Reclama transparencia al gobierno nacional

Alberto Muñoz pide imitar a EEUU acerca de las regulaciones sobre gas

El titular de la Oficina del Consumidor de Rosario, ex candidato a concejal por el kirchnerismo, dice que el gas subió “entre 16 y 18 veces sobre 2015”.

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Vaticinio. “No hay y no habrá más inversión”, opina Muñoz, ex titular del Enress, respecto del sector del gas natural. Foto: Guillermo Di Salvatore

 

Luis Rodrigo

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Ríe cuando se le advierte que opina (sobre Aranguren) muy parecido a Elisa Carrió. Y muy serio responde que con su posición también coincide la Unión Industrial Argentina. Explica que “no es sano” que “no es serio” que “el regulador haya sido cooptado por el sector que debe ser regulado: hoy todo el ministerio de Energía está en manos de Ceo’s de las empresas del sector energético”.

Alberto Muñoz es el jefe de la Oficina de Defensa del Consumidor de la ciudad de Rosario, que depende de su Concejo Municipal. Entre diciembre de 2009 y el mismo mes de 2013 fue el presidente del Ente Regulador de los Servicios Sanitarios (Enress). Y durante la privatización (de 1995 a 2006) se anotó entre los más críticos, desde al Asamblea Provincial por el Agua.

A horas de la audiencia pública convocada por el gobierno nacional para aumentar las tarifas del gas (45% en promedio a los clientes residenciales y hasta 58% a los comerciales), Muñoz criticó la forma y el contenido de las políticas públicas sobre el sector.

“Todo para

las empresas”

“Es absolutamente irrazonable, inclusive en Estados Unidos es incompatible, que una persona que ayer estuvo al frente de empresas de un sector hoy la regule y le fije los precios”, señaló.

Es el caso de Juan José Aranguren, ex Shell, hoy ministro de Energía de la Nación, “pero también del resto de sus colaboradores”, sostiene al repasar una larga lista de nombres cargos y compañías.

“Desde la Escuela de Chicago hasta Joseph Stiglitz advierten de la captura de las empresas monopólicas sobre los entes y los reguladores del Estado”, describe. Y agrega: “en Estados Unidos son muy serias las restricciones para que alguien tenga ese doble rol”.

“El resultado es que las empresas del sector han logrado durante este año ganancias siderales. Y que sus acciones han ganado mucho en sus cotizaciones. Hay un beneficio real de las industrias que han puesto sus funcionarios”, subrayó.

Ping-pong

- ¿Cómo te sentís de coincidir con Elisa Carrió?

-(Risas). No sólo con ella. También ayer coincidí con la UIA: recomiendo leer su exposición en la audiencia pública sobre el gas, que plantea que el precio del PIST es un disparate y que con esos valores no hay industria posible.

- El PIST suena igual, pero no es el pis.

- No. Es el precio de gas en boca de pozo, en función de una fórmula de convergencia. Y que en la Argentina nos llevará de acá a dos años a 6,80 U$S por millón de BTU. Eso sí es como para hacerse pis.

- Caro.

- En Estados Unidos, es 2,8 U$S. Y al gas no convencional lo han hecho competir con el convencional llevandolo a 3 U$S. A nosotros el de Vaca Muerta nos va a costar más del doble.

- ¿Es porque somos más caros por nuestros costos internos?

- No. Es porque Estados Unidos no permite que no haya competencia. Allá las empresas deben competir. Acá fijan el precio, desde el Estado. Es un capitalismo muy criollo el nuestro... Si vos ponés a las empresas a fijarse precios, es lógico que esto ocurra.

-El gas por redes llega a franjas sociales medias y altos. Muy pocos barrios pobres tienen el servicio. ¿No era una vergüenza que pagáramos tan poco, mientras otros -salvo la garrafa subsidiada- pagaban muchísimo más?

- Estoy de acuerdo con que debíamos contar con una tarifa que tuviera, como ha dicho la Corte, un precio justo y razonable. Es lógico que se discutan tarifas, pero en la práctica vemos que los porcentajes de los aumentos son extraordinarios. Llegan al 1.680%. Ni justo, ni razonable. Muchas veces encaré discusiones de tarifas, pero teniendo en cuenta criterios de equidad, de solidaridad, con subsidios cruzados, tendiendo a no consagrar una tarifa plana. Es un servicios público, no una mera mercancía.

- Antes, cuando las tarifas eran tan bajas, por otros medios también se pagaba, pero con subsidios que soportaban todos los argentinos. No sólo los que tienen gas natural.

- Es un punto interesante. Pero el precio sí cambió. Y se dio además un hecho milagroso: este gobierno bajó los subsidios sin bajar el déficit fiscal. Es un milagro. Hay más déficit que antes, sin subsidios a las tarifas. El destinatario del subsidio era el usuario, ahora son las empresas.

- Se sostiene que así, con tarifas más realistas, puede haber inversión privada.

- No hay ningún indicador, desde septiembre del año pasado a hoy, que diga que tenemos un servicio mejor. Se exploran menos pozos, se conectan menos usuarios. La lógica de la empresa privada es siempre obtener el máximo de ganancia con el menor esfuerzo posible. ¿Cómo vamos a pretender que haya inversión si no necesitan hacerla para ganar más?

Ya les aseguramos sus ganancias y ya les dolarizamos las tarifas.

- ¿No estaba prohibido?

- Sigue prohibido. Pero encontraron un mecanismo en la fórmula polinómica de dolarizarla. Hoy cada vez que sube el dólar se toca la tarifa del gas en boca de pozo. Primero se calcula en dólares y luego se pesifica, con ese mecanismo está dolarizado su valor.

- El gobierno dice que vamos a ver las inversiones obligatorias, como contraprestación del aumento de tarifas.

- No creo en que las empresas privadas vayan a hacer converger sus objetivos con los de la comunidad gracias a que se le han brindado las mejores condiciones. No funciona así. Si el Estado no impone condiciones no hay inversión. Y de hecho, eso en este año no ha ocurrido.

“No se podrá ahorrar para bajar tarifa”

Hoy si un usuario logra bajar en más del 10% su consumo de gas en su boleta respecto del mismo período del año anterior, logra pagar menos por cada metro cúbico. Baja sus gastos porque consume menos, pero también porque le cuesta menos cada metro cúbico.

Si tras la audiencia pública en curso, se aprueba la propuesta del gobierno nacional, “el ahorro para bajar tarifas será imposible”, vaticina Muñoz.

El titular de la Oficina del Consumidor de Rosario explicó que “hasta ahora bastaba con bajar un 10% el consumo; la idea es llevarlo al 30%, un límite prácticamente inalcanzable”.

En Santa Fe se superponen subas

“Para los usuarios de Litoral Gas la incidencia de los aumentos es hoy mucho mayor que para el resto del país, porque un juez de San Nicolás había dejado -con anterioridad- en suspenso otro aumento. Y ahora se aplica, además de la suba general. En el bolsillo del usuario: para quien consume entre 1.001 y 1.150 metros cúbicos anuales, lo que es un nivel intermedio, le subió 1.680%”, dijo Alberto Muñoz.

“Veamos qué pasó con los jubilados, los usuarios con la tarifa más baja. A ellos, en 2017 las boletas les llegaron aumentos del 300%; en cambio, en los de más alto consumo fue de 121%... En 2018, esa tendencia se acentúa y se tiende a aplanar las tarifas, a no reconocer las diferencias entre los usuarios”, comparó.

Además, “hemos contado con la suerte de que este invierno fue uno de los más benignos, de los más cálidos. No sabemos como será la temperatura de 2018 pero estoy seguro que vamos a sufrir los aumentos con todo su rigor”.

Respecto del argumento oficial, que indica que se ha extendido el subsidio directo a un número mayor de usuarios que no pueden o tienen dificultades para pagar, respondió: “Hasta ahora no está comprobado, no hay corroboración de que se haya ampliado el número de familias con subsidios, en ninguno de los distritos en que se ha dividido el país. Son poquitas, muy poquitas las familias con subsidios”.

Subrayó que lo que ocurre con el gas “no es asimilable con la electricidad”, donde sí se advierte que hay más santafesinos con ese subsidio porque está el de la Nación y también el que ya existía, de la EPE.