Disertación

“La falta de respeto al ceder el paso causa la mayor cantidad de siniestros”

Lo dijo el ingeniero Fabián Pons, presidente de Ovilam —Observatorio Vial Latinoamericano—. Reclamó un cambio cultural y precisó detalles sobre planeamiento y saneamiento vial.

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Fabián Pons. Puntualizó en la necesidad de un trabajo a largo plazo y de jerarquizar las problemáticas viales.

Foto: Guillermo Di Salvatore

 

Redacción El Litoral

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En el marco de la jornada regional de “Planificación, educación y seguridad vial”, que se desarrolló esta semana en la Asociación Dirigentes de Empresa, el ingeniero Fabián Pons —presidente de Ovilam y ex director de Cesvi para Latinoamérica— disertó acerca de la planificación del tránsito y la seguridad vial en los municipios. “Lamentablemente, en Argentina, el tema vial no tiene soluciones mágicas y sus problemas se producen por la pérdida de valores, de respeto al prójimo. Además, la seguridad vial importa muy poco”, comenzó su exposición.

El principal tema que demanda la sociedad en el país es la inseguridad. Al respecto, Pons preguntó a su audiencia: “¿Saben cuánta gente murió por hechos de inseguridad en Argentina el último año? 2.850 personas y ¿saben cuánta gente murió en siniestros viales el año pasado? alrededor de 7.300 personas. Pero nosotros como sociedad, no reclamamos sobre los problemas viales, entonces la gente que nos representa no lo toma como algo prioritario”.

Una de las falencias que denota el ingeniero, luego de su vasta experiencia en la materia, es la falta de respeto a la prioridad de paso y la señaló como la infracción de tránsito más cometida en Argentina. “La falta de respeto al ceder el paso causa la mayor cantidad de siniestros en el país”. Sobre este dato, dio detalles de que en la ciudad de Buenos Aires el 62% de los accidentes se dan en las bocacalles. “De la única forma para que esto pase es que alguno de los involucrados no haya respetado la prioridad de paso y sobre esta infracción no hay labrada ninguna multa ni en Santa Fe ni en todo el país”.

Para solucionar este problema, planteó que primero tiene que haber un cambio cultural, “ese cambio va a pasar cuando se comience a sancionar con la multa social, ya que es mucho más educadora que una multa económica” y definió que la multa social se logra a partir de la acción de cualquier agente de tránsito o policía que pueda advertir con un silbato a un peatón o automovilista que está infringiendo la norma, ya sea el individuo que no cruza por la peatonal o de algún conductor que no respete el derecho de paso en una esquina.

“El tema del cambio cultural requiere de educación vial tanto para los chicos como para los grandes, porque hay muchas veces el ejemplo que dan los mayores no es el mejor, desde que no se ponen el cinturón hasta pasar un semáforo en rojo”, sugirió.

Por otra parte, el ingeniero fue crítico con los relevamientos de datos que se realizan y realizaron a nivel país con referencia a la siniestrabilidad vial. “Las estadísticas que tuvimos durante el gobierno anterior no tienen ningún tipo de credibilidad, así la Argentina fue premiada por ser el país que más evolucionó en seguridad vial, porque le dieron números a la ONU que no revisó”, apuntó y recordó que Santa Fe brindaba datos fidedignos a través de su Agencia de Seguridad Vial y a nivel nacional se tergiversaban porque no convenían. “Por eso digo que bendita sea la hora que todas las provincias tengan entidades viales para generar datos útiles y fiables que servirían para mejorar la situación”.

A la vez opinó que al ser la seguridad vial un terreno que le importa a pocos, “cualquier aventurero hace carrera, pero en verdad no genera nada nuevo ni nada importante, ni modifica la realidad en la que estamos. Por otro lado, se retroalimenta todo esto porque la sociedad no le da importancia”.

La seguridad vial requiere de estadistas y según su punto de vista “de gente que piense en los próximos 10, 20 y 50 años. Trabajar en el largo plazo va a solucionar varias cosas, con gente que conozca y quiera trabajar en el tema”.

Uno de los planteos que le hizo el auditorio al disertante fue que las infraestructuras en las ciudades argentinas son de hace 100 años y no ayudan a reducir la siniestralidad, a lo que respondió: “En Europa tienen infraestructura de hace más de 1.000 años y no se matan en todas las esquinas, porque el peatón pisa la calle y los autos frenan, porque se respeta la prioridad de paso y porque hay educación y cultura”.

Planeamiento y saneamiento

El de planeamiento es un plan que busca analizar la realidad mundial en todos sus aspectos, humanos, vehiculares y de infraestructura, luego se elabora un diagnóstico en el que se ponderan los problemas y se los clasifica de forma ordenada y metódica para detallar los objetivos. Éste es un plan de corto plazo que dura entre tres y cinco meses, donde se cataloga, ordena y analiza cuáles son los principales problemas de la ciudadanía en materia vial. Pero cuando no se respetan los tiempos comienzan a tratarse las falencias en forma desordenada y por urgencias.

“Hace cuatro años, hicimos un plan de planeamiento vial en Santa Fe, en una zona preestablecida, pero el plan no siguió, por eso los problemas viales nunca pudieron ser saneados”, aseveró.

Por su parte, el de plan de saneamiento trata de tomar ordenadamente esas prioridades y trabajarlas una por una, fija las estrategias, tácticas y planes de acción de cada etapa, teniendo en cuenta y enlazando la concientización, la educación, el control y sanción, la legislación y la infraestructura.

“En Suecia, fueron los primeros en adaptar este plan en 1999 y luego pude probarlo en Concepción del Uruguay, con resultados excelentes”. Pons comentó que el principal problema de la localidad entrerriana eran las motos. Para resolverlo, en primer lugar se subdividió el tema en: uso de casco, multiplicidad de usuarios, falta de respeto a las normas de tránsito, exceso de velocidad y falta de documentación.

“Todos los meses se hacían conferencias de prensa para mostrar los resultados y muchas veces teníamos que decir que no avanzamos y que nos equivocamos, que teníamos que cambiar y seguir por otro lado. Pero la persistencia generó que en el primer año la cantidad de 78 heridos mensuales que ingresaban al hospital bajara a un promedio de 35”.

Para ambos planes, es necesario la intervención y el servicio, además de especialistas en seguridad vial, de sociólogos, psicólogos y médicos. “Hay que conformar un equipo completo que esté involucrado y cuyos integrantes sepan del tema”.

Si bien las problemáticas suelen ser comunes, no siempre son iguales, ya que tienen la característica de cada lugar. Al respecto, Pons hizo alusión a que en la ciudad de San Justo lo que preocupaba era la cantidad de bicicletas y buscaban la solución para reducir su circulación. “Yo les dije que era una bendición tener tantas bicicletas y que debían buscar solucionar el tema de la infraestructura y los formatos citadinos para mejorar su uso”.

Con relación del costo económico de los planes, el especialista dijo que “por cada peso que se invierte en el saneamiento vial se recuperan 15, porque se reduce el gasto en hospitales y todo costo médico que requiera atender a un accidentado”.

  • ¿Saben cuanta gente murió por hechos de inseguridad en Argentina el último año? 2.850 personas y ¿saben cuanta gente murió en siniestros viales el año pasado? alrededor de 7.300 personas. Pero nosotros como sociedad no reclamamos sobre los problemas viales, entonces la gente que nos representa no lo toma como algo prioritario”.

Fabián Pons,

presidente del Observatorio Vial Latinoamericano

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Disertación. Ante un nutrido auditorio en ADE, se desarrolló la jornada regional de capacitación en materia de planificación, educación y seguridad vial.

Foto: Guillermo Di Salvatore

Preocupación mundial

A nivel mundial, la siniestralidad vial es la octava causa de muerte, “la tendencia es que si no hacemos nada para el 2030 ocuparía el quinto lugar”, advirtió Pons. Lo más preocupante es que es el primer causante de fallecidos en la franja etaria entre los 15 y los 29 años, ya sea por el consumo de alcohol, por la inexperiencia o la falta de conformación del sentido de riesgo. Este último concepto en un ser humano se termina de generar en la mujer a los 23 años y en los hombres a los 25, es una cuestión fisiológica. “Por eso, el nuevo formato de trabajo en los observatorios viales es de forma multidisciplinaria, se trabaja mancomunadamente en la parte psicológica, sociológica y de infraestructura”, dijo el presidente de Ovilam.