiamiento a la actividad productiva.