LA POLITICA EN FOCO

Recuperación moderada y circunstancial

Por qué no hay razones para pensar que 2018 vaya a ser mejor año que el corriente. Una reforma tributaria provincial que no acaba de cuajar, y un nuevo perfil para el Ministerio de la Producción.

Gabriel Rossini

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La mejora de la producción industrial de los últimos meses de las empresas radicadas en la provincia de Santa Fe ha despertado un optimismo en algunos actores de la economía, que lejos está de ser ratificado en la vida cotidiana por los principales agentes económicos del sector, que han calificado de “moderado y circunstancial” este repunte.

De acuerdo al último informe de “Actualidad Industrial de Santa Fe” que elabora la Fisfe, durante el mes de octubre de este año la actividad creció el 3,1 por ciento con relación al mismo mes de 2016, impulsada por la industria frigorífica, minerales no metálicos y productos siderúrgicos y metalúrgicos. En tanto, los sectores vinculados al complejo oleaginoso, lácteo y automotor, retrocedieron. En el acumulado de los primeros 10 meses del año apenas si muestra una mejora del 0,6 por ciento respecto al mismo período del año pasado; uno de los peores de la última década para el sector, según coinciden la mayoría de los actores.

Pero lejos de preocuparse por lo que ocurrió este año, donde dicen que las cartas ya están echadas y apenas esperan algún repunte por las compras de fin de año, las dudas están puestas en el comportamiento de la economía del año próximo.

“Con tasas de interés superiores al 30 por ciento, apertura de las importaciones sin restricciones como la liberación total para ingresar artículos electrónicos , aumentos de tarifas que estarán por encima del 50 por ciento, precios de los combustibles liberados, inflación alta, dólar bajo y aumentos de sueldos que en el mejor de los casos van a estar cerca del 20 por ciento (lo que va a deprimir aún más el mercado interno), ¿por qué va a ser mejor el 2018?” respondió un importante dirigente gremial empresario cuando se lo consultó por las expectativas para el año próximo.

Además, un informe publicado en el diario Clarin el domingo 3 de diciembre encendió las alarmas. En base al análisis del presupuesto que hace mensualmente la ASAP (Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública) -uno de los organismos más serios en la materia- se muestra que hasta septiembre, la inversión real directa (obras públicas) aumentaba a un ritmo del 51,6 por ciento y en octubre bajó 5 por ciento. En tanto, las transferencias de capital subían al 41 por ciento y de un mes para el otro cayeron un 22 por ciento.

¿Que significa esto? Que el gobierno nacional frenó la obra pública y las transferencias de fondos que no fueran estrictamente los coparticipables. Los datos del informe fueron confirmados por el propio gobernador Miguel Lifschitz el lunes ante una consulta de los periodistas. Acá tampoco nada hace pensar que el año próximo, donde el gobierno planea hacer un ajuste hasta descontándoles plata a los jubilados, las cosas vayan a cambiar.

Cambios y pacto fiscal

Esta semana, distintos dirigentes de la industria y el comercio criticaron la reforma tributaria propuesta por el gobierno provincial, porque consideran que la suba de las alicuotas de ingresos brutos a las empresas de mayor facturación hará aún más complicado el desempeño de la actividad económica.

De hecho, los representante de Fisfe y de la Bolsa de Comercio de Rosario no solo no firmaron el acuerdo impulsado por el gobierno provincial, sino que marcaron sus diferencias.

Donde hubo coincidencias fue en no hacer ningún comentario sobre la designación de Alicia Ciciliani en reemplazo de Luis Contigiani en el ministerio de Producción, aunque seguramente la opinión de algunos dirigentes se escuchará mañana durante el acto de asunción.

Desconocida para los principales actores de la economía de la provincia, tuvo un paso como viceministra de Trabajo en la gestión de Hermes Binner. En off destacan el hecho de que sea una política con experiencia, un perfil que preferían sobre otro más técnico porque creen que el año próximo se va a necesitar de alguién con el “cuero duro”, más que un buen “gestor de proyectos”.