Tribuna de educación

La educación ante los nuevos paradigmas

por Graciela Daneri

En momentos en que el gobierno es saboteado desde afuera y a veces desde adentro- en muchas de sus decisiones, sean éstas de peso o un tanto más livianas, sería importante que en los debates se plantearan problemas de fondo que constituyan políticas de Estado.

En este contexto debemos reconocer que no pocos dirigentes políticos, sindicales o “sociales” en vez de atender a cuestiones de trascendencia, se encuentran más que nada al acecho para hallar caminos que los lleven a resguardar sus propios intereses y, en muchos casos, a salvar sus propios pescuezos de la daga de la Justicia por delitos de corrupción. Estas mañas quedaron en evidencia en el paro general del 6 de abril y en el prolongado conflicto docente.

Con respecto a este último, si bien es cierto que los maestros deben ser los mejor pagados, también lo es el hecho de que deben ser los mejor formados, los más entrenados para la alta función que les compete. No obstante, la cuestión salarial es la imperante, a pesar de que cuando hubo proyectos de evaluación docente, los sindicalistas pusieron el grito en el cielo. Cabe preguntarse, entonces, por qué, ya que esto no es consistente con la reforma educativa que dicen pretender.

LOS DESAFÍOS

El objetivo a plantearse debería ser una radical reforma educativa, que implicase una carrera docente universitaria con examen de ingreso, y que, para acceder a ser maestro fundamentalmente de escuela primaria porque es allí donde se echan las bases de la educación, se deba superar también un examen de egreso. Esto no es ninguna novedad, en el mundo hay antecedentes en países que se encuentran a la cabeza de los índices de excelencia en materia educativa. Entonces sí los docentes deben ser, sin dudas, los mejor remunerados.

En tiempos de cambios de paradigmas, son muchos los desafíos que debe enfrentar la educación. Dentro de este complejo panorama, se agita mucho el tema de la creación de empleo, mas ¿cómo lograr este objetivo sin una formación que atienda a las nuevas tecnologías, a la formación y entrenamiento docente para estimular el aprendizaje continuo de por vida, así como la adquisición de nuevas habilidades?

Gremialistas y políticos critican acerbamente la apertura de importaciones como la madre de todos los males para la creación de fuentes de trabajo, pero casi la mitad de los empleos hoy existentes están atados a los cambios tecnológicos. Pero no se ha escuchado a los demandantes huelguistas hablar de ello. Y es justamente la educación la que debe dar las respuestas.

Llegados a este punto, sirve como ejemplo el caso de Kodak, que perdió ante las empresas tecnológicas que cambiaron los hábitos de millones de personas en el mundo. La demostración más patente de ello es Instagram que, cuando fue vendida a Facebook por cifras billonarias en dólares, sólo empleaba poco más de una decena de personas.

Es un camino muy difícil y escarpado el que hay que transitar, pero no hay opción, la realidad es implacable.

Por tanto, queda claro que debemos pensar en la educación del siglo XXI en otros términos, no sólo en los salarios docentes, sino en la excelencia de la formación que éstos deben recibir para afrontar el futuro, un futuro que nos espera a la vuelta de la esquina. No podemos permitir que la Historia nos pase por encima.

Debemos pensar en la educación del siglo XXI en otros términos, no sólo en los salarios docentes, sino en la excelencia de la formación que éstos deben recibir para afrontar el futuro.